Está muy viva, pero ya suena el réquiem por ella.
Y cuando algunos datos macroeconómicos lo confirmen, pasaremos página y habremos perdido entre 30 y 40 años en derechos y salarios.
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El curso ha comenzado y se nota que el gabinete de propaganda gubernamental ha hecho sus deberes en verano. Ha puesto en rodaje un completo argumentario de obligado cumplimiento para el gobierno y todos los portavoces de su partido con el objetivo de enterrar la crisis. Viva o muerta…, pero hay que enterrarla.
Ya desde el arranque de este curso vemos que el gobierno ve algo que nadie ve. Pero decididos una vez más a maquillar la realidad nos anuncian que la crisis ha terminado. Los medios empiezan a hacerse eco de ello, lo irán publicando cada vez más, nos contarán que «nuestras» empresas vuelven a exportar nuestra tecnología punta, fregonas y llaves inglesas, y con gran alborozo celebrarán la «salida del túnel».
Ese día, ya probablemente del próximo año, el gobierno ensalzará groseramente sus vomitivas políticas y nos echará en cara nuestra falta de fe en ellos. Con ello la crisis se dará por terminada oficialmente y mirando nuestro derredor se nos quedará cara de bobos.
Nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía repitiendo las mismas fórmulas que nos han llevado a esta miseria, tras acabar con décadas de conquistas sociales y de aquello que llamábamos estado del bienestar o estado social.
En definitiva, las fuerzas más reaccionarias habrán reconquistado el pasado.
Habrá algún incremento en el empleo, cómo no, desde la nada es muy fácil crecer algo, pero será con salarios infra-sociales; no es muy gravoso contratar trabajadores sin derechos.
Habrán acabado no sólo con el empleo digno, sino con la sanidad pública, con la educación pública de calidad, con la vivienda de muchos ciudadanos hundidos por la crisis, con los derechos laborales y la actividad sindical, con la dignidad de los pensionistas, con las ayudas sociales a parados, dependientes y necesitados, etc.
En otras palabras, «habremos» regalado nuestra banca pública como fueron las Cajas de Ahorro, habremos salvado al sistema financiero, habremos «socializado» todas las pérdidas de los bancos, autopistas y grandes corporaciones, y habrán acabado así con el presente y futuro de varias generaciones de ciudadanos tras haber completado el gran truco de magia que consiste en convertir muchas deudas privadas en una ingente Deuda Pública.
Pero no, no importa, los datos macroeconómicos y algunos economistas paniaguados alentados por el gobierno, nos aportarán abundantes e indiscutibles indicadores confirmando que… ¡¡la crisis se ha acabado!!
Ante este panorama, ¿tiene sentido hablar y esperar la «salida» de la crisis cuando finalmente ésta ha sido un pretexto para llevar a cabo una estafa social?, o ¿sería mejor aprovechar para romper ese molde, que se quiere recomponer, con la perversa intención de volver a hacer más de lo mismo?
Recordemos que fuera de toda palabrería de los voceros de este mentiroso gobierno, en Agosto de 2011 -con el anterior- se instauró un cambio constitucional que condicionó toda la política económica española a un solo objetivo, devolver la deuda a los bancos internacionales antes de pagar Educación, Sanidad, Pensiones y todos los demás Servicios Públicos. Y así está sucediendo, podríamos decir que el abono de la deuda (que recordemos, se trata de pagar a bancos alemanes y franceses fundamentalmente) se está comiendo prácticamente todo el gasto público.
En definitiva, cuando supuestamente hayamos salido de la crisis, algunos habrán ganado mucho dinero con ella (ver cifras de las grandes corporaciones), pero sobre todo habrán sentado las bases de unas sólidas leyes para seguir haciéndolo a costa de la parte más débil de la actual y futura sociedad española. Y sobre todo… habrán situado al poder político bajo el yugo del poder financiero, un viejo anhelo que si bien se ejercía de tapadillo, ahora ha tomado carta de naturaleza alterando la soberanía del estado.
Ha calado, y casi ya nadie lo discute, ese falso mensaje de que «lo que es bueno para nuestras grandes empresas, es bueno para el estado».
Un comentario sobre “Ya ha empezado el entierro de la crisis”