…este es el título del libro que siempre quise escribir por mi dedicación a la absorción de los polvos domésticos. Y es que a mí, como a L.L., me gustan los libros escritos, porque si no… es como si les faltara algo.
Un año más, éste sin Manuel Fraga uno de sus ejecutores, conmemoramos el vil asesinato de cinco trabajadores en Vitoria-Gasteiz:
CAMPANADAS A MUERTOS I parte Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Y el pueblo se recoge cuando el lamento se acerca; son ya tres penas más que hemos de llevar a la memoria.
Campanadas a muerto por las tres bocas cerradas; ¡ay de aquel trovador que olvidara las tres notas!
¿Quién cortó el aliento de aquellos cuerpos tan jóvenes sin otro tesoro que la razón de los que lloran?
Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Asesinos de razones y de vidas que nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias.
Asesinos, asesinos de razones, asesinos de vidas que nunca, nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias, memorias.
Cuando Lluis escribió esta obra sólo se conocía la muerte de tres trabajadores. En días posteriores fallecieron otros dos. Por ello el poema hace referencia sólo a tres asesinados.
CAMPANADAS A MUERTOS IV parte La miseria se hizo poeta y escribió en los campos en forma de trincheras y los hombres marcharon hacia ellas. Cada uno fue una palabra del victorioso poema.
Tal como se elaboró la Reforma Laboral, que -discursos oficiales aparte- facilita y abarata el despido y da más facilidades a los empresarios para ignorar los convenios de ámbito superior al de la empresa, se hacen evidentes sus primeros resultados. Consolida la escalada del paro con la mayor subida en el mes de Febrero de los últimos años :
EL PARO. OTROS DATOS
Datos de finales de 2011
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PARO JUVENIL:
Fuentes: El País, New York Times, lainformacion.com, Público.es
Después de sus primeras apariciones públicas y otras clandestinas a base de micrófonos indiscretos o provocados, este desvergonzado gobierno vuelve a perpetrar un atraco a la ciudadanía para poner en bandeja a los que les mandan, mano de obra aún más barata y ya con exiguas protecciones.
A estos miserables no solo no les ha temblado la mano a la hora de tomar medidas tan brutales como las que estamos conociendo estos días, sino que se han permitido el lujo de presumir de ello, como cuando hace unos días veíamos a un De Guindos arrastrándose de forma viscosa hasta el comisario Olli Rehn para presumir «que preparaban una reforma laboral extremadamente agresiva».
Y así ha sido, este gobierno se dispone a dejar absolutamente indefensos a los trabajadores, aprobando leyes a la medida de la clase dominate, que conduzcan irremediablemente al mayor enriquecimiento de los poderosos a cuenta de la precariedad y empobrecimiento de la mayoría.
Se proponen aprobar, y aprobarán con su mayoría absoluta en el Parlamento, medidas como:
Despidos con 20 días de indemnización (bajo muy facilones pretextos en tiempo de crisis)
Modificación de las condiciones de trabajo (subir horas, bajar salario, turnos, desplazamientos)
Eliminación definitiva de las horas extras (por la libertad de modificación de condiciones)
Despidos, entre otras cosas, por:
– No aceptar nuevas condiciones.
– Disminución de ingresos en la empresa por más de dos trimestres consecutivos.
– Oponerse a traslados.
– Faltar al trabajo «justificadamente» entre 9 y 20 días en 2 meses por enfermedad.
Los convenios de empresa primarán sobre el sectorial (invirtiendo toda lógica racional)
Período de prueba de hasta un año (después… a la calle sin un euro)
ERE´s sin autorización (sin necesidad de autorización por parte de la administración)
En definitiva se trata de una auténtica «desregulación» de todas las condiciones laborales conquistadas anteriormente, siguiendo el modelo neoliberalista en lo económico. Responde al concepto de lo que han denominado como flexiseguridad. Este neologismo no es otra cosa, que lo que comentábamos, acabar con los avances y garantías obtenidas en décadas precedentes respecto a las condiciones laborales de los trabajadores y dar todas las facilidades legales a los empresarios para hacer y deshacer en esta materia, según su deseo y antojo.
Es una verdad universalmente aceptada que la educación es la clave del éxito económico. Todo el mundo sabe que los empleos del futuro requerirán niveles de capacitación más altos que nunca. Es por esto que, en una reciente aparición junto al ex gobernador de Florida Jeb Bush, el presidente Obama declaró que “si queremos más buenas noticias sobre el empleo, tenemos que hacer más inversiones en educación”.
