Assassins de raons i de vides (Vitoria-Gasteiz, 3-3-1976)

Hoy se cumplen 41 años del asesinato de cinco trabajadores por la policía del aún régimen franquista, al que el talento y la sensibilidad de Lluis Llach dedicó la misma noche de los hechos, el magnífico poema sinfónico «Campanades a morts»

 

CAMPANADAS A MUERTOS, I parte
Campanadas a muerto
lanzan un grito para la guerra
de los tres hijos que han perdido
las tres campanas negras.

Y el pueblo se recoge
cuando el lamento se acerca;
son ya tres penas más
que hemos de llevar a la memoria.

Campanadas a muerto
por las tres bocas cerradas;
¡ay de aquel trovador
que olvidara las tres notas!

¿Quién cortó el aliento
de aquellos cuerpos tan jóvenes
sin otro tesoro
que la razón de los que lloran?

Campanadas a muerto
lanzan un grito para la guerra
de los tres hijos que han perdido
las tres campanas negras.

Asesinos de razones y de vidas
que nunca tengáis reposo
a lo largo de vuestros días
y que en la muerte os persigan
nuestras memorias.

Asesinos, asesinos de razones,
asesinos de vidas
que nunca, nunca tengáis reposo
a lo largo de vuestros días
y que en la muerte os persigan
nuestras memorias,
memorias.

Cuando Lluis escribió esta obra sólo se conocía la muerte de tres trabajadores. En días posteriores fallecieron otros dos. Por ello el poema hace referencia sólo a tres asesinados.

CAMPANADAS A MUERTOS, IV parte
La miseria se hizo poeta
y escribió en los campos
en  forma de trincheras
y los hombres marcharon hacia ellas.
Cada uno fue una palabra
del victorioso poema.

LOS HECHOS:

Durante el mes de enero de 1976 unos seis mil trabajadores iniciaban una huelga en contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo. Dos meses después, refrendada por las asambleas, convocaban por tercera vez una huelga general que fue masivamente seguida el día 3 de marzo.

Por la tarde estaba convocada a las cinco, una asamblea general en la iglesia de San Francisco del barrio de Zaramaga. La Iglesia estaba abarrotada ya mucho tiempo antes y la policia la rodeó violentamente.

En un momento determinado y haciendo caso omiso de la denegación del párroco la policía armada entró en la Iglesia por la fuerza y les conminó al desalojo. Apenas unos minutos después, desde el exterior, gaseaban el cerrado recinto de la iglesia abarrotada de gente creando desolación y pánico.

Los que abandonaban el templo medio asfixiados y con pañuelos en la boca fueron apaleados mientras salían por una de las puertas y a los que lo hacían por otra les dispararon con metralletas y pistolas con el balance final de cinco trabajadores muertos y más de ciento cincuenta heridos de bala.

Los asesinados fueron:

Romualdo Barroso de Agrator, de 19 añosFrancisco Aznar operario de panaderías y estudiante, de 17 añosPedro Martinez Ocio trabajador de Forjas Alavesas, de 27 añosJose Castillo de Basa, una sociedad del Grupo Arregui, de 32 años y Bienvenido Pereda trabajador de Grupos Diferenciales, con 30 años.
El primero fue ametrallado cuando intentaba salir por una ventana. El segundo recibió un disparo en la cabeza, corrió para alejarse de la iglesia y cayó muerto a unos pasos de la iglesia. Algo similar ocurrió con el tercero. Los otros dos fallecerían días más tarde a consecuencia de las heridas recibidas en la Iglesia de manos de la policía.

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A continuación podemos leer la transcripción de las conversaciones entre las patrullas responsables de la carga en la iglesia, según las grabaciones existentes tomadas aquel día en la frecuencia de las comunicaciones de la Policía:

-Parece ser que en los alrededores de San Francisco aun hay más gente, ¿qué hacemos? Cambio.

-Si hay gente a por ellos. Cambio.

-Pero ten en cuenta que se meterán en la sacristía. Cambio.

