La sanidad privada es más cara

Contradiciendo los tópicos interesados con los que algunos medios nos vienen malinformando, la  gestión privada de la sanidad es más cara que la pública. Por media, la explotación privada de hospitales resulta un 58,2% más cara.

Hospitales, coste por camaLos datos aquí presentados se refieren a hospitales de Madrid, pero se repiten en magnitudes similares en los gestionados en Castilla La Mancha.

Fuente: Asociación Para la Defensa de la Sanidad Pública

POLÍTICA ECONÓMICA, desmontando algunas mentiras

  • Una de las mentiras con la que nos machacan a diario y que sirve de pretexto para aplicarnos los tremendos recortes sociales que nos están perpetrando es la que dice «…tenemos un gasto público muy alto».

Como esto en sí mismo resulta muy difícil de valorar para cualquier ciudadano, resulta aclaratorio una comparativa con nuestro entorno europeo. Para ello tratamos de objetivarlo y lo presentamos en porcentaje respecto al PIB de cada país. Veamos:

Y vemos, oh sorpresa, que gastamos muy por debajo de los países de la Unión Europea y de la Zona Euro, es decir nuestro gasto público es muy bajo.

Por otro lado, se está atacando a la Sanidad Pública haciéndonos creer que la usamos y gastamos en exceso. Veamos otra comparativa respecto a nuestro entorno.

Se trata del gasto en sanidad pública por habitante y año:

Podemos ver que nos encontramos en el grupo de cola del gasto en sanidad.

  • Pero es preciso denunciar que el problema no reside en el gasto, el problema se encuentra realmente en la falta de ingresos. Exactamente en la pérdida de ingresos vía impuestos, fundamentalmente la reducción de los tipos máximos del impuesto a las personas físicas (IRPF), los cuales se han ido reduciendo de forma populista e irresponsable en los últimos años por los sucesivos gobiernos que venimos padeciendo, y siempre de forma grosera a favor de las rentas más altas.

Consecuencia de ello, así como de otras políticas privatizadoras, ha sido la necesidad del Estado de endeudarse externamente, a costa de la reducción de los ingresos impositivos mencionados. Recordemos que las grandes fortunas, han visto eliminado el Impuesto de Patrimonio, cotizan al 1% en las SICAV’s, con sus empresas constituidas «ad hoc» cotizan por debajo como rentas de trabajo en vez de rentas de capital, evaden dinero sistemáticamente y utilizan la «legalidad» de los paraísos fiscales, constituyen fundaciones, etc. Con todo ello, prácticamente y de forma exclusiva, casi toda la fiscalidad del estado recae sobre los trabajadores sujetos a nómina.

Para ver lo que España ingresa vía impuestos, al igual que en el caso anterior presentamos la comparativa por países y en relación a su PIB:

De nuevo podemos ver confirmadas nuestras sospechas en cuanto a que somos uno de los países que menos impuestos paga, sobre todo en los tramos más altos de renta, aunque aquí no aparece señalado.

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Fuente gráficos: EUROSTAT

Fukushima: continúa la pesadilla

FRANCISCO CASTEJÓN  |  DOCTOR EN FÍSICAS E INVESTIGADOR DEL CIEMAT

El sufrimiento de la población japonesa se ve agravado por los nuevos sucesos de Fukushima-Daiichi. Al riesgo de fusión completa de los reactores 2 y 3, al peligro de descontrol de la reacción nuclear, a la nube radiactiva que afecta a miles de personas, hay que sumar ahora los vertidos de agua contaminada al océano. Se trata del vertido voluntario de unas 11.500 toneladas de agua radiactiva y del vertido accidental de agua altamente radiactiva que ha durado más de 48 horas, a razón de unos 7.000 litros a la hora, y que procede del reactor número 2.