«Pero lo que todo el mundo sabe es equivocado«
Un día después del encuentro Obama-Bush, The Times publicó un artículo acerca del uso creciente de software para realizar investigaciones legales. Resulta que las computadoras pueden analizar rápidamente millones de documentos, haciendo de un modo muy económico una tarea que requería ejércitos de abogados y asistentes.
En este caso, entonces, el progreso tecnológico está reduciendo, de hecho, la demanda de trabajadores con un alto nivel de educación.
Y la investigación legal no es un ejemplo aislado. Como lo señala el artículo, el software también viene reemplazando a los ingenieros en tareas tales como el diseño de microprocesadores. La idea de que la tecnología moderna elimina sólo empleos poco calificados, que los trabajadores con una sólida educación son claros ganadores, puede ser dominante en la discusión pública, pero se desactualizó hace décadas.
El hecho es que desde 1990 aproximadamente el mercado laboral de EE.UU. se ha caracterizado no por un aumento generalizado de la demanda de capacitación, sino por un “vaciamiento”: los empleos con mejor remuneración y los de salarios bajos crecieron rápidamente, no así los empleos de salarios medios, la clase de trabajos de los que dependemos para sostener a una fuerte clase media. Y el agujero en el medio se fue agrandando; muchas de las ocupaciones bien remuneradas que experimentaron un rápido crecimiento en los 90 han crecido más lentamente en los últimos tiempos, aun cuando se aceleró el crecimiento del empleo de salarios bajos.
¿Por qué ocurre esto? La creencia de que la educación es cada vez más importante se basa en la noción que suena plausible de que los avances tecnológicos incrementan las oportunidades laborales para quienes trabajan con información; dicho en términos más sencillos, que las computadoras ayudan a los que trabajan con la cabeza y que perjudican a los que trabajan con las manos.
Sin embargo, algunos años atrás, los economistas David Autor, Frank Levy y Richard Murnane argumentaron que esta era una manera errada de pensar el tema. Las computadoras, señalaron, sobresalen en tareas rutinarias, “tareas cognitivas y manuales que pueden realizarse siguiendo reglas explícitas”. Así, cualquier tarea rutinaria categoría que abarca diversos trabajos administrativos, no manuales está en la línea de fuego. Por el contrario, los trabajos que no se pueden llevar a cabo siguiendo reglas explícitas categoría que incluye diversas clases de trabajo manual, desde chóferes de camiones hasta porteros de edificios tenderán a crecer aún a pesar del progreso de la tecnología.
Difícil de automatizar
Y he aquí el nudo de la cuestión: la mayor parte del trabajo manual que todavía se hace en nuestra economía parece ser del tipo del que es difícil de automatizar. En particular, en momentos en que los trabajadores del sector manufacturero tienen en Estados Unidos un nivel de desempleo inferior al 6%, no hay muchos empleos de línea de producción que se puedan perder.
Mientras tanto, buena parte del trabajo administrativo que hoy realizan trabajadores con un alto nivel de educación y una remuneración relativamente elevada, pronto podrían ser computarizados. Las aspiradoras-robot (roombas) son lindas, pero todavía falta mucho para que haya porteros-robot; por su parte, la investigación legal automatizada y el diagnóstico médico por computadora ya están aquí.
Y también hay que considerar la globalización. En otra época, sólo los obreros de fábrica tenían que preocuparse por la competencia de otros países, pero la combinación de computadoras y telecomunicaciones hizo posible proveer muchos servicios desde lejos. Y la investigación de mis colegas de Princeton Alan Blinder y Alan Krueger sugiere que los empleos bien pagos realizados por trabajadores con un alto nivel de educación tienden a ser más “tercerizables” que los trabajos realizados por trabajadores menos calificados y con sueldos bajos. De ser así, el crecimiento del comercio internacional de servicios agudizará aún más el vaciamiento del mercado laboral estadounidense.
Lo que la universidad no puede
¿Pero, de todo esto, qué dice de la política? Sí, necesitamos corregir la educación estadounidense. En particular, las desigualdades que experimentan los norteamericanos desde la línea de partida los chicos brillantes de familias pobres tienen menos posibilidades de terminar la universidad que los chicos mucho menos capaces de familias ricas no son solamente una atrocidad: representan un descomunal desperdicio del potencial humano de la nación.
Pero hay cosas que la educación no puede hacer. En especial, la noción de que poner más chicos en la universidad puede devolvernos la sociedad con clase media que supimos tener es una expresión de deseos. Ya no es tan cierto que un título universitario garantiza un buen empleo, y con el correr de las décadas es cada vez menos cierto.