-Claro que lo que pasa es que no tenemos todavía esas órdenes; de todas formas tal como están las cosas, se puede entrar. Cambio.

-Bueno, si tu lo dices, ¿de acuerdo?.

-De acuerdo. Cambio.

-(…)Vamos a por ellos..Charly a Charly 1. Cambio.

-Desaloja todo lo desalojable. Cambio.

-Paso a comunicarlo. Cambio.

-Adelante Charly. Cambio.

-Me dispongo a entrar en la iglesia. Cambio.

-De acuerdo. Cambio. Enterado.

-Adelante J.2. Cambio

-No entramos por la parte que habíamos previsto porque es una entrada falsa. Cambio.

-Otra cosa, Charly, recaba la autorización esa que tú sabes porque seguramente ahora se nos esconderán, sin tirarnos nada, se meterán dentro de la iglesia sin tirarnos piedras.

-De acuerdo. Pero ¿cuánta gente hay?. Cambio.

-No lo se, todavía no lo se, no lo he visto; pero estoy rodeándoles ahora. Cambio.

-Bueno, de todas formas espera un poco que voy a estar con el jefe a ver lo que dice. Cambio.

-Vamos a ver J.2 habla lo que le había dicho. Cambio.

– (…)Oh, han puesto cuatro coches ahí en medio y creo que hay que quitar; de todas formas si nos marchamos de aquí se van a marchar de la iglesia, eh. Cambio.

-Oye J.1 no interesa que Charly se marche del sitio donde está puesto que entonces se les escapa la gente de la iglesia. Cambio.

«Vamos a tener que emplear las armas de fuego»

-Bueno vamos a ver, Charly; en la puerta de la iglesia está la orden de desalojo; si tú estás en condiciones, acércate con gente y desalojas la iglesia lo primero. Cambio.

-J.2 y J.3 para J.1, procedan a desalojar la iglesia. Cambio.

-Ahora vamos a proceder entre J.2 y J.3. Cambio.

-Vamos a ver Charly, en cuanto estés desalojen a palos. Cambio.

-Ha venido aquí un cura de la Coronación y ha entrado con Altuna para ver al otro cura, porque antes nos han negado que estaban; vamos a ver lo que pasa.

-Si desalojan por las buenas, vale; si no a palo limpio. Cambio.

-De acuerdo.

-Vengan aquí; si no, no podemos hacer nada en San Francisco; manden refuerzos, si no, no hacemos nada. Si no nos marchamos de aquí. Ha salido con un cura pero resulta que no es el párroco, hemos estado dentro, pero esto está muy mal; si no, vamos a tener que emplear las armas de fuego. Cambio.

-Vamos a ver, mando por aquí un Charly. Entonces el Charly que está allá y J.2 y J.3 desalojen la iglesia como sea. Cambio.

-No se puede desalojar porque está repleta de tíos. Entonces por las afueras tenemos rodeado de personal, va a haber que emplear las armas. Cambio.

«Gasear la iglesia»

-Gasear la Iglesia. Cambio.

-De acuerdo.

-Adelante J.2. cambio.

-Interesa que vengan aquí unos Charly, porque estamos aquí rodeados de gente y al salir de la iglesia aquí va a ser un pataleo; vamos a tener que usar las armas, seguro además.

-Esperamos la llegada de una compañía que viene de San Sebastián a Vitoria, eh; tenéis ahí a Charly 3. Intervenir los tres juntos, sacarlos como sea. Cambio.

-Conforme. Enterado.

-Deben estar todos en la iglesia arreándose como leones. Cambio.

-Adelante, adelante V.47, dime con qué unidad estás y qué lío tenéis ahí. Cambio.

-Aquí están sacándolos a todos fuera en estos momentos.

-Pero vamos a ver, ¿estáis cargando o qué?. Cambio.

-¡A tope, a tope!.

-De acuerdo, de acuerdo. Cambio.