El vertido voluntario procede del enfriamiento de los reactores y está contaminado sobre todo por radionucleidos ligeros como iodo, que emitirá radiactividad durante unos 160 días, y de cesio, que será radiotóxico durante unos 120 años.
El vertido de estas 11.500 toneladas se produce para habilitar espacio destinado a almacenar líquidos aún más radiactivos como el agua que se ha estado fugando del reactor número 2. La fuga accidental, mucho más grave, se intentó controlar mediante la inyección de hormigón, sin éxito, y posteriormente con la inyección de polímetros absorbentes, también sin éxito. Finalmente se ha conseguido frenar mediante un compuesto de silicato sódico. La contaminación radiactiva de este agua es gigantesca. No está clara su procedencia, pero todo indica que ha debido estar en contacto con el núcleo o con el combustible gastado. Es la única forma de entender los altos niveles de contaminación que lleva. Si este agua ha arrastrado consigo compuestos procedentes del combustible gastado, la radiactividad podría persistir durante miles de años.
El vertido de las 11.500 toneladas cabe achacarlo a la falta de previsión de la empresa Tepco, que refrigeró los reactores con agua de mar sin haber habilitado suficiente espacio para almacenarla. Este agua debería haber sido tratada como un residuo radiactivo y guardarla como tal. Pero la falta de espacio obligó a la evacuación.
Los vertidos accidental y voluntario de agua radiactiva constituyen dos hechos muy graves que introducen una nueva variable en el que ya es el segundo accidente nuclear más grave de todos los tiempos.
La contaminación afectará a los ecosistemas marinos y es muy difícil evaluar sus efectos puesto que no existen precedentes de este tipo de contaminación.
Pero es claro que las sustancias radiactivas tendrán gran impacto en los ecosistemas marinos hasta que el agua se diluya lo suficiente para que los niveles de radiactividad sean admisibles.
La extensión de la contaminación dependerá de la distribución de las corrientes en la zona y va a afectar a grandes extensiones del fondo marino, probablemente a cientos de kilómetros cuadrados. A esto hay que añadir el hecho de que los peces se desplazarán extendiendo la radiactividad mucho más allá de la zona del escape. También son escasos los estudios del efecto de la radiactividad sobre los seres vivos no humanos, en particular, sobre los peces y las algas. Pero sí se conoce la gran capacidad de mutar de los peces, por lo que es seguro que la fauna y flora marinas se verán gravemente afectadas. No sabemos la superficie de estas zonas contaminadas, pero es posible que se extienda a cientos de kilómetros. Los mecanismos de difusión de la contaminación en el mar son muy poco conocidos y dependen desde luego de las corrientes, pero también de los movimientos de la fauna marina. Pero además hay que tener en cuenta el efecto de la acumulación de la contaminación en las cadenas tróficas. El adagio de el pez grande se come al chico, debería leerse más bien como el pez grande se come muchos peces chicos, cada uno con su aportación radiactiva, de tal forma que los individuos que se sitúan en las posiciones más altas de las cadenas tróficas son los que más radiactividad acumulan. Y, no hay que olvidarlo, el eslabón final de esa cadena es el ser humano.
La contaminación del océano y de los bancos pesqueros de la zona introduce una nueva variable en el accidente de Fukushima. Se desconoce cual será el alcance y los efectos de estos vertidos, aunque parece claro que impedirá el consumo del pescado procedente de Japón de forma normal. La contaminación fuerza una veda de la pesca en la zona por tiempo indefinido. Aún cuando se detecte en el futuro que la radiactividad ha caído, será necesario controlar el pescado capturado en esos bancos para ver si es apto para el consumo.
La catástrofe es doble. Por un lado afecta a la economía pesquera japonesa y, por otro, inflinge un daño aún desconocido a los ecosistemas marinos. El accidente de Fukushima está mostrando riesgos nuevos de la energía nuclear. Las nube radiactiva de Chernobil se desplazó por buena parte del mundo, en parte debido a las corrientes de aire, pero también debido al vuelo de las aves migratorias contaminadas. En Fukushima se va a aprender, pagando un alto precio, cómo se difunde la radiactividad en el medio marino. Los efectos son verdaderamente catastróficos y superan los temores de no pocos expertos. El problema es que muchas centrales nucleares en el mundo están cerca de la costa y el episodio de contaminación marítima añade una afección nueva a los efectos de los accidentes nucleares.
El tsunami que causó el accidente de Fukushima era improbable, pero finalmente ocurrió. Está claro que la industria nuclear no puede preverlo todo y que los sucesos extremos, aunque improbables, causan unos efectos tan catastróficos que lo más sensato es prescindir de esta energía lo antes posible.

EXPOSICION A RADIACIONES NUCLEARES

A raíz del gravísimo accidente nuclear de Fukushima estamos aprendiendo a hablar de «microSieverts» o «miliSieverts». En efecto, se trata de las unidades de medición a la exposición a radiaciones ionizantes, que como sabemos tienen diferente impacto en la salud de quien los recibe en función de su dosis y su tiempo expuesto.