Por eso, si queremos una sociedad con más prosperidad para todos, la educación no es la respuesta: tendremos que ocuparnos de construir esa sociedad directamente. Tenemos que restablecer el poder de negociación que la fuerza laboral perdió en los últimos 30 años, de modo que los trabajadores comunes así como las superestrellas puedan negociar buenas remuneraciones. Debemos garantizar las necesidades básicas, sobre todo el cuidado de la salud, para todos los ciudadanos.
Lo que no podemos hacer es llegar adonde queremos ir simplemente otorgándoles a los trabajadores títulos universitarios, que pueden ser no más que pasaportes a empleos que no existen o que no pagan salarios de clase media.
Los gobernadores republicanos pretenden despojar a los «unions» de sus derechos
Diario Público
Wisconsin, Indiana, Ohio. Las últimas ofensivas de los gobernadores derechistas para despojar a los sindicatos de funcionarios de sus derechos obedecen a una estrategia republicana destinada a socavar uno de los cimientos del Partido Demócrata y desviar su atención, y sobre todo sus fondos, de las elecciones presidenciales de 2012, que ya han entrado en precampaña.
Y ya no lo ocultan. Esta semana el Partido Republicano, que hasta ahora se había amparado en el déficit presupuestario de Wisconsin para justificar los recortes brutales de salarios y privilegios de sus empleados públicos, desveló sus intenciones en un anuncio difundido en la televisión local. «Barack Obama prepara una campaña de miles de millones de dólares», empieza diciendo el narrador. «En 2008, los sindicatos le dieron 400 millones de dólares. Obama y los sindicatos obstaculizan la reforma económica, han creado este embrollo, pongamos las cosas en orden».
Por «embrollo», el anuncio se refiere al caos que desde hace tres semanas reina en Madison, la capital de Wisconsin, y que enfrenta a los sindicatos, al gobernador conservador Scott Walker, elegido en noviembre, y a los 14 senadores demócratas que han huido a Illinois para no votar el plan de recortes que dejaría a los funcionarios sin negociación colectiva.
Amenazas de despidos
Walker y los congresistas conservadores locales están desesperados por acabar con una situación que ha generado titulares negativos en todo el país. El gobernador amenaza con despedir a 1.500 funcionarios. El jueves consiguió finalmente desalojar a los manifestantes que ocupaban el Capitolio desde hacía dos semanas.
«Las propuestas de Walker reducirán el dinero que los funcionarios se gastan en contribuciones políticas. Como los empleados públicos son la base del movimiento sindical» en EEUU, «al rebajar las aportaciones de los funcionarios al partido demócrata, ayudan a hundir uno de los pilares del progresismo», explica Daniel DiSalvo, politólogo de la Universidad de Nueva York.
En Ohio esta semana, los conservadores se apuntaron una victoria contra sus empleados públicos, a los que acaban de despojar de su derecho a la huelga. Mientras, en Indiana, 38 congresistas demócratas también han huido al vecino Illinois para protestar contra una ley que también ataca directamente a los unions.
En otros diez estados, gobernadores y congresistas republicanos han propuesto iniciativas para minar la presencia de los sindicatos, incluso en Michigan, bastión del todopoderoso United Auto Workers, que agrupa a 390.000 trabajadores de la industria automovilística y que salió debilitado tras el rescate gubernamental de los tres grandes (Ford, Chrysler, General Motors) en 2009. «Los republicanos piensan que, si pueden destruir los sindicatos, ya no tendrán que preocuparse por los demócratas», comenta Karen Ackerman, directora política del AFL-CIO, la mayor confederación sindical de EEUU.
El Partido Demócrata, al igual que el republicano, recibe dinero sobre todo de las empresas. Pero, a diferencia de los conservadores, entre sus primeros 20 donantes figuran los tres principales sindicatos del país, la «American Federation of State County and Municipal Employees» (que representa millón y medio de funcionarios) y las dos grandes agrupaciones de profesores, el «National Education Association» y la «American Federation of Teachers».
Los sindicatos tienen previsto gastarse al menos 30 millones de dólares en los próximos meses en campañas y manifestaciones en los estados donde sus derechos se ven más amenazados, según Associated Press. Pero el tema no es tanto el dinero como la movilización electoral. «Los sindicatos usaron 3.000 personas en Ohio en las últimas seis semanas de la campaña» presidencial demócrata, explica Allan Cigler, de la universidad de Kansas. Un ejército humano crucial en estados como Pensilvania y Michigan, donde el electorado obrero es demócrata pero conservador y en 2008 hizo un esfuerzo cultural al elegir a un presidente negro.