«Hemos tirado más de 2.000 tiros»

-Comunica a V-O que esto es una batalla campal para que lo sepa él. Cambio.. (se oyen disparos de metralleta, gritos y bocinas de coches).

-Que manden fuerza aquí que hemos tirado mas de 2.000 tiros. Cambio.

-A ver ese fuego, ¿qué ha sido?. ¿ha sido al aire?. Cambio.

-¿Estás en el ajo?. Ahí hay tiros y hay de todo. Cambio.

-Adelante Charly 3 para J.1. Cambio.

-Esto es la guerra en pleno, se nos está terminando la munición, las granadas, y nos están liando a piedras; es imposible defenderse; estamos aquí en la iglesia de San Francisco.

-Llegan ahí otra sección de Valladolid y creo que con Charly 1 y Charly 2 también…Digo si está ahí en el punto en la Iglesia de San Francisco porque creo que hay una batalla campal. Cambio.

-He visto varios coches con un pañuelo blanco, lo que quiere decir que hay heridos a manta. ¿Entiendes?.

-Mira si a ver si encuentras forma de llegar, que aquello debe estar muy mal-

-Enterado, enterado.

-(…)Estaba preguntando sí había heridos. Cambio.

-De momento de los nuestros no hay ninguno. Cambio.

-Bueno está bien, está bien. ¿Qué tal está el asunto por ahí?. Cambio.

-Se puede figurar, después de tirar 1.000 tiros y romper toda la iglesia de San Francisco, pues ya me contará cómo está toda la calle y todo. Cambio.

-Pero vamos a ver, en este momento, ¿seguís cargando y seguís con lío?.

-No en este momento, no. Cambio.

-¡Muchas gracias! Eh, buen servicio!.

-Dile a Salinas que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. Cambio.

-Dime qué tipo de munición necesitas. Cambio.

-Necesito cartuchos, necesito botes, necesito pelotas. Cambio.

-Pero es que toda la munición la tienen los de Valladolid que ni siquiera han pasado por aquí.

«Aquí ha habido una masacre»

-Tengo dos secciones y media paralizadas, la otra media tiene todavía unos poquitos…o sea aquí ha habido una masacre. Cambio.

-De acuerdo, de acuerdo. Cambio.

-Muy bien…pero de verdad una masacre.

-J.2 se acerca a la Iglesia San Francisco que según J.1 debe facilitar pelotas y granadas a Charly. Cambio.

-Ya tenemos dos camiones de munición eh… o sea que actuar a mansalva, y a limpiar, nosotros que tenemos las armas, a mansalva y sin duelo de ninguna clase.

A continuación el audio de la carga policial contra la iglesia:

RESPONSABLES  DE  LA  MASACRE:

Una comisión del Parlamento Vasco evaluó y concluyó que los responsables políticos de los sucesos fueron «los titulares de los ministerios actuantes en este conflicto», es decir Manuel Fraga Iribarne, ministro de Gobernación (en Alemania durante los sucesos, ejerciendo la titularidad en funciones Adolfo Suárez), Rodolfo Martín Villa, ministro de Relaciones Sindicales, y Alfonso Osorio, ministro de Presidencia.

Todos ellos, encargados de «resolver» la crisis por el abyecto presidente del Gobierno Arias Navarro.

Fraga con una desfachatez sin límite culpó de las muertes a los sindicatos convocantes y a los trabajadores y siempre justificó aquellos asesinatos a la manera del dictador que llevaba dentro:

“…aquello de Vitoria había que aplastarlo porque estaba dirigido por dirigentes que manipulaban a la clase trabajadora y eran pequeños soviets que se estaban gestando y había que extinguirlos…”

«…por supuesto, tengo que decir que la responsabilidad es de los que siguen echando la gente a la calle con mensajes de un tipo o de otro, les correspondía íntegra en cuanto a resultados trágicos como los que hemos vivido en Vitoria. Que este triste ejemplo sirva de gran lección para todo el pais en los meses próximos».

Video resúmen:

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