Los siguientes dos cuadros muestran diferentes niveles de exposición a radiaciones. El primero de ellos muestra las radiaciones con las que convivimos habitualmente y en el segundo vemos una escala completa de exposiciones desde la más inocua hasta la que resulta mortal en días. Ha de tenerse en cuenta que en el primer caso se presenta en «microSieverts» y en el segundo en «miliSieverts» (mil veces más) y que han de tomarse de forma referencial ya que entre ambos cuadros hay pequeñas diferencias.

Fuentes:  Agencias

¡Basta!

Federico Mayor Zaragoza – Comité de Apoyo de ATTAC

Ha llegado el momento de plantarse, de decir con serenidad y firmeza que la humanidad no puede seguir padeciendo los inacabables estertores de un sistema que ha desembocado en la gravísima y múltiple crisis actual (social, financiera, alimentaria, medioambiental, política, democrática, ética…).

Ha llegado el momento de la movilización ciudadana frente al “gran dominio” (económico, energético, militar, mediático), de tal modo que se inicie sin demora la gran transición desde una economía de especulación y guerra (4.000 millones de dólares al día en armas y gastos militares al tiempo -no me cansaré en insistir en ello- que mueren de hambre más de 70.000 personas), a una economía de desarrollo global sostenible, que reduzca rápidamente los enormes desgarros y asimetrías sociales y el deterioro progresivo (que puede alcanzar límites irreversibles) del entorno ecológico.

Ha llegado el momento de impedir y sancionar el acoso que el “mercado”, a través de conspicuas agencias de “calificación”, ejerce sobre los políticos, “rescatadores” empobrecidos que deben aplicarse, a riesgo de hundimiento financiero, a recortar sus presupuestos. Los que preconizaban “menos Estado y más mercado”, asegurando que se autorregularía y que se eliminarían los paraísos fiscales, deben rectificar públicamente y corregir los graves desperfectos ocasionados.

Ha llegado el momento de sustituir los grupos “plutocráticos” que iniciaron el Presidente Reagan y la Primer Ministro Tatcher, que han demostrado su total inoperancia, por unas Naciones Unidas fuertes dotadas de los recursos personales, técnicos y financieros que le permitan cumplir su alta misión (de seguridad internacional; de garante de los principios democráticos; de la libertad de expresión y de acceso a una información veraz; de acción coordinada para reducir el impacto de catástrofes naturales o provocadas; de atención medioambiental; de pautas de desarrollo social y económico oportunamente aplicadas)…

Ha llegado el momento de pasar de súbditos a ciudadanos plenos; de silenciosos a participativos; de espectadores a actores… ahora que las posibilidades de participación no presencial que ofrecen las modernas tecnologías de la comunicación lo permiten.

Ha llegado el momento, sobre todo, a través del ciberespacio de desentumecer nuestros cuerpos amilanados; de despertar en un nuevo día en que las riendas de nuestro destino común ya no estén en las mismas seculares manos.

La comunidad académica, científica, artística, intelectual en suma, debe liderar este proceso que permitirá en menos de diez años llevar a cabo el “nuevo comienzo” que la Carta de la Tierra preconiza.

Ha llegado el momento de plantarse, de alzarse -como nos pidió José Ángel Valente en su verso-, de no cejar.

Ha llegado el momento.

Ciencia o creencia

PEDRO CABA MARTÍN en Público

La reciente noticia sobre la decisión de la Universidad de Zaragoza de crear una cátedra de Homeopatía como resultado de un acuerdo con un potente laboratorio, así como la insistente atención de los medios de comunicación a ineficaces procedimientos terapéuticos, supuestos medicamentos y “productos milagro”, hace necesario una réplica sobre las llamadas medicinas alternativas.