Los expertos temen que las nuevas andanadas contra los sindicatos tengan un impacto profundo en las relaciones laborales en EEUU, al igual que el último gran enfrentamiento sindical, el del presidente Ronald Reagan con los controladores aéreos en agosto de 1981. Cuando estos amenazaron con hacer huelga, el mandatario despidió en un sólo día a sus 11.000 miembros, lo que contribuyó a desestabilizar el resto de los sindicatos del país y prácticamente eliminar las huelgas (145 en 1981; tan sólo 11 en 2010) como opción de protesta.
Como ya venimos tratando en este blog se están sucediendo dos procesos de gran envergadura que los medios de comunicación ignoran o cuando menos minimizan. Se trata de LA REVOLUCIÓN ISLANDESA y la revuelta obrera en el estado de WISCONSIN, en Estados Unidos.
Resulta sorprendente que los «medios» se interesen tanto por las revueltas más o menos violentas en los países árabes a la vez que «olvidan» estas pacíficas revoluciones en los países occidentales que pretenden frenar el ultra conservadurismo galopante que pretende -en este último caso- acabar con el sector público.
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EE. UU. en estos días:
Miles de personas han seguido las protestas este fin de semana contra los planes de gobernadores republicanos en Estados Unidos de reducir el déficit fiscal a cuenta de los trabajadores del sector público, siguiendo el ejemplo iniciado en Wisconsin.
Este domingo Michael Moore se ha incorporado a las manifestaciones en Madison, capital del estado de Wisconsin, en el centro norte del país. El director de cine manifestó que «los ricos se habían sobrepasado, primero tomando el dinero de la clase obrera y, ahora, tratando de silenciarlos» y Moore comparó la protesta de los trabajadores con la revueltas en los paises árabes.
«El sueño americano está en llamas. No estamos hablando de empleados de sindicatos. Hablamos de enfermeras, policías y bomberos», dijo en la manifestación de Washington el antiguo responsable para «empleos verdes» del Gobierno de Barack Obama, Van Jones, que abandonó su puesto en 2009.
Las protestas de Wisconsin se extendieron esta semana pasada a Indiana y Ohio, estados donde se debaten medidas similares, algo que también ocurre en Iowa, Idaho, Tennessee y Kansas.
Los antecedentes:
La propuesta de los republicanos de Wisconsin para reducir el déficit fiscal desemboca en una reescritura de la legislación laboral de ese estado y en masivas protestas de rechazo.
El Gobernador de Wisconsin, el republicano Scott Walker, enardecido con el triunfo ultraconservador en las elecciones de mitad de mandato de Obama, decidió proponer una ley que facilita la privatización de los servicios públicos y recorta los derechos de los funcionarios para paliar el abultado déficit público (que sin duda ellos no causaron, sino las políticas de sus gobernantes). Los sindicatos, prácticamente han sido apartados de la negociación de los convenios colectivos (tal como se pretende hacer también en nuestra Europa).
Scott Walker, presentó el pasado martes un presupuesto con profundos recortes para -supuestamente- reducir el profundo déficit fiscal, que asciende ya a 137 millones de dólares. Un argumento que, a juicio de los empleados públicos, ha servido como excusa para despojar de sus «derechos laborales a los trabajadores estadounidenses», ya que la medida arrebata a los sindicatos del sector público la mayoría de los derechos de negociación colectiva. La cuestión ha abierto, en definitiva, un auténtico debate nacional en EE UU sobre el papel de los sindicatos.
En Ohio, esta pasada semana también los republicanos actuaron contra sus empleados públicos, a los que eliminaron el derecho a la huelga. Mediente una nueva normativa, aprobada por los senadores republicanos de Ohio (17 votos a favor y 16 en contra) el pasado miércoles, limita la negociación colectiva al tema salarial, excluye todo lo relacionado con los planes de salud o las pensiones y supedita el proceso a la autoridad de los responsables locales, que tendrían la última palabra. Igualmente les prohíbe hacer cualquier huelga.
Las razones esgrimidas por los republicanos de Ohio son las mismas en las que se ha amparado el gobernador de Wisconsin, el déficit presupuestario (en este caso 8.000 millones) y la necesidad de recortes drásticos.
Pillan al gobernador del estado de Wisconsin admitiendo haber considerado infiltrar a violentos en las manifestaciones pacíficas:
En una llamada telefónica con alguien que fingía ser uno de sus principales contribuyentes a su campaña electoral, el gobernador Scott Walker dijo hace unos días que “había considerado” el envío de agitadores a las manifestaciones en la capital.
El alcalde de la ciudad, Dave Cieslewicz, notablemente furioso, dijo a la prensa que el gobernador de Wisconsin, en realidad pensaba en la infiltración de personas en las multitudes para convertir estas protestas pacíficas en algo violento.
