ATTAC Europa da la bienvenida a la REVOLUCIÓN ESPAÑOLA

Comunicado de ATTAC Europa:

El pasado 15 de mayo, justo a una semana de las elecciones a ayuntamientos y comunidades autónomas, decenas de miles de estudiantes, distintos grupos sociales en desempleo, trabajadores y ciudadanos de toda edad y condición, tomaron la calle en las grandes ciudades españolas como gesto de protesta contra el progresivo y constante deterioro del clima social, consecuencia de las medidas de austeridad realizadas por el Gobierno, y contra las políticas favorables a los bancos y a la corrupción. Reclamaban una Democracia real ya.

Esta iniciativa, convocada vía redes sociales (facebook, twitter, etc.) por plataformas ciudadanas y apoyada por muchas organizaciones, entre ellas ATTAC España, originó una manifestación insospechadamente masiva, que se diferenciaba explícitamente de partidos políticos y sindicatos por su incapacidad de dar respuestas a una situación de crisis económica, medioambiental, social y democrática.

Al acabar la manifestación e inspirados por las revoluciones de los países árabes, un gran número de jóvenes (los principales afectados por la crisis con una tasa de desempleo del 45%) decidieron instalar un campamento en el lugar más importante de Madrid, La Puerta del Sol. La iniciativa fue apoyada por un amplio sector de españoles descontentos con la situación actual, y enseguida otras muchas plazas importantes de todo el país (Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza, etc.) fueron ocupadas por gente que pedía y pide un cambio democrático y social.

A pesar del riesgo de ser violentamente desalojados, los indignados (en referencia al libro de Stephane Hessel) comenzaron a autogestionar la acampada, que lleva ya más de dos semanas desarrollando sus demandas a través de asambleas. Muchos de los eslóganes contienen reclamaciones alterglobalistas, como la exigencia del ITF y la condena de las medidas de austeridad: “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Otros denuncian la gestión de la crisis: “Esto no es una crisis, esto es una estafa”.

Pronto se habló de una auténtica Spanish Revolution que pone en cuestión las formas tradicionales de movilización y que, de acuerdo con su tamaño, alcance y contenido, es un gran acontecimiento social no solo desde el punto de vista alterglobalista, sino también por el movimiento en sí. Tal como es, es más que bienvenido por la Red Europea de ATTAC, la cual expresa todo su apoyo a los que se movilizan justamente para exigir una auténtica democracia y derechos sociales en España, en Grecia y en toda Europa; y condena cualquier forma de represión contra ellos, especialmente la violencia policial durante la evacuación de la plaza de Cataluña en Barcelona.

Así cuentan fuera de España cómo ha ocurrido la #Spanishrevolution

Manos arriba en Sol

Bernardo Gutiérrez en 20minutos.es

Este es un texto íntegro de Bernardo Gutiérrez, periodista, escritor y consultor de medios en español. Habitualmente, Gutiérrez publica en El País (Madrid), La Vanguardia (Barcelona), Expresso (Lisboa), Internazionale (Roma), Milenio Semana (Ciudad de México), Der Tagesspiegel (Berlín) y National Geographic Brasil (Sao Paulo), entre otros medios. El texto ha sido publicado en el diario alemán Der Tagesspiegel y en la revista venezolana ‘Marcapasos’, entre otros.

«Hace una semana que tuiteo compulsivamente. Actualizo mi Facebook mientras camino. Escribo (para blogs, sites, medios) alrededor de la #spanishrevolution. Medito. Pienso colectivamente. ¿Cómo le explicarías la #spanishrevolución a un alemán?, lanzo en Twitter. @100280120 (Miguel Martínez), un desconocido, escribe: «España siguió los dictados de Merkel y prometió seguir contribuyendo a los beneficios de la banca alemana». Si preguntase en Twitter, ¿cómo le explicarías a la revuelta a un banquero?, la respuesta sería todavía más agresiva.

