CARTA de PÉREZ ESQUIVEL a OBAMA

                                                                                                                                

CARTA DE UN PREMIO NOBEL A OTRO

 Estimado Barack:

 Al dirigirte esta carta lo hago fraternalmente y a la vez para expresarte la preocupación e indignación de ver cómo la destrucción y muerte sembradas en varios países, en nombre de la «libertad y la democracia», dos palabras prostituidas y vaciadas de contenido, terminan justificando el asesinato y es festejado como si se tratase de un acontecimiento deportivo.

Indignación por la actitud de sectores de la población de los EE.UU., de jefes de Estado europeos y de otros países que salieron a apoyar el asesinato de Bin Laden, ordenado por tu gobierno y tu complacencia en nombre de una supuesta justicia.

No buscaron detenerlo y juzgarlo por los crímenes supuestamente cometidos, lo que genera mayor duda; el objetivo fue asesinarlo.

Los muertos no hablan, y ante el miedo a que el ajusticiado pudiera decir cosas no convenientes para los EE.UU., la salida fue el asesinato y asegurar que «muerto el perro se terminó la rabia», sin tener en cuenta que no hacen otra cosa que incrementarla.

Cuando te otorgaron el Premio Nobel de la Paz, del cual somos depositarios, te envié una carta que decía: «Barack, me sorprendió mucho que te hayan otorgado el Nobel de la Paz, pero ahora que lo tienes debes ponerlo al servicio de la paz entre los pueblos; tienes toda la posibilidad de hacerlo, de terminar las guerras y comenzar a revertir la grave situación que vive tu país y el mundo».

Sin embargo has incrementado el odio y traicionado los principios asumidos en la campaña electoral ante tu pueblo, como poner fin a las guerras en Afganistán e Irak y cerrar las cárceles en Guantánamo y Abu Graib en Irak. Nada de eso has logrado hacer; por el contrario, decides comenzar otra guerra contra Libia, apoyada por la OTAN y la vergonzosa resolución de las Naciones Unidas de apoyarla; cuando ese alto organismo, empequeñecido y sin pensamiento propio, ha perdido el rumbo y está sometido a las veleidades e intereses de las potencias dominantes.

La base fundacional de la ONU es la defensa y promoción de la paz y dignidad entre los pueblos. Su preámbulo dice: «Nosotros los pueblos del mundo…», hoy ausentes de ese alto organismo.

Quiero recordar a un místico y maestro que tiene en mi vida una gran influencia, el monje trapense de la Abadía de Getsemaní en Kentucky, Tomás Merton, quien dice: «La mayor necesidad de nuestro tiempo es limpiar la enorme masa de basura mental y emocional que atasca nuestras mentes y convierte toda vida política y social en una enfermedad de masas. Sin esa limpieza doméstica no podemos comenzar a ver. Si no vemos no podemos pensar».

Eras muy joven Barack durante la Guerra de Vietnam; tal vez no recuerdes la lucha del pueblo norteamericano por oponerse a la guerra.

Los muertos, heridos y mutilados en Vietnam hasta el día de hoy sufren sus consecuencias.

Tomás Merton decía -frente a un matasellos del correo que acababa de llegar, The U.S. Army, key to peace, «El ejército estadounidense, clave de la paz»-: ningún ejército es clave de la paz. Ninguna nación tiene la clave de nada que no sea la guerra. El poder no tiene nada que ver con la paz. Cuando más aumentan los hombres el poder militar, más violan la paz y la destruyen.

He compartido y acompañado a los veteranos de guerra de Vietnam, en particular a Brian Wilson y sus compañeros, quienes fueron víctimas de esa guerra y de todas las guerras.

La vida tiene ese no sé qué de lo imprevisto y sorprendente, de la fragancia y belleza que Dios nos dio para toda la humanidad y que debemos proteger para dejar a las generaciones futuras una vida más justa y fraterna; restablecer el equilibrio con la Madre Tierra.

Si no reaccionamos para cambiar la situación actual de la soberbia suicida, arrastrando a los pueblos a recovecos profundos donde muere la esperanza, será difícil salir y ver la luz. La humanidad merece un destino mejor.

Sabes que la esperanza es como el loto que crece en el fango y florece en todo su esplendor mostrando su belleza. Leopoldo Marechal, ese gran escritor argentino, decía que «del laberinto se sale por arriba».

Y creo, Barack, que después de seguir tu ruta equivocando caminos, te encuentras en un laberinto sin poder encontrar la salida y te entierras más y más en la violencia, en la incertidumbre, devorado por el poder de dominación, arrastrado por las grandes corporaciones, el complejo industrial militar, y crees tener el poder que todo lo puede y que el mundo está a los pies de los EE.UU. porque impone la fuerza de las armas, e invades países con total impunidad. Es una realidad dolorosa, pero también existe la resistencia de los pueblos que no claudican frente a los poderosos.

Son tan largas las atrocidades cometidas por tu país en el mundo que daría tema para largo, es un desafío para los historiadores que tendrán que investigar y saber de los comportamientos, política, grandeza y pequeñeces que han llevado a EE.UU. al monocultivo de las mentes que no le permite ver otras realidades.

