Los que hace una semana aceptaban como razonable y absolutamente necesaria la amenaza perpetrada por nuestro gobierno para elevar la edad laboral a los 67 años y otras lindezas por el estilo, supongo que hoy sentiran cierta zozobra al haberse pospuesto, desmentido, corregido en definitiva, por unas nuevas propuestas del presidente señor Rodríguez Zapatero.
Es decir, parece ser que no era tan razonable, tan imprescindible, tan absolutamente necesario, ¿no?
Bueno…, porteriormente vino ¡¡la rectificación de la rectificación!!