¿Por qué tantos medios publican que España protesta contra su Gobierno?, ¿Por qué simplifican diciendo que el motivo de la revuelta es el desempleo?, ¿Por qué relacionan El Cairo con Madrid sin más? Me llama la atención que la cuenta de Twitter de @wikileaks fuese más ágil que muchos diarios internacionales al recomendar el texto La revuelta islandesa de España. Wikileaks vio un claro paralelismo entre la #spanishrevolution y el país que se negó a pagar los errores de sus bancos. El link es tan claro que Hordur Torfason, el hombre que incitó a los islandeses a luchar contra políticos y banqueros, grabó un vídeo de felicitación al pueblo español.

Y es que la indignación contra un mundo gobernado por las agencias de rating y la especulación financiera ha sido una de las semillas de la indignación española. A finales de 2008, en el inicio de la crisis, el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero inyectó miles de millones a la banca. Luego, los mercados (el FMI, las agencias de rating, rumores de Angela Merkel que reforzaban la prima alemana) encarecieron la deuda pública española. Zapatero «tuvo» que recortar salarios a los funcionarios.

Sin embargo, mientras la cifra de parados llegaba a 4,3 millones, las 35 mayores empresa del Ibex (Bolsa de Madrid) ganaron el año pasado 49.881 millones de euros, un 24,5% más que en 2009.

Mientras Telefónica quiere despedir a 8.000 trabajadores en España, anuncia 450 millones de euros en incentivos y 6.900 millones en dividendos para sus ejecutivos. El divorcio entre beneficios empresariales y empleo fue calentando a fuego lento la indignación.

Normal:  Angela Merkel aprobó un impuesto a las eléctricas; el británico David Cameron subía las tasas a las petroleras; y sin embargo Zapatero se tragaba, una a una, las promesas socialistas de su programa.

Internet, la llama

Pero para explicar la #spanishrevolution hay que hablar de otro divorcio: el digital. El 92% de los jóvenes españoles son internautas (12 puntos por encima de Europa). Apenas un 10% de los diputados españoles usa Twitter. Solo así se entiende que Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura, aprobase una de las leyes de «descargas de Internet» más retrógradas del planeta. Una ley que pretende cerrar una web sin permiso judicial en menos de cuatro días. Y solo así se explica que dicha Ley provocase una verdadera ciberrevolución. Cuando en enero de 2010 nació la Red Sostenible – una plataforma digital de resistencia – yo estuve en su presentación, en Madrid. Le pregunté a Pepe Cervera, uno de los cabecillas, si iban a fundar un partido político. Hubo un silencio. «No», me dijo. Me quedé con la duda. Paradójicamente, unas semanas después nacía #nolesvotes, una plataforma que pedía castigar en las urnas a los partidos que apoyaron la ley Sinde: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Popular (PP) y Convergència i Unió (CiU).

#Nolesvotes dinamitó el ciberespacio español. El grupo Anonymous se unió. Y el mismísimo presidente de la Academia de Cine, Alex de la Iglesia, dimitió y se puso del lado de los internautas. El movimiento #nolesvotes hizo fuertes a los movimientos en la Red. Pero faltaba algo. Una chispa, un disparo. El desempleo crecía. Las empresas, anunciando beneficios astronómicos. Y PSOE y PP incluían en sus listas para las elecciones del 22 de mayo acandidatos imputados por la justicia. El conservador Francisco Camps, que el New York Times citaría después como el Berlusconi español que propició la revuelta, sonreía ante las cámaras. Y la bomba estalló. #Nolesvotes colgó en su web en febrero un mapa de España en Googlemaps con los casos de corrupción geolocalizados. Casi al mismo tiempo, el cómico Leo Bassi lanzaba su http://ppleaks.com, con los casos de corrupción del PP.