El alcalde Cieslewicz dijo a continuación:
“Nuestras estimaciones son que tal vez medio millón de personas han pasado por la Plaza del Capitolio, en los últimos 10 días. Han venido con los ánimos cargados, y ha habido contra manifestaciones simultáneamente. Por lo tanto era de esperar problemas. Pero, lo que hemos conseguido es un compromiso de comportamiento cívico ejemplar y las protestas han sido todas pacíficas. No hemos tenido ni un solo arresto durante diez días de protestas.
Los manifestantes hasta ayudaban en la limpieza del capitolio y resulta que incluso está más limpio que nunca. La gente respetaba los jardines municipales como si fuera su propia casa. Ayer por la noche veía desde el interior del Capitolio como los manifestantes organizaron una hora de limpieza, desmontaron el bloqueo al capitolio y asistieron a los barrenderos a cumplir sus tareas. Han estado a la altura de nuestra reputación de “Cortesía del Medio Oeste”.
¡Qué vergüenza!
Clama el pleno de la Asamblea de Wisconsin antes de votar el proyecto de ley «antisindical»:
Qué mejor homenaje, cuando se cumplen 35 años del asesinato de cinco trabajadores por la policía del aún régimen franquista, que el que creó el talento y la sensibilidad de Lluis Llach la misma noche de los hechos; el magnífico poema sinfónico «Campanades a morts».
CAMPANADAS A MUERTOS I parte Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Y el pueblo se recoge cuando el lamento se acerca; son ya tres penas más que hemos de llevar a la memoria.
Campanadas a muerto por las tres bocas cerradas; ¡ay de aquel trovador que olvidara las tres notas!
¿Quién cortó el aliento de aquellos cuerpos tan jóvenes sin otro tesoro que la razón de los que lloran?
Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Asesinos de razones y de vidas que nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias.
Asesinos, asesinos de razones, asesinos de vidas que nunca, nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias, memorias.
Cuando Lluis escribió esta obra sólo se conocía la muerte de tres trabajadores. En días posteriores fallecieron otros dos. Por ello el poema hace referencia sólo a tres asesinados.
CAMPANADAS A MUERTOS IV parte La miseria se hizo poeta y escribió en los campos en forma de trincheras y los hombres marcharon hacia ellas. Cada uno fue una palabra del victorioso poema.
LOS HECHOS:
Durante el mes de enero de 1976 unos seis mil trabajadores iniciaban una huelga en contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo. Dos meses después, refrendada por las asambleas, convocaban por tercera vez una huelga general que fue masivamente seguida el día 3 de marzo.
Por la tarde estaba convocada a las cinco, una asamblea general en la iglesia de San Francisco del barrio de Zaramaga. La Iglesia estaba abarrotada ya mucho tiempo antes y la policia la rodeó violentamente.
En un momento determinado y haciendo caso omiso de la denegación del párroco la policía armada entró en la Iglesia por la fuerza y les conminó al desalojo. Apenas unos minutos después, desde el exterior, gaseaban el cerrado recinto de la iglesia abarrotada de gente creando desolación y pánico.
Los que abandonaban el templo medio asfixiados y con pañuelos en la boca fueron apaleados mientras salían por una de las puertas y a los que lo hacían por otra les dispararon con metralletas y pistolas con el balance final de cinco trabajadores muertos y más de ciento cincuenta heridos de bala.
Los asesinados fueron:
Romualdo Barroso de Agrator, de 19 años, Francisco Aznar operario de panaderías y estudiante, de 17 años, Pedro Martinez Ocio trabajador de Forjas Alavesas, de 27 años, Jose Castillo de Basa, una sociedad del Grupo Arregui, de 32 añosyBienvenido Pereda trabajador de Grupos Diferenciales, con 30 años.
El primero fue ametrallado cuando intentaba salir por una ventana. El segundo recibió un disparo en la cabeza, corrió para alejarse de la iglesia y cayó muerto a unos pasos de la iglesia. Algo similar ocurrió con el tercero. Los otros dos fallecerían días más tarde a consecuencia de las heridas recibidas en la Iglesia de manos de la policía.
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A continuación podemos leer la transcripción de las conversaciones entre las patrullas responsables de la carga en la iglesia, según las grabaciones existentes tomadas aquel día en la frecuencia de las comunicaciones de la Policía:
-Parece ser que en los alrededores de San Francisco aun hay más gente, ¿qué hacemos? Cambio.
-Si hay gente a por ellos. Cambio.
-Pero ten en cuenta que se meterán en la sacristía. Cambio.