A Bin Laden, supuesto autor ideológico del ataque a las Torres Gemelas, lo identifican como el Satán encarnado que aterrorizaba al mundo y la propaganda de tu gobierno lo señalaba como el «eje del mal», y eso le ha servido para declarar las guerras deseadas que el complejo industrial militar necesita para colocar sus productos de muerte.

Sabes que investigadores del trágico 11 de septiembre señalan que el atentado tiene mucho de «autogolpe», como el avión contra el Pentágono y el vaciamiento anterior de las oficinas de las Torres; atentado que dio motivo para desatar la guerra contra Irak y Afganistán y ahora contra Libia; argumentando en la mentira y la soberbia del poder que todo lo hacen para salvar al pueblo, en nombre de «la libertad y defensa de la democracia», con el cinismo de decir que la muerte de mujeres y niños son «daños colaterales». Eso lo viví en Irak, en Bagdad con los bombardeos a la ciudad y el hospital pediátrico, y en el refugio de niños que fueron víctimas de esos «daños colaterales».

La palabra vaciada de valores y contenido, por lo que al asesinato lo llamas muerte y dices que por fin EE.UU. ha «muerto» a Bin Laden. No trato de justificarlo bajo ningún concepto, estoy en contra de todo terrorismo, tanto de esos grupos armados, como del terrorismo de Estado que tu país ejerce en diversas partes del mundo apoyando a dictadores, imponiendo bases militares e intervenciones armadas, ejerciendo la violencia para mantenerse por el terror en el eje del poder mundial. ¿Hay un solo «eje del mal»? ¿Cómo lo llamarías?

¿Será por ese motivo que el pueblo de los EE.UU. vive con tanto miedo a las represalias de quienes llaman el «eje del mal»? El simplismo e hipocresía de justificar lo injustificable.

La paz es una dinámica de vida en las relaciones entre las personas y los pueblos; es un desafío a la conciencia de la humanidad; su camino es trabajoso, cotidiano y esperanzador, donde los pueblos son constructores de su propia vida y de su propia historia. La paz no se regala, se construye, y eso es lo que te falta, muchacho: coraje para asumir la responsabilidad histórica con tu pueblo y la humanidad.

No puedes vivir en el laberinto del miedo y la dominación de quienes gobiernan los EE.UU., desconociendo los tratados internacionales, los pactos y protocolos, de gobiernos que firman pero no ratifican nada y no cumplen ninguno de los acuerdos, pero hablan en nombre de la libertad y el derecho.

¿Cómo puedes hablar de la paz si no quieres cumplir con nada, salvo los intereses de tu país?

¿Cómo puedes hablar de la libertad cuando tienes en las cárceles a prisioneros inocentes, en Guantánamo, en los EE.UU., en las cárceles de Irak, como la de Abu Graib, y en Afganistán?

¿Cómo puedes hablar de los derechos humanos y la dignidad de los pueblos cuando los violas permanentemente y bloqueas a quienes no comparten tu ideología y deben soportar tus abusos?

¿Cómo puedes enviar fuerzas militares a Haití después del devastador terremoto y no ayuda humanitaria a ese sufrido pueblo?

¿Cómo puedes hablar de libertad cuando masacras a los pueblos del Medio Oriente y propagas guerras y torturas, en conflictos interminables que desangran a los palestinos e israelíes?

Barack: mira para arriba de tu laberinto, puedes encontrar la estrella que te guíe, aunque sepas que nunca podrás alcanzarla, como bien lo dice Eduardo Galeano.

Busca ser coherente entre lo que dices y haces, es la única forma de no perder el rumbo. Es un desafío de la vida.

El Nobel de la Paz es un instrumento al servicio de los pueblos, nunca para la vanidad personal.

Te deseo mucha fuerza y esperanza, y esperamos que tengas el coraje de corregir el camino y encontrar la sabiduría de la paz.

Buenos Aires, 5 de mayo de 2011

Comenzó la repartición de Libia

Red Voltaire

 La Conferencia de Londres sobre Libia –el 29 de marzo de 2011– reunió exclusivamente a los países que apoyaron la resolución 1973, más Alemania. Rusia y China no fueron invitadas. La Unión Africana se negó a participar y la Liga Árabe envió una representación de bajo nivel como muestra de su descontento. La Santa Sede fue admitida como observadora a pesar de que el papa Benedicto XVI había exhortado la OTAN, al igual que a Gadhafi, al cese de las hostilidades.Los países participantes decidieron dar al Consejo Nacional Libio de Transición acceso a ciertos fondos congelados pertenecientes a Libia y autorizarlo a vender el petróleo libio. También mencionaron, sin tomar una decisión al respecto, la posibilidad de proporcionar armas al Consejo Nacional de Transición.Estas disposiciones contravienen la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU y es posible imaginar las reacciones internacionales que se producirían si ciertos Estados –como Venezuela e Irán– se diesen el lujo de desbloquear fondos congelados para entregarlos a los sublevados nasseristas o khomeinistas o, peor aún, si les compraran petróleo libio. Y ni pensar lo que sucedería si violaran el embargo de la ONU sobre las entregas de armas para proporcionar armamento a los sublevados «equivocados».