Memoria

¿Cómo y cuándo se cruzaron el divorcio digital y el divorcio económico? ¿Cómo se politizó la indignación? Tiro de memoria personal para intentar explicarlo. En enero de 2011 apoyé al colectivo de Franconohamuerto.com. El objetivo inicial: recaudar fondos en Internet para publicidad en autobuses de apoyo al juez Baltasar Garzón, apartado de la Audiencia Nacional por investigar los crímenes del franquismo. La causa de Garzón había reactivado un poco a la izquierda. Alimentaba la indignación. El logo de Franconohamuerto.com, con un Garzón ácido atravesado por flechas, fue un hit en redes sociales. Denunciaba irónicamente la politización de una justicia en manos del PP y PSOE. El manifiesto de Franconohamuerto.com era uno más: «Somos un lobby popular, no un partido; Toda corrupción debería significar exclusión política, empujaremos la transparencia democrática». Pero era apenas una gota en un océano. Cientos de movimientos crepitaban en Internet. El huracán se acercaba. Yo pasaba horas cambiando mensajes con grupos de Facebook. ¿Apoyarían la causa de Garzón? La mayoría no quería. Se declaraban apolíticos. Indignados con el sistema. El grupo Estado del Malestar lanzó una idea impactante: subirse a cajas en las calles con un megáfono. Y Juventud Sin Futuro llenó las calles en abril. La revolución llamaba a la puerta. Nadie parecía darse cuenta.

Y el resto ya es historia. La plataforma activista Actuable.es lanza con Avaaz una campaña contra los candidatos corruptos de las elecciones. El libro «Reacciona» (con prólogo de Stephan Hessel, autor de «Indignaos») arrasa. La plataforma Democracia Real Ya convoca el 15 de mayo una manifestación sin tintes políticos en más de 50 ciudades con un lema: «No somos marionetas en manos de políticos y banqueros». Y mueren de éxito. Y diez mil personas se instalan en la Puerta del Sol de Madrid el 16 de marzo. Y España despierta el día 17 con las principales plazas tomadas. Y todo parece despedazarse. Sobran motivos, claro. Crisis. Bipartidismo. Banqueros. Corrupción. Desempleo. Y la #spanishrevolution incendia Twitter.Y la Junta Electoral prohíbe la acampada de Madrid. Pero nadie se va. Nadie se mueve. Una viñeta de El Roto, en El País, el día 18, sintetizó todo: «Los jóvenes salieron a la calle, y súbitamente todos los partidos envejecieron».

Los resultados de las elecciones del 22-M revelaron que existe un divorcio más peligroso que el digital o el económico: el democrático. La prensa internacional destacó que el PSOE se hundió. La nacional, que el derechista PP arrasó. Quizá fue al revés. Un detalle: si la abstención fuese una fuerza política, habría ganado con un 33% de los votos. En Madrid, apenas 1 de cada 3 electores votó al Partido Popular, que gobernará con mayoría. En Barcelona, con un 47% de abstención, CiU reinará con apenas un 14% de los votos posibles. El voto blanco y nulo componen la cuarta fuerza política de España.

Divorcio digital. Económico. Democrático. Crisis. Corrupción.

Y la banca siempre gana. Mientras, España sigue llena de acampados. Jóvenes. Adultos. Izquierdistas. Apartidistas. Incluso algún votante conservador, indignado. Pero el PSOE y el PP no mencionan al ya internacional «movimiento 15-M». Mientras los ‘indignados’ piden una reforma de la ley electoral que acabe con el bipartidismo, el PSOE ni siquiera hace autocrítica. Mientras el 15M solicita un referéndum sobre el rescate público de bancos insolventes, el PP afirma «que el sistema no ha fallado». Mientras el mundo interpreta la #spanishrevolution como un movimiento de vanguardia hacia un sistema 2.0 más participativo y democrático, Zapatero no ha entendido el recado. Mientras nace el Wikipartido (discutido en Internet) los alcaldes elegidos del PP siguen convocando ruedas de prensa sin aceptar preguntas. La política se blinda. Allá fuera, aquello del 2.0.