-Claro que lo que pasa es que no tenemos todavía esas órdenes; de todas formas tal como están las cosas, se puede entrar. Cambio.
-Bueno, si tu lo dices, ¿de acuerdo?.
-De acuerdo. Cambio.
-(…)Vamos a por ellos..Charly a Charly 1. Cambio.
-Desaloja todo lo desalojable. Cambio.
-Paso a comunicarlo. Cambio.
-Adelante Charly. Cambio.
-Me dispongo a entrar en la iglesia. Cambio.
-De acuerdo. Cambio. Enterado.
-Adelante J.2. Cambio
-No entramos por la parte que habíamos previsto porque es una entrada falsa. Cambio.
-Otra cosa, Charly, recaba la autorización esa que tú sabes porque seguramente ahora se nos esconderán, sin tirarnos nada, se meterán dentro de la iglesia sin tirarnos piedras.
-De acuerdo. Pero ¿cuánta gente hay?. Cambio.
-No lo se, todavía no lo se, no lo he visto; pero estoy rodeándoles ahora. Cambio.
-Bueno, de todas formas espera un poco que voy a estar con el jefe a ver lo que dice. Cambio.
-Vamos a ver J.2 habla lo que le había dicho. Cambio.
– (…)Oh, han puesto cuatro coches ahí en medio y creo que hay que quitar; de todas formas si nos marchamos de aquí se van a marchar de la iglesia, eh. Cambio.
-Oye J.1 no interesa que Charly se marche del sitio donde está puesto que entonces se les escapa la gente de la iglesia. Cambio.
«Vamos a tener que emplear las armas de fuego»
-Bueno vamos a ver, Charly; en la puerta de la iglesia está la orden de desalojo; si tú estás en condiciones, acércate con gente y desalojas la iglesia lo primero. Cambio.
-J.2 y J.3 para J.1, procedan a desalojar la iglesia. Cambio.
-Ahora vamos a proceder entre J.2 y J.3. Cambio.
-Vamos a ver Charly, en cuanto estés desalojen a palos. Cambio.
-Ha venido aquí un cura de la Coronación y ha entrado con Altuna para ver al otro cura, porque antes nos han negado que estaban; vamos a ver lo que pasa.
-Si desalojan por las buenas, vale; si no a palo limpio. Cambio.
-De acuerdo.
-Vengan aquí; si no, no podemos hacer nada en San Francisco; manden refuerzos, si no, no hacemos nada. Si no nos marchamos de aquí. Ha salido con un cura pero resulta que no es el párroco, hemos estado dentro, pero esto está muy mal; si no, vamos a tener que emplear las armas de fuego. Cambio.
-Vamos a ver, mando por aquí un Charly. Entonces el Charly que está allá y J.2 y J.3 desalojen la iglesia como sea. Cambio.
-No se puede desalojar porque está repleta de tíos. Entonces por las afueras tenemos rodeado de personal, va a haber que emplear las armas. Cambio.
«Gasear la iglesia»
-Gasear la Iglesia. Cambio.
-De acuerdo.
-Adelante J.2. cambio.
-Interesa que vengan aquí unos Charly, porque estamos aquí rodeados de gente y al salir de la iglesia aquí va a ser un pataleo; vamos a tener que usar las armas, seguro además.
-Esperamos la llegada de una compañía que viene de San Sebastián a Vitoria, eh; tenéis ahí a Charly 3. Intervenir los tres juntos, sacarlos como sea. Cambio.
-Conforme. Enterado.
-Deben estar todos en la iglesia arreándose como leones. Cambio.
-Adelante, adelante V.47, dime con qué unidad estás y qué lío tenéis ahí. Cambio.
-Aquí están sacándolos a todos fuera en estos momentos.
-Pero vamos a ver, ¿estáis cargando o qué?. Cambio.
-¡A tope, a tope!.
-De acuerdo, de acuerdo. Cambio.
«Hemos tirado más de 2.000 tiros»
-Comunica a V-O que esto es una batalla campal para que lo sepa él. Cambio.. (se oyen disparos de metralleta, gritos y bocinas de coches).
-Que manden fuerza aquí que hemos tirado mas de 2.000 tiros. Cambio.
-A ver ese fuego, ¿qué ha sido?. ¿ha sido al aire?. Cambio.
-¿Estás en el ajo?. Ahí hay tiros y hay de todo. Cambio.
-Adelante Charly 3 para J.1. Cambio.
-Esto es la guerra en pleno, se nos está terminando la munición, las granadas, y nos están liando a piedras; es imposible defenderse; estamos aquí en la iglesia de San Francisco.