La autorización para las ventas de petróleo demuestra, si fuese algo que estuviera aún por demostrar, que ya comenzó la repartición de los recursos de Libia. Gracias al apoyo militar de la OTAN, el Consejo Nacional de Transición ha logrado controlar amplias zonas de explotación petrolífera y dos importantes refinerías. El Consejo Nacional de Transición fue autorizado a exportar 40 000 barriles de petróleo al día, lo que representa según la tarifa actual 1 400 millones de dólares mensuales.

Como resultado de dos reuniones, al margen de la conferencia, entre la secretaria de Estado Hillary Clinton y el emisario del Consejo Nacional de Transición Mahmud Jibril, Estados Unidos estudia descongelar 3 300 millones de dólares pertenecientes al Estado libio, que serían entregados a los sublevados «buenos».

Qatar recibió la misión de administrar el petróleo libio. A Turquía se le encargó el manejo del aeropuerto de Benghazi para facilitar el «tránsito humanitario».

OTAN: DISTINTAS FORMAS DE MATAR LIBIOS

Por un lado, con «fuego amigo»

La OTAN ha admitido que sus bombas mataron a varios rebeldes en «un desafortunado accidente» durante el pasado fin de semana.
Los fallecidos disparaban al aire a modo de celebración y provocaron la reacción de los aviones aliados, que les ametrallaron y bombardearon.

Y también…

Libia: impacto de los misiles crucero de uranio empobrecido

Por Massimo Zucchetti, Profesor de «Instalaciones nucleares» en el Instituto Politécnico de Turín, titular de los cursos de «Seguridad y Análisis de riesgos» y de «Protección contra las Radiaciones».


El apoyo militar a los golpistas de Benghazi se está desarrollando en detrimento de la población civil. De cada 10 misiles disparados más o menos uno se sale de control y se estrella en cualquier punto de la zona a la que se apunta. Pero todos los misiles, tanto los dotados de una cabeza revestida de

uranio empobrecido como los que sólo tienen uranio empobrecido en los estabilizadores, contaminan la zona. O sea, este bombardeo supuestamente «humanitario» matará a miles de civiles en los años venideros, indica el profesor Massimo Zucchetti.Las problemas vinculados al uranio empobrecido y su toxicidad han desbordado varias veces el campo de la ciencia en los últimos años. El autor de este trabajo se ocupa de la protección radiológica desde hace dos décadas y del uranio empobrecido desde el año 1999. Después de una experiencia de publicación de trabajos científicos en revistas, de presentaciones en coloquios internacionales y conferencias en Italia sobre el uranio empobrecido, este artículo trata de hacer una estimación del impacto que el uso de uranio empobrecido en la guerra contra Libia (2011) está teniendo sobre el medio ambiente y la salud. Informes sobre su uso han aparecido en los órganos informativos desde el principio del conflicto [1].

Dadas sus características físicas específicas, en particular por su densidad que lo hace extremadamente penetrante, así como por su bajo costo -la producción de uranio empobrecido cuesta alrededor de 2 dólares el kilogramo- y la dificultad que presenta su tratamiento como desecho radioactivo, el uranio empobrecido ha encontrado excelentes modalidades de utilización en el sector militar.

Si recibe el tratamiento adecuado, la aleación U-Ti (Uranio-Titanio) constituye un material muy eficaz para la construcción de elementos penetrantes impulsados por energía cinética, de barras metálicas densas capaces de perforar un blindaje si se usan como proyectiles de alta velocidad.

El proceso de penetración pulveriza la mayor parte del uranio, que estalla entonces en fragmentos incandescentes -se produce una violenta combustión de casi 5 000˚ C- cuando sale al aire del otro lado del blindaje perforado, aumentando así el efecto destructivo. Esta propiedad se llama piroforicidad y es, por ejemplo, una característica que se encuentra en el azufre de las cerillas o fósforos domésticos. O sea, además de su elevada densidad, la piroforicidad aumenta el interés que presenta el uranio empobrecido para diversas aplicaciones, en particular como arma incendiaria (API: Armour Piercing Incendiary, o sea como elemento penetrante incendiario contra el blindaje).

Finalmente, en la fase de impacto contra el objetivo, la relativa dureza del uranio empobrecido (en una aleación con titanio) proporciona al proyectil la capacidad de afilarse a sí mismo. En otras palabras, el proyectil «no se aplasta» contra el blindaje convirtiéndose en una «cabeza plana» -como sucede, por ejemplo, con un proyectil de plomo- sino que mantiene su forma puntiaguda hasta su total fragmentación, sin perder por lo tanto sus propiedades de penetración. El uranio empobrecido ha sido empleado en los campos de batalla de la guerra del Golfo de 1991; durante los bombardeos OTAN/ONU contra la República serbia de Bosnia, en septiembre de 1995; contra Yugoslavia, durante la primavera de 1999; y, ya en este siglo, en el ataque contra Afganistán y nuevamente contra Irak en 2003.
El uso de dispositivos de uranio empobrecido en las guerras de Somalia y de Bosnia central y centro-oriental -sobre todo en amplias zonas alrededor de Sarajevo- en los años 1990, en Palestina y en los polígonos de tiro sometidos a la autoridad de las fuerzas militares de la OTAN, sólo ha sido documentado de forma incompleta [2].