Sigo tuiteanto. Me miro en el espejo de Facebook. Camino, guiado por hashtags, propuestas, links. Parodio El Dinosaurio, el cuento de Augusto Monterroso, en mi cuenta de Facebook. «Cuando amaneció (el 15-M), el sistema todavía estaba allí». Pero alguien no quiere que esto acabe. El sistema, replica Maira Giosa en Facebook, «estaba allí, como adormecido, pero ya está cambiando».

Bernardo Gutiérrez

DIEZ MENTIRAS SOBRE DEMOCRACIA REAL YA

Ignacio Escolar en Público

1. Es falso que sólo traigan protestas y no propuestas. Están en su web, y son más concretas que algunos programas electorales.

2. Es falso que estén contra los políticos. Lo que piden es políticos responsables que no estén en contra de la sociedad y que no utilicen las instituciones de todos para su interés personal.

3. Es falso que rechacen la democracia. Lo que quieren es más democracia, y que la soberanía resida en el pueblo, no en los mercados ni en los banqueros.

4. Es falso que no crean en el voto. Por eso exigen una reforma electoral, para que cualquier voto de cualquier ciudadano valga igual.

5. Es falso que sean unos antisistema. Antisistema es la corrupción, la injusticia o la impunidad. ¿Es acaso esa democracia, que ellos reivindican desde la primera palabra, contraria al sistema actual?

6. Es falso que sean violentos. Apenas ha habido incidentes, a pesar de la muchísima gente que hay.

7. Es falso que sean apolíticos. Es un movimiento apartidista, que no es igual.

8. Es falso que sean sólo jóvenes. Hay muchos jóvenes en esas plazas; jóvenes a los que ya no se podrá descalificar como “ninis” o “conformistas”. Pero también hay ciudadanos de cualquier edad.

9. Es falso que pidan la abstención. Lo que piden es el voto responsable: un atrevimiento “contra la libertad“, según el casposo criterio de la Junta Electoral de Madrid.

10. Y sobre todo es falso que esto se vaya a terminar el domingo, después de votar. Porque la democracia no consiste en votar y callar. Porque el lunes, cuando estas elecciones hayan terminado, el Mayo de 2011 continuará.

Stéphane Hessel, «agradablemente sorprendido» de que España se indigne

El autor de ‘¡Indignaos!’ ha visto la prensa española «como un niño que observa un regalo», según su editor

Agencia EFE
Stéphane Hessel, retratado el pasado mes de enero en París.AFP

Stéphane Hessel ha contribuido en España con su libro ‘¡Indignaos!’ a lograr lo que ni siquiera ha ocurrido en Francia: que su mensaje de protesta pacífica trascienda de fenómeno editorial a movimiento social, que la gente salga a la calle a decir en voz alta que la cosa no funciona, a pedir cambios.

«Hessel está agradablemente sorprendido, le he mostrado la prensa española y la miraba como un niño que observa un regalo que le hacen», ha explicado a Efe el editor español del escritor, Ramón Perelló, que el pasado lunes estuvo en París con el nonagenario autor.

Si en Francia su encendido alegato contra la indiferencia ha arrasado, en España ha ido más allá, pues no sólo ha sido un «bombazo» sino que ha «conectado con la gente y su llamada se ha difundido como algo compartido por tirios y troyanos», considera Perelló.

La clave de este mensaje que ahora enarbolan las cientos de personas acampadas en la Puerta del Sol de Madrid y otros puntos de España no es sólo su contenido, sino también, a juicio de Perelló, la indiscutible autoridad moral de la fuente de la que emana, «su capacidad de convicción, su intensa vida y su enorme credibilidad».