-Llegan ahí otra sección de Valladolid y creo que con Charly 1 y Charly 2 también…Digo si está ahí en el punto en la Iglesia de San Francisco porque creo que hay una batalla campal. Cambio.
-He visto varios coches con un pañuelo blanco, lo que quiere decir que hay heridos a manta. ¿Entiendes?.
-Mira si a ver si encuentras forma de llegar, que aquello debe estar muy mal-
-Enterado, enterado.
-(…)Estaba preguntando sí había heridos. Cambio.
-De momento de los nuestros no hay ninguno. Cambio.
-Bueno está bien, está bien. ¿Qué tal está el asunto por ahí?. Cambio.
-Se puede figurar, después de tirar 1.000 tiros y romper toda la iglesia de San Francisco, pues ya me contará cómo está toda la calle y todo. Cambio.
-Pero vamos a ver, en este momento, ¿seguís cargando y seguís con lío?.
-No en este momento, no. Cambio.
-¡Muchas gracias! Eh, buen servicio!.
-Dile a Salinas que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. Cambio.
-Pero es que toda la munición la tienen los de Valladolid que ni siquiera han pasado por aquí.
«Aquí ha habido una masacre»
-Tengo dos secciones y media paralizadas, la otra media tiene todavía unos poquitos…o sea aquí ha habido una masacre. Cambio.
-De acuerdo, de acuerdo. Cambio.
-Muy bien…pero de verdad una masacre.
-J.2 se acerca a la Iglesia San Francisco que según J.1 debe facilitar pelotas y granadas a Charly. Cambio.
-Ya tenemos dos camiones de munición eh… o sea que actuar a mansalva, y a limpiar, nosotros que tenemos las armas, a mansalva y sin duelo de ninguna clase.
A continuación el audio de la carga policial contra la iglesia:
RESPONSABLES DE LA MASACRE:
Una comisión del Parlamento Vasco consideró responsables políticos de los sucesos a los «titulares de los ministerios actuantes en este conflicto»: Manuel Fraga Iribarne, ministro de Gobernación (en Alemania durante los sucesos, ejerciendo la titularidad en funciones Adolfo Suárez), Rodolfo Martín Villa, ministro de Relaciones Sindicales, y Alfonso Osorio, ministro de Presidencia.
Todos ellos, encargados de «resolver» la crisis por el abyecto presidente del Gobierno Arias Navarro.
Fraga con una desfachatez sin límite culpó de las muertes a los sindicatos convocantes y a los trabajadores y siempre justificó aquellos asesinatos a la manera del dictador que lleva dentro:
“…aquello de Vitoria había que aplastarlo porque estaba dirigido por dirigentes que manipulaban a la clase trabajadora y eran pequeños soviets que se estaban gestando y había que extinguirlos…”
«…por supuesto, tengo que decir que la responsabilidad es de los que siguen echando la gente a la calle con mensajes de un tipo o de otro, les correspondía íntegra en cuanto a resultados trágicos como los que hemos vivido en Vitoria. Que este triste ejemplo sirva de gran lección para todo el pais en los meses próximos».
Desde hace más de 20 años, periódicamente se alzan voces pronosticando la quiebra de la Seguridad Social, y otras tantas veces llega la fecha en que se había anunciado el cataclismo sin que este se produzca. Tal discurso parte de una premisa errónea: la de considerar la Seguridad Social como algo distinto al Estado. Es esa concepción liberal, promovida por las entidades financieras y las organizaciones empresariales, y transmitida por algunos expertos y políticos, la que se coló de rondón en el Pacto de Toledo. La separación de fuentes no se ha entendido como algo convencional, un mero instrumento para la transparencia y la buena administración, sino como algo sustancial, de forma que se considera la Seguridad Social como un sistema cerrado que debe autofinanciarse y aislado económicamente de la Hacienda Pública, con lo que queda en una situación de mayor riesgo y complica cualquier mejora en las prestaciones.
En el marco del Estado social, de ninguna manera se puede aceptar que las pensiones deban ser financiadas exclusivamente con las cotizaciones sociales. Son todos los recursos del Estado los que tienen que hacer frente a la totalidad de los gastos de ese Estado, también a las pensiones. La Seguridad Social es parte integrante del Estado, su quiebra sólo es concebible dentro de la quiebra del Estado, y el Estado no puede quebrar; todo lo más, acercarse a la suspensión de pagos, pero tan sólo si antes se hubiese hundido toda la economía nacional, en cuyo caso no serían únicamente los pensionistas los que tendrían dificultades, sino todos los ciudadanos: poseedores de deuda pública, funcionarios, empresarios, asalariados, inversores y, por supuesto, los tenedores de fondos privados de pensiones. Los apologistas de estos últimos, que son los que al mismo tiempo más hablan de la quiebra de la Seguridad Social, olvidan que son los fondos privados los que tienen más riesgo de volatilizarse, como ha demostrado la actual crisis bursátil.