Entre los armamentos que utilizan el uranio empobrecido hay que citar también el misil crucero tipo Tomahawk, cuyo uso en la guerra de los Balcanes de la primavera de 1999 -aunque no ha sido reconocido por la OTAN- ha sido confirmado gracias a lo que se ha encontrado en el lugar así como por fuentes de la Unión Europea [3].

Por otro lado, el manual de los oficiales, entregado a todos los uniformados enviados a Kosovo, incluía recomendaciones a seguir al pie de la letra sobre la presencia de uranio empobrecido en aquel territorio y, en particular, en los misiles Tomahawk. La introducción del manual indica lo siguiente: «Los vehículos y equipamiento del ejército serbio en Kosovo pueden constituir una amenaza para la salud de los militares y civiles en contacto con ellos. Los vehículos y el equipamiento que se encuentren destruidos, averiados o abandonados deben ser inspeccionados y manipulados solamente por personal calificado. Los peligros pueden provenir del uranio empobrecido como consecuencia de los daños provocados por la campaña de bombardeos de la OTAN, en el caso de los artefactos alcanzados directa o indirectamente. Además, los colimadores contienen tritio [Un isótopo radioactivo. Nota del Traductor al español.] y los instrumentos e indicadores pueden haber sido tratados con un barniz radioactivo, peligroso para quienes se pongan en contacto con los artefactos para inspeccionarlos». Aparece después una serie de consejos sobre cómo evitar la explosión del uranio empobrecido. El manual dice textualmente: «Evítese todo artefacto o material que usted sospeche que pueda haber sido alcanzado por municiones que contengan uranio empobrecido o por misiles crucero Tomahawk. No recoja o coleccione municiones de uranio empobrecido encontradas en el terreno. Informe inmediatamente a su puesto de mando sobre el área que usted estima que pueda estar contaminada. Donde quiera que usted se encuentre, delimite la zona contaminada con cualquier material encontrado en el lugar. Si se encuentra usted en una zona contaminada póngase, como mínimo, la máscara y los guantes protectores. Aplique la mejor higiene personal. Lave frecuentemente su cuerpo y su ropa».

Las evaluaciones sobre la cantidad de uranio empobrecido utilizado en los misiles son divergentes. Varían, en particular, según la diversas fuentes, entre valores de alrededor de 3 kilogramos hasta unos 400 kilogramos. Véase la nota que contiene la compilación de las distintas fuentes que se pueden encontrar sobre el tema, lo suficiente importante como para permitir la elaboración de un estimado del impacto medio ambiental [4].

Los desmentidos previsibles sobre la presencia de uranio en estos misiles pueden ser comparados con la compilación que aparece al final de este trabajo así como con las fuentes de origen militar [5].
Esta gran variabilidad en los datos se explica fácilmente. Algunos misiles crucero son de cabeza reforzada con uranio empobrecido y otros no. Pero estos últimos también contienen uranio empobrecido, no en la cabeza sino en las alas, como elemento estabilizador del vuelo. Podemos entonces definir dos casos:
Hipótesis alta: misil crucero con uranio en la cabeza del misil. Consideramos 400 kilogramos de uranio empobrecido;
Hipótesis baja: misil crucero SIN presencia de uranio en la cabeza. Consideramos 3 kilogramos de uranio empobrecido en las alas.

Cálculo del impacto sobre el medio ambiente y la salud

En la amplia literatura que el autor ha dedicado al problema del uranio empobrecido [6] ya se había abordado anteriormente el cálculo de la contaminación radioactiva con uranio imputable a los misiles crucero, en particular a los que se dispararon contra Bosnia en 1995. Ese estudio también puede consultarse a través de Internet, al igual que en la revista científica Tribuna biologica e Medica [7] [8].
Si se toman los modelos utilizados en el citado artículo, es posible deducir cuál es la situación en el terreno, en los lugares de inhalación, mediante un cálculo destinado sólo a precisar si, al menos en un caso realista, el volumen de las dosis en el terreno permite restar importancia al problema.

Consideremos el impacto de un misil crucero del tipo Tomahawk portador de 3 kilogramos (en el mejor de los casos) o de 400 kilogramos (en el peor de los casos) de uranio empobrecido.
El impacto produce una nube de residuos cuya dimensión es variable, después de una violenta combustión de unos 5 000˚ C. Como ya dijimos, los granos de polvo se componen de partículas cuyas dimensiones son del orden de la micra [0,5 – 5]. A 500 o 1 000 metros del punto de impacto se pueden respirar nubes con densidad suficiente como para causar dosis significativas, compuestas de partículas cuya masa es de cerca de 0,6 hasta unos 5 nanogramos (6-50 x 10-10gr.). Se hizo una estimación siguiendo el código de cálculo de dosis GEN II [9], despreciando los efectos provenientes del incendio y considerando solamente la exposición debida a la inhalación durante una hora por dispersión simple del material, sin entrar a considerar ciertos factores que pudieran traducirse en un incremento ulterior de la exposición. En el espacio de una hora es posible inhalar granos de polvo radioactivo provenientes de la nube en cantidades que ya resultan notables.