Es cada vez más frecuente que en centros privados, colegios de médicos e incluso alguna universidad se impartan cursos académicos y concedan títulos de homeopatía, acupuntura, medicina natural y otras paramedicinas. Del incuestionable carácter incompleto del saber científico se benefician las pseudociencias, que ofrecen a la opinión pública una respuesta global y asequible sobre la enfermedad y el sufrimiento humano con procedimientos ancestrales que corresponden a periodos históricos precientíficos. Asistimos a una confusión terminológica que no diferencia las medicinas tradicionales o populares de las llamadas medicinas alternativas.
Las medicinas tradicionales o populares se fundamentan en los principios comunes del patrimonio cultural de los pueblos: religión, creencias, mundo sobrenatural y tabúes. La enfermedad es la consecuencia de fuerzas maléficas que requieren la intervención del chamán o hechicero para combatirlas. Utilizan procedimientos terapéuticos que, en algunos casos, han sido precursores de la medicina moderna, fueron y todavía son la única respuesta ante la enfermedad y el dolor en las antiguas culturas y aún hoy en día están vigentes en
etnias y grupos sociales desfavorecidos que no tienen acceso a la medicina científica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acepta estas terapias populares de relativa eficacia que utilizan los pueblos mientras no alcancen un desarrollo social y económico que les permita disponer de los avances de la medicina moderna.
La OMS ha definido las medicinas tradicionales como “ la suma de conocimientos, técnicas y prácticas, explicables o no, utilizadas para combatir trastornos físicos, mentales y sociales, basados en la experiencia y observación y transmitidos de una generación a otra” (Informe Técnico OMS, 1998). Muy diferentes, y no se deben confundir, son las llamadas medicinas alternativas, paralelas, naturales u holísticas. Son prácticas sistematizadas de terapias no verificadas por la comunidad científica médica y se basan en el efecto placebo, al que tenemos que reconocer que también recurre la medicina oficial en ocasiones. Las llamadas medicinas alternativas –homeopatía, acupuntura, naturismo, iridología, quiropraxia, reflexoterapia, auriculoterapia y otras– pueden mejorar algunos síntomas subjetivos asociados a la enfermedad: ansiedad, aflicción, temor al dolor y a la muerte.
La acupuntura, por ejemplo, es una práctica empírica milenaria china derivada de su visión cosmogónica, según la cual el universo surgió de la relación dialéctica entre el principio activo, caliente, masculino y positivo (Yang) y el principio pasivo, oscuro, femenino y negativo (Yin). En esta dualidad básica, el equilibrio entre el defecto y el exceso, el Yin y el Yang, es el Tao. La acupuntura está asociada al taoísmo, y los preceptos descritos en el Nei-Ching son su base teórica.

La homeopatía se fundamenta en la convicción de que “lo semejante se cura con lo semejante”. Fue el lema de Hahnemann, su creador. Utilizó sustancias diluidas en dosis infinitesimales en diluciones sucesivas de una en 99 partes y tuvo justificación en sus comienzos (siglo XVIII) como reacción a una práctica médica académica, con escasa base científica, en la que se utilizaba con profusión sangrías, crísteles y purgas. Hoy ha derivado hacia una impostura ineficaz y charlatanesca que genera grandes beneficios económicos.
Últimamente han surgido proyectos de integrar en la sanidad pública estas prácticas médicas acientíficas, con el sorprendente argumento de que aproximadamente el 40% de la población recurre a ellas. En la medicina, toda terapia debe ser subordinada a ensayos científicos. Las medicinas alternativas no admiten este tipo de pruebas y basan su actuación en creencias y testimonios históricos que demuestran, según ellos, su eficacia. En 1993, el Parlamento Europeo creó una comisión para evaluar estas terapias alternativas y emitió un informe confirmando que “las prácticas médicas deben basarse en pruebas científicamente demostradas y en medicamentos experimentados en ensayos aleatorios”. Según The New England Journal of Medicine, una de las más prestigiosas publicaciones médicas, “las medicinas alternativas se fían de falsas teorías y anécdotas e ignoran los mecanismos biológicos y menosprecian la ciencia moderna”.

La medicina, como toda la ciencia, es fragmentaria, provisional en sus conclusiones y transitoria hacia el progreso. El objetivo de la ciencia consiste en elaborar teorías fiables para predecir fenómenos y codificar experiencias. Cuando el pensamiento se dogmatiza y se proclama poseedor de la verdad absoluta, ya no es ciencia, es creencia. Ciencia y creencia son esencialmente distintas e irreductibles. La única alternativa a la medicina es una medicina más científica y humanizada. Es decir, una medicina mejor. El ejercicio de la razón no es sólo necesario para el progreso científico, sino también imprescindible para la supervivencia de la humanidad. El pensamiento racional no es sólo un imperativo ético, sino el único camino para evitar la consolidación de una sociedad injusta e insolidaria e impedir que estemos encaminándonos hacia un ecocidio. La superstición, el oscurantismo o el fanatismo religioso se propagan por doquier, incluido el mundo desarrollado. Tal vez un sueño, una esperanza: la aparición de una cultura racional y crítica pero no dogmática, con mentalidad científica no cientifista, tolerante pero no frívola. Quizá no sea desmedido el grito del premio Nobel Richard Feyman: “Racionalismo o barbarie”.