Ante una hecatombe de la economía nacional, muy pocos podrían salvarse, pero no tiene por qué ser ese el futuro de la economía española, a no ser que el dogmatismo liberal nos introduzca en una coyuntura parecida a la de Argentina. Desde hace 30 años, la economía de nuestro país ha venido creciendo, abstrayendo de movimientos cíclicos, a una tasa media anual superior al 2,5% mientras que la población en todo el periodo sólo se ha incrementado en un 25%, con lo que la renta per cápita a precios constantes ha aumentado cerca del 100%. Somos casi el doble de ricos que en los últimos años del franquismo. Y no hay razón para pensar que, al margen de oscilaciones cíclicas, la evolución en los próximos 30 años no sea similar. La pregunta no es cuántos van a producir, como pretenden los agoreros de las proyecciones demográficas, sino cuánto se va a producir y si la respuesta es que lo producido en el año 2040 va a ser el doble que en la actualidad, ¿por qué razón las pensiones habrían de estar en peligro?
Previsiblemente, el problema que se plantea de cara al futuro no va ser el de la falta de recursos sino el de su distribución, entre activos y pasivos, entre rentas del trabajo y del capital y entre bienes públicos y privados. Las transformaciones en las estructuras sociales y económicas comportan también cambios en las necesidades que hay que satisfacer y, por ende, en los bienes que se deben producir. La incorporación de la mujer al mercado laboral y el aumento de la esperanza de vida generan nuevas necesidades y exigen, consecuentemente, la dotación de nuevos servicios.
Hace ya tiempo que Galbraith anunciaba que todos estos cambios demandaban una redistribución de los bienes que hay que producir a favor de los llamados bienes públicos y en contra de los privados. El pronosticado envejecimiento de la población de ninguna manera hace insostenible el sistema público de pensiones, pero sí obliga a dedicar un mayor porcentaje del PIB no sólo al gasto en pensiones, sino también a la sanidad y a los servicios de atención a los ancianos. Detracción por una parte perfectamente factible y, por otra, inevitable si no queremos condenar a la marginalidad y a la miseria a buena parte de la población, precisamente a los ancianos; una especie de eutanasia colectiva.
Que es perfectamente factible lo indica el hecho de que sea España, en estos momentos, el país de la UE (de los 15) que dedica menor parte de su renta a pagar las pensiones (8,8%). Por el contrario, Alemania, Holanda, Francia, Austria e Italia gastan todos ellos en pensiones más del 12% del PIB. Existe por tanto margen suficiente para incrementar el gasto en pensiones. El reducido importe a que ascienden las prestaciones sociales en nuestro país tiene su contrapartida en los siete puntos de diferencia con la media europea (de los 15) que presenta la presión fiscal en España.
La verdadera amenaza para el sistema público de pensiones se encuentra en una concepción neoliberal de la economía que ha criminalizado los impuestos, de manera que ninguna formación política se atreve a proponer una política fiscal más agresiva. Las continuas rebajas fiscales como es lógico perfectamente dirigidas a beneficiar especialmente a las rentas de capital, a las empresas y a los contribuyentes de ingresos altos están vaciando de contenido el sistema tributario, minorando su progresividad y limitándolo a la imposición indirecta y a gravámenes sobre las rentas de trabajo, al tiempo que reducen su futuro potencial recaudatorio. El colmo de la esquizofrenia, pero una esquizofrenia muy rentable para algunos consiste en proponer hace unos meses la bajada de varios puntos de las cotizaciones y afirmar ahora que se precisa una reforma para que el sistema sea viable.
«…y otra vez estamos con que qué pasa con los que se quieren ir de puente.
¿Y QUÉ COJONES LLEVA PASANDO CON NOSOTROS UN PUTO AÑO ENTERO QUE LE IMPORTA UN HUEVO A TODO DIOS?
…
No me habléis de vuestro puto puente porque no me lo puedo ni creer.
Estoy dispuesta a dejar este curro de mierda porque no hay quien se lo fume, así que os aseguro a todos los cretinos que me estáis insultando que no tengo el coño pa ruidos ni de los pequeños.
Y comparado con quedarme en la puta calle me cago en vuestro puente trescientas veces. Reclamadle al ministro de una jodida vez, que es lo que no tenéis cojones para hacer. Bocazas.»