Es necesario tener en cuenta el hecho que numerosos fluidos y dinámicas del cuerpo atmosférico (dirección del viento, gradiente vertical de la temperatura, etc.) pueden causar, en ángulos sólidos relativamente pequeños, concentraciones de contaminante de varios órdenes de importancia superiores incluso a los que se obtendrían con un cálculo de dispersión uniforme, no compatible con ese escenario. El grupo crítico, en ese caso, resulta ser precisamente el de las personas «afectadas» por la nube de granos de polvo.

Según la estimación de probabilidades que se expondrá en este trabajo, un misil que alcanza su objetivo puede quemarse y esparcir partículas oxidadas de polvo en el medio ambiente.
Alrededor del 70% del uranio empobrecido que contienen los misiles, de los que se supone que por ser «inteligentes» siempre dan en el blanco, se quema. Alrededor de la mitad son óxidos solubles.
La granulometría de las partículas que conforman el polvo de óxido de uranio empobrecido pertenece totalmente al tipo de polvo que puede respirarse y así se crea polvo ultrafino. En particular, el diámetro de las partículas es en ese caso más fino que el polvo de uranio empobrecido de origen industrial, que resulta común en el medio de la industria nuclear. Se habla aquí de la gran mayoría del polvo contenido en el rango [1-10] micra, del cual una parte significativa es de un diámetro inferior a una micra.
En cuanto al destino del polvo de uranio empobrecido en el cuerpo humano, la principal vía de absorción es -como se sabe- la inhalación. Como se ha dicho, una parte del polvo es soluble y otra parte no se disuelve en los fluidos corporales.
Debido a las características de los óxidos de uranio empobrecido de origen militar, es necesario subrayar cómo difiere el comportamiento de estos en relación con el de los polvos industriales de uranio. En todo caso es posible suponer, según la ICRP [Siglas en inglés de la Comisión Internacional de Protección Radiológica. Nota del Traductor.] [10], que alrededor del 60% de lo que se inhala se deposita en el aparato respiratorio y que el resto es expulsado a través de la expiración.
Se debe tener en cuenta que alrededor del 25% de las partículas que presentan un diámetro cercano a 1 micra se mantienen durante largo tiempo en los pulmones, mientras que el resto se deposita en las vías aéreas superiores, pasa al aparato digestivo y es eliminado de allí en su mayor parte a través de las vías urinarias, mientras que pequeñas partes se acumulan en los huesos.
Alrededor del 25% de las micropartículas que se mantuvieron en los pulmones se comporta como un material de clase M, según la ICRP, o sea que se disuelve lentamente en los fluidos corporales, mientras que el resto es insoluble.
Ese tipo de comportamiento y de exposición no se ha estudiado en ninguna situación anterior de exposición a emisores alfa en los pulmones, que se haya detectado en el medio civil. La modalidad de exposición es por lo tanto muy diferente de las que han servido como base a la hora de recoger las equivalencias entre dosis y daños en materia de protección radiológica.
Es por lo tanto totalmente incorrecto -aunque constituya un punto de referencia- extrapolar evaluaciones de riesgo por exposición a ese tipo de micropolvos radioactivos a partir de datos recogidos en los casos de los mineros que trabajan con uranio, y también -resulta evidente- en los casos de las personas gravemente contaminadas por la radiación en Hiroshima y Nagasaki. Los estándares de protección radiológica de la ICRP se basan solamente en esas experiencias y, por consiguiente, pueden resultar en subestimaciones del riesgo.
Al pasar posteriormente a otros tipos de toxicidad diferentes a la radiológica, resulta entonces plausible que:
dado el componente fino y ultrafino de los polvos de uranio empobrecido de origen militar,
dada la toxicidad química del uranio,
la contaminación ambiental debida a los óxidos de uranio empobrecido de origen militar presente toxicidad tanto química como radiológica. Es necesario evaluar el efecto sinérgico de ambos componentes.
En otras palabras, la radioactividad y la toxicidad química del uranio empobrecido podrían actuar juntas creando un efecto de «cóctel» que aumenta el peligro posteriormente.

Hay que resaltar además el hecho que el clima árido de Libia favorece la dispersión de las partículas de uranio empobrecido en el aire, partículas que los civiles seguirán respirando durante años. El principal mecanismo de exposición a mediano y largo plazo tiene que ver con la resuspensión de polvos y con la subsiguiente inhalación de los mismos.
La metodología y los resultados vinculados a ese modela ya se han publicado en otros trabajos del autor [11], a los que remitimos aquí. Sólo resaltamos aquí las aplicaciones y variaciones del modelo aplicado y ya publicado, y en particular que:
el cálculo de compromiso (semi vida, NdT del texto original en italiano al francés) de dosis es de 70 años, no de 50 años, según lo recomendado por el ICRP.
Se utilizaron datos actualmente aproximados sobre la distribución de la población alrededor de los puntos de impacto, que también toman en cuenta la utilización principal de los proyectiles de uranio empobrecido en zonas pobladas.

Los resultados del modelo pueden resumirse de la siguiente manera:
CEDE (Committed effective dose equivalent) (Dosis colectiva): 370 mSvp in 70 y, por 1 kilogramo de uranio empobrecido oxidado y esparcido en el medio ambiente.
CEDE anual máxima durante el primer año (76 mSvp), durante el segundo año (47 mSvp) y durante el tercer año (33mSvp).
La vía de exposición es enteramente la inhalación del polvo. Son los pulmones el órgano que se convierte en blanco (97,5% de la contribución a la CEDE).
Entre los nucleidos responsables, el U238 representa el 83% de la CEDE y el U234 representa el 14%.

En cuanto a la cantidad total de uranio empobrecido oxidado disperso en el medio ambiente, esta evaluación se basa en los datos que reporta la prensa internacional: durante el primer día de la guerra, el Pentágono declara haber disparado -junto con los británicos- 112 misiles crucero hacia el territorio libio [12]. ¿Cuántos misiles van disparar antes de que termine la guerra? Como no podemos saberlo, basaremos nuestra hipótesis en la cantidad de 1 000 misiles para que el lector pueda estimar fácilmente el impacto sobre el medio ambiente y sobre la salud mediante la aplicación de una simple regla de tres que incluiría la cantidad exacta de misiles que se contabilicen al final del conflicto.

Si las cabezas de todos los misiles estuvieran «desprovistas» de uranio empobrecido, tendríamos de todas maneras una cantidad de:
1000 x 3 = 3000 kg = 3 toneladas de uranio empobrecido (en el mejor de los casos).
Si todos los misiles tuvieran cabezas de uranio empobrecido, tendríamos una cantidad de hasta 400 000 kilogramos, o sea 400 toneladas de uranio empobrecido.

Para evaluar la gravedad basta con comparar ese dato con las 10 o 15 toneladas de uranio empobrecido que se lanzaron en Kosovo en 1999.

Supongamos que alrededor del 70% del uranio se quema y se esparce en el medio ambiente. Llegamos así a un estimado de la cantidad de óxidos de uranio empobrecido igual a alrededor de 2,1 toneladas (en el mejor de los casos) y 280 toneladas (en el peor de los casos).
Lo anterior permite por consiguiente estimar una CEDE (dosis colectiva) para toda la población equivalente a:
en el mejor de los casos: 370 mSvp/kg x 2 100 kg = 780 Svp aproximadamente. – en el peor de los casos: 370 mSvp/kg x 280 000 kg = 104 000 Svp aproximadamente.
Tenemos que recordar que no es correcto -aunque constituya un punto de referencia- extrapolar evaluaciones por exposición a este tipo de micropolvos radioactivos a partir de los estándares de protección radiológica de la ICRP, que son los adoptados para el código GEN II.
Si de todas formas aplicamos también aquí el coeficiente de 6% Sv-1 para el riesgo de aparición de tumores, obtenemos aproximadamente:
en el mejor de los casos: alrededor de 50 casos más de tumores previstos en 70 años.
en el peor de los casos: alrededor de 6 200 casos más de tumores previstos en 70 años.

Conclusiones

Los riesgos de exposición al uranio empobrecido que corre la población libia como consecuencia del uso esa sustancia en la guerra de 2011 han sido evaluados con el enfoque más amplio posible, tratando de tener en cuenta algunos resultados recientes de estudios en la materia.
Este tipo de exposición no ha sido estudiado en ninguna situación anterior de exposición a receptores alfa en los pulmones que se hayan encontrado en el entorno civil.
Sin embargo, la evaluación que se ha hecho de las dosis y del consiguiente riesgo en las dos situaciones (según se trate de misiles «sin uranio» o «con uranio») permite llagar a ciertas conclusiones.

En el primer caso (el mejor caso), el número de tumores esperados es muy exiguo y absolutamente no significativo desde el punto de vista estadístico. Esta dificultad estadística -es casi inútil señalarlo- no tiene nada que ver con una absolución de ese tipo de práctica, con su aceptación y menos aún con una afirmación de que tenga poca importancia, o incluso de que pueda ser inocua. Por el contrario, en el segundo caso (que es el peor caso), nos encontramos ante un número de aparición de tumores que se sitúa en varios miles. Dichos tumores alcanzarían evidentemente un nivel epidemiológico y constituyen, sin duda alguna, una fuerte preocupación.

Es necesario, por lo tanto, que los ejércitos que están bombardeando Libia aclaren con pruebas reales, no con cómodas afirmaciones, la presencia o no, y en qué cantidades, de uranio empobrecido en sus misiles. En el pasado se produjeron «desmentidos oficiales» sobre la presencia de uranio en los misiles crucero. Sin embargo, al ser estos desmentidos provenientes de medios militares, el autor estima estar en su derecho al considerarlos, como mínimo, con cierta prudencia.