Pedro Caba Martín es Médico. Ex vicepresidente de la OMS (Organización Mundial de la Salud)

Ilustración de Miguel Ordoñez

JEAN ZIEGLER: “LA SOLUCIÓN AL HAMBRE NO ES DAR MÁS, SINO ROBAR MENOS”

  • Ziegler es escritor, sociólogo, analista político y anticapitalista.
  • Participa en el comité consultivo del Consejo de Derechos Humanos.
  • El sociólogo suizo publica su libro, ‘El odio a Occidente’ (Península).
  • «La ONU ya no funciona. El Sur quiere relaciones de igualdad».
  • «Hay dos tipos de odio: el patológico (el de Al-Qaeda) y el razonado».
David Rojo en 20 minutos.es

Haber nacido en Suiza –un país cuya “única materia prima es el dinero de los demás”– y una larga relación con la ONU no implica directamente la defensa del capitalismo financiero que esos dos datos harían sospechar. Ziegler es un anciano antiprototípico capaz de articular un libro sobre esta premisa: “Pocas veces los occidentales han dado tales muestras de ceguera, indiferencia y cinismo como ahora. Su ignorancia de las realidades es impresionante. Y así es como se alimenta el odio“.

Es una acusación bastante dura, ¿no le parece?

Vivimos en un orden caníbal del mundo: cada cinco segundos muere un niño de menos de 6 años; 37.000 personas fallecen de hambre cada día y más de mil millones (casi una sexta parte de la humanidad) sufre malnutrición permanente. Y mientras tanto, las 500 mayores multinacionales controlaron el año pasado el 53% del PIB mundial. Esta oligarquía del capital financiero organizado tiene un poder como jamás lo tuvo un papa, un rey o un emperador. Creo que la ceguera y la arrogancia de los occidentales es total.

La pasada semana hubo una reunión de la ONU, que es su casa, para tratar el asunto.

Sí. Y [el secretario general] Ban Ki Moon dijo que el hambre podría ser erradicada con 40.000 millones de dólares. Es una locura, porque el problema no es que haya poco dinero para los subsidios de cooperación (aunque siempre se puede hacer más), son las estructuras del orden criminal del mundo las que fabrican cada día la masacre cotidiana del hambre. La solución no es dar más, sino robar menos.

¿Cuáles son esas «estructuras del orden criminal»?

Este orden se basa en tres pilares. El primero es el dumping [exportar productos a un precio más bajo que en el propio país] agrícola: la UE exporta productos agrícolas a África a precios muy bajos, lo que destruye la agricultura africana. El segundo son los agrocarburantes: se queman millones de toneladas de trigo y maíz para proteger el planeta, para reducir las emisiones;es una razón comprensible, pero quemar alimentos en un planeta donde cada cinco segundos un niño muere de hambre es un crimen contra la humanidad…

¿Y el tercer pilar?

Es la especulación bursátil de los grandes hedge funds sobre el arroz, el trigo, el maíz, etcétera. La especulación sobre los alimentos de base. Después de la crisis financiera de 2008, los grandes hedge funds migraron desde los mercados financieros a los mercados de materias primas. Se dedicaron, legalmente, a especular e hicieron explotar los precios de los alimentos básicos.

La UE es responsable de algunas de estas políticas…

La hipocresía de los comisarios, inclusive españoles, es impresionante. Porque cuando los refugiados del hambre intentan venir a Canarias o a Lampedusa son rechazados por métodos militares.

Pero, ¿no existe un problema de sobrepoblación?

La FAO, que cada año da en su informe anual unas cifras respetadas por todos, dice que la agricultura actual podría alimentar a 12.000 millones de personas. Es, prácticamente, el doble de la humanidad. Y el Banco Mundial dice que al menos 260 millones de personas más fueron empujadas en 2009 al abismo del hambre por causa de la especulación.

¿Y la culpa de todo ello es de Occidente?

Occidente es ciego, arrogante, no comprende la memoria herida de la esclavitud, de las masacres coloniales;no entiende que hoy en día todo eso se transforme en conciencia política, en reivindicación de perdón y de reparación.

Pero hablar de odio en el título es bastante agresivo.