Porque Hessel, antes de animar a sus 93 años a los ciudadanos a que se indignen, formó parte de la resistencia francesa contra los nazis durante la II Guerra Mundial, fue torturado por la Gestapo y recluido en tres campos de concentración y fue uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948.

«Es obvio que esto no nace por generación espontánea», recalca Perelló, quien puntualiza que la grata sorpresa que siente Stéphane Hessel ante los acontecimientos en España está sazonada «con un pudor enorme, porque él es un hombre enormemente discreto y se pregunta ¿cómo es posible?».

«Voto de confianza en el futuro»

El hecho de que colectivos tan diferentes, personas que nada tienen que ver salga a la calle de forma espontánea y hagan suya una misma consigna «sorprende a cualquiera y a él también», ha señalado su editor, quien cree que «el mensaje se estaba esperando y ha llegado».

Además, la esperanza es el fondo de ese pequeño libro de treinta páginas publicado en español por la editorial Destino.

«Es un mensaje que se traduce en positivo, una llamada pacífica a la respuesta activa, a posicionarse ante una dura realidad para actuar, lo que expresa un voto de confianza en uno mismo y en el futuro», ha añadido Perelló. La proclama «¡Indignaos!» se ha extendido como la pólvora y hay grupos que incluso han diseñado su logotipo en torno a ella, con una gran «I» flanqueada de signos de exclamación.

Además, el escritor, humanista y economista José Luis Sampedro, que prologó la edición española del libro de Hessel, ha manifestado a través de una carta y un vídeo su apoyo a los ciudadanos que se han movilizado.

Sampedro, de 94 años, se alegra en la misiva de que la ciudadanía haya comprendido «que no basta con indignarse, que es necesario convertir la indignación en resistencia y dar un paso más» y subraya que «el momento histórico impone la acción, la movilización, la protesta y la rebelión pacífica».

¿Querían brotes verdes?, aquí están: «DEMOCRACIA REAL YA»

…y espero que también rojos.

Tras muchos meses de gestación desde muy diferentes ámbitos y provocado por el nefasto panorama político que nos rodea, el «MOVIMIENTO 15-M» o «DEMOCRACIA REAL YA«, o como queramos llamarle, esta irrumpiendo en la sociedad española -ante la sorpresa de los más despistados-, trayendo un necesario aire fresco y constituyéndose en uno de los movimientos más interesantes surgidos en las últimas décadas en nuestro entorno.

Recordemos que los políticos -la casta política- en sí misma se constituye, a los ojos de la ciudadanía, en el tercer problema más importante de España, tras el paro y la crisis económica, según reflejan de forma repetida las últimas encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas).

Ante esto, no faltan voces «sensatas» que llaman a la precaución, con la famosa metáfora de «cuidado al tirar el agua sucia de la bañera, que no tiremos también al niño que está dentro» en referencia al supuesto peligro que entraña el cuestionar la democracia.

No parece que esto sea un riesgo cierto a la luz de que la demanda fundamental es precisamente una mayor profundización en la democracia y en segundo lugar porque estamos ante reivindicaciones muy básicas como es el recuperar una democracia realmente participativa y representativa de los ciudadanos para un estado que ha abandonado la defensa de estos y se ha puesto al servicio de los poderes financieros, ante lo que no se puede ser complaciente con ello ni con los políticos que ya han traicionado a la ciudadanía (los del partido gobernante) y los que aspiran a hacerlo (los de la oposición mayoritaria). El movimiento «NO LES VOTES» (referido a los partidos que aprobaron la Ley Sinde) expresa muy bien esto, como rechazo sintomático a partidos que gobiernan de espaldas a sus representados.

Por todo ello es preciso que, los que lideran este movimiento y los que lo apoyamos, seamos muy cuidadosos y vigilantes en la protección de estos tiernos brotes, velando por los principios expresados en su manifiesto fundacional para que se desarrolle y crezca adecuadamente y no se malogre este ilusionante «Mayo del 2011».