Basadas en los datos que se encuentran a nuestra disposición, las estimaciones sobre la evolución de los casos de tumores para los próximos años en Libia resultan, debido a esta práctica totalmente injustificada, absolutamente preocupantes. La discusión sobre la incidencia relativa de cada uno de los agentes teratógenos utilizados en una guerra (químicos, radioactivos, etc.) nos parece poco importante e incluso, permítannos señalarlo como conclusión, poco respetuosa de un dato que constituye un hecho: los muertos en Libia por causa de este ataque sobrepasan y sobrepasarán de lejos cualquier cifra que pueda definirse algún día como «el precio necesario».

Es importante, finalmente, recoger datos y estudios -existen muchos- sobre los efectos que las «nuevas guerras» tienen en el hombre y en el medio ambiente. Hay que mostrar la manera como nuestras armas modernas, que nada tienen de “quirúrgicas”, producen daños inaceptables. Hay que estudiar el impacto que han tenido, en los hombres y en el medio ambiente que las han sufrido, las guerras «humanitarias» registradas desde 1991.

Fuentes:  ComeDonChisciotte.org (Italia),  Red Voltaire.


ASESINAR A GADAFI

En Libia, donde ya han muerto entre 6.000 y 8.000 personas, parece ser que la coalición de paises «democráticos» ha pasado de «adoptar todas las medidas necesarias para proteger a la población libia» mediante una zona de exclusión aérea, a directamente intentar el asesinato de Gadafi bombardeando las residencias de este tirano, tal como vemos en la siguiente secuencia fotográfica.

¿TODO VALE?

¿Ampara ésto Naciones Unidas?

Si no es así, ¿quienes son los responsables?

 

FOTOS:  MAHMUD TURKIA (AFP)

ATAQUE A LIBIA

No paremos la matanza con una matanza mayor

Isaac Rosa en Público

“España, como miembro de la comunidad internacional, va a estar en disposición de tener una contribución importante.” -José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno- . Si cuando lean esta columna no han empezado aún los ataques sobre Libia, tengan por seguro que no tardarán. Si hace una semana advertíamos de lo difícil que es devolver a sus bases barcos, aviones y soldados cuando ya se han puesto en camino, ahora con la resolución del Consejo de Seguridad hay motivo añadido para no volver atrás: no todos los días se encuentra uno con una autorización de la ONU, no la vamos a desperdiciar. Por si teníamos poco con la amenaza nuclear en Japón, la crisis económica, una guerra abierta en Afganistán y otra mal cerrada en Irak, abrimos otro frente, y en nuestro charco trasero, el Mediterráneo, justo cuando toda la región anda más revuelta. Gadafi no merece ninguna defensa. Sus últimos desvaríos comparándose con Franco no nos lo hacen precisamente simpático, pero estamos en lo de siempre: nuestras bombas no le van a despeinar, y serán otros los que reciban el castigo. Los soldados y mercenarios en primer lugar, que pasan a la categoría de aniquilables; pero también la población civil libia, y probablemente los propios rebeldes que hoy piden bombardeos, y que algún día se arrepentirán de haber pedido ayuda. Tenemos ya experiencia sobrada en guerras ‘humanitarias’ como para prever lo que pasará: un arranque peliculero, con imágenes de videojuego y discurso triunfal, y luego empezará el goteo de “daños colaterales” con muertos y mutilados, pero también daños no tan colaterales en infraestructuras civiles, viviendas y todo lo que se ponga a tiro. Kosovo, Irak, Afganistán. Algo podrían contarnos los habitantes de los tres países sobre intervenciones militares que, además de no conseguir los objetivos iniciales (frenar las matanzas, encontrar las armas de destrucción masiva, atrapar a Bin Laden), multiplican el sufrimiento de la población, condenada a un largo período de violencia, pobreza e inestabilidad. Parece que de una vez para otra se nos olvida: una matanza no se para con una matanza mayor, los pueblos no se liberan a bombazos ni la democracia se impone con las armas. No a la guerra. A ésta tampoco.

Gadafi: sangre, petróleo, armas e hipocresía internacional

Rosa María Artal  en el Periscopio

Este fantoche que afirma su presencia en Trípoli frente a las “mentiras de las emisoras de los perros” y que termina diciendo que “llueve“, ha llenado las calles con la sangre de sus conciudadanos. Centenares ya de manifestantes han sido abatidos incluso por cazabombarderos. La llamada Comunidad Internacional está “muy preocupada”. Se reúnen en cómodas estancias para expresar lo preocupados que están. Concretamente, la Alta Representante Catherine Ashton se ha pronunciado así en nombre de la Unión Europea sobre los acontecimientos en Libia:

“La Unión Europea está extremadamente preocupada por el desarrollo de los acontecimientos en Libia y la muerte de un número muy elevado de los manifestantes. Condenamos la represión contra los manifestantes pacíficos y deploramos el uso de la violencia y la muerte de civiles. Expresamos nuestras condolencias a las familias y amigos de las víctimas.

La UE insta a las autoridades a la moderación y a la calma, y pide que se abstengan inmediatamente de seguir haciendo uso de la violencia contra manifestantes pacíficos. La libertad de expresión y el derecho de reunión, tal y como se establece en la Convención Internacional de Derechos Civiles y Políticos, son derechos y libertades fundamentales de todo ser humano que han de ser respetados y protegidos”.

A las autoridades”, según la excelente cadena de noticias Euronews, Italia y Chekia se opusieron a la condena expresa a Gadaffi (De hecho Berlusconi está muy preocupado con los problemas de Gadafi). En parte alguna figura esa referencia, ni siquiera en las notas de prensa que regularmente me envía la Oficina de la Comisión Europea en Madrid.

34 aviones norteamericanos, 34, bombardearon Libia con misiles en 1986.

Los mandó el presidente republicano de EEUU Ronald Reagan porque entonces Gadafi era considerado un terrorista. Se decía –parece que con gran fundamento- que estuvo implicado en los atentados de los aeropuertos de Viena y Roma en 1985, que apoyó al terrorista palestino Abu Nidal, y que también tuvo que ver en el atentado (1986) contra el vuelo UTA 772, entre Brazaville y París, que dejó 170 muertos. La gota que colmó el vaso fue el atentado dirigido contra la Discoteca La Belle de Berlín en 1986, frecuentada por norteamericanos, y en el que murió un sargento –uno- de esa nacionalidad. Los misiles de Regan descargaron sobre Libia 11 días después.

Gadafi, que había perdido una hija de año y medio en el bombardeo norteamericano, quedó noqueado una temporada, pero en 1988 también fue acusado de haber intervenido en el atentado del vuelo de la Pan Am sobre la localidad escocesa de Lockerbie con un balance de 270 víctimas mortales, de 21 países, con mayoría norteamericana.

Los tiempos cambian. Gadafi se ha codeado ya con los principales líderes internacionales. Libia produce el 2% del petróleo mundial. De muy alta calidad, puede ir directamente a las gasolineras. Es clave en el suministro de Europa. Tercer proveedor de crudo para España, la mitad del petróleo que consumen Francia o Alemania, más del 40% del de Italia, es libio. Las petroleras están muy preocupadas por la rebelión de los ciudadanos libios. Sus empleados empiezan a dejar el país y son entrevistados, por ejemplo por el Td2 de TVE, a su llegada a los aeropuertos, para que veamos lo malísimas que son las rebeliones que desembocan en “guerra civil”. Más aún, la mayor parte de los medios informativos destacan hoy cómo se ha “disparado” el precio del crudo. Ha llegado a los 108 dólares esta mañana. En Julio de 2008 este mismo referente registró su precio máximo de 147.25 dólares. Sin revoluciones populares ni nada. Nadie se alarmó, ni recriminó, ni entrevistó víctimas por tanto. Dos meses después, se derrumbaba Lehman Brothers y todo el sistema financiero internacional. Hoy reedificado, con mando en plaza, sus culpas las pagamos nosotros.

Pero también tienen nuestros gobernantes y las empresas que les dirigen algunos otros negocietes con dictadores: las armas. Javier Pérez de Albéniz se ha molestado en recopilar algunos datos:

“¿Dónde consiguen los dictadores las armas con las que matan a la población civil?

En los países democráticos. España aumentó un 44% su venta de armas durante la crisis, exportando en 2009 material militar por valor de 1.346 millones de euros. Durante años, casi la mitad de las armas que hemos vendido han tenido como destino países no democráticos.

Los estados del Magreb y Oriente Próximo, esos cuyas poblaciones se están rebelando contra la tiranía, la corrupción y la injusticia social, son unos excelentes clientes.

Por si usted no lo sabía, Libia e Irán suman el 50% del material de doble uso, militar y civil, vendido por España en 2009.

Y el país de Gadafi utiliza tecnología vasca para sus armas y programas nucleares.

Es más, en estos momentos España está a punto de cerrar la venta de 250 carros de combate a Arabia Saudí, otro país sin elecciones y con manifestaciones y disturbios, por 3.000 millones de euros, el mayor negocio armamentístico de la industria militar española.

Finalmente le recordaré que las exportaciones de armas a Marruecos, un país en el que soplan vientos de cambio, crecieron un 923% durante 2008, pasando de 11,13 a 113,90 millones de euros, aumento que convirtió a la dictadura más próxima a nuestro país en el tercer cliente de la industria militar española, con el 12,2% del total de exportaciones”.

Derrocar dictadores que controlan materias primas y lucrativos negocios le sienta mal a la economía, a la UE, a España, a quien por ignorancia o no perder la poltrona en los poderes mediáticos, nos venden una historia hecha a su medida.

Solo que, por lo que parece, esta vez no la podrán parar.

El Periscopio

El incalificable veto de Obama

EEUU veta una resolución de la ONU contra la colonización israelí en Palestina

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obamaEstados Unidos vetó el viernes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) un proyecto de resolución promovido por países árabes contra la política de colonización israelí en los territorios palestinos ocupados.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) presentó este viernes ante el Consejo de Seguridad de la Organización la ONU una resolución, con el apoyo de 130 países, para condenar la política de asentamientos de Israel.

Más temprano, fuentes de las oficinas gubernamentales de la ANP en Ramala, informaron que Abbás había sido “sometido a enormes presiones por parte de EE.UU. a fin de forzar al liderazgo palestino” para retirar la resolución; presión efectuada a través de intercambios telefónicos entre Barack Obama y el presidente de la ANP, Mahmud Abbas

Por su parte, el