Este libro es un libro de esperanza. Ésta es la 14.ª edición en el extranjero y funciona muy bien. Siempre los editores dicen que el título no es muy bueno, porque la palabra odio impresiona mucho. Pero hay dos tipos de odio: el patológico, que es el del terrorismo, el de Al-Qaeda, que no tiene justificación y tiene que ser combatido con todas las medidas democráticas; pero existe otro: el odio razonado, que es el que se ve en Bolivia, en Caracas, en otras partes. Es la transformación, postergada, de esa memoria herida de la esclavitud en una fuerza política. En Bolivia, por primera vez en el subcontinente, es un campesino, un cocalero, un aymara –no un intelectual de izquierdas– quien gobierna.

¿Cómo se produce esta transformación?

Estos países están viviendo un renacer identitario y la fuerza política y social generada es capaz de hacer frente a las multinacionales (con las expropiaciones del petróleo, el gas, las minas…).

¿Y cuál es el papel de Europa?

Las multinacionales son el poder principal en España, Francia y en todas partes. Los Estados de Europa son verdaderas democracias, donde los derechos humanos son respetados. Pero, fuera de Europa practican el fascismo externo, la ley de las multinacionales, que maximizan los beneficios con la explotación máxima de los recursos ajenos. Pero aquí, en el cerebro del monstruo, el pueblo existe con todos sus derechos: una sociedad civil con conciencia puede forzar la prohibición de quemar alimentos para fabricar biocarburantes, puede reformar la Bolsa, prohibir la especulación con materias primas…

¿Y el de la ONU?

Naciones Unidas ha terminado. En su momento fue muy importante, pero ya no funciona. Los países del Sur quieren relaciones internacionales, organismos, de justicia e igualdad, que no existen. Si es posible construir un frente de solidaridad planetaria entre la nueva sociedad civil aquí y los nuevos movimientos del Sur, se podría quebrar el orden caníbal del mundo. El libro se publica con esta esperanza.

Sean Penn denuncia el cierre de hospitales en HAITÍ


El actor Sean Penn, que se ha dedicado a ayudar Haití desde el sismo del pasado 12 de enero, pidió insistentemente este miércoles ante el Congreso estadounidense que se reabran los hospitales haitianos que cerraron por falta de recursos.

«Los hospitales que existen en Haití deben ser rehabilitados para seguir funcionando con personal, medicamentos y servicio administrativo», abogó la estrella de Hollywood quien, con su entidad J/P Haitian Relief Organization, lleva cuatro meses asistiendo a uno de los mayores campos de refugiados de la capital haitiana Puerto Príncipe.

«En esa ciudad en ruinas, cinco hospitales operativos fueron cerrados (…) por falta de financiamiento», afirmó Sean Penn durante una audiencia sobre la eficacia de la ayuda internacional ante la comisión de Asuntos Exteriores del Senado.

El actor advirtió que los primeros casos de difteria se habían declarado en el campo de golf de Piétonville que alberga a más de 50.000 personas, mientras se acerca la temporada de lluvias. Asimismo denunció la escasa vacunación en el país.

El sismo que sacudió Haití el 12 de enero mató entre 250.000 y 300.000 personas y dejó a más de 1,3 millones de haitianos sin techo, según la ONU y las autoridades nacionales.

«La homeopatía es brujería», según los médicos británicos

Luis Alfonso Gámez en EL CORREO

«La homeopatía es brujería. Es una desgracia que, situado entre el Hospital Nacional de Neurología y Great Ormond Street (en Londres), haya un Hospital Nacional de Homeopatía que financia el Servicio Nacional de Salud (NHS)», ha dicho Tom Dolphin, vicepresidente del comité de médicos jóvenes de la prestigiosa Asociación Médica Británica (BMA). Según ‘The Daily Telegraph’, los participantes en el encuentro anual de estos jóvenes profesionales han acordado por abrumadora mayoría pedir al NHS que deje que costear la homeopatía, en lo que supone un nuevo duro golpe a esta práctica.
El Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes urgió en febrero al NHS a que no la financie porque «no existe ninguna prueba de que funcione más allá del placebo» y pidió, además, a la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) que impida que las etiquetas de los preparados homeopáticos incluyan afirmaciones sobre su uso médico: «Como no son medicinas, los productos homeopáticos no deberían tener licencia de la MHRA».
Los homeópatas sostienen que un preparado en el que una sustancia ha sido diluida hasta el punto de que no queda ni una molécula de ella es efectivo gracias a la llamada ‘memoria del agua’, cuya existencia nunca ha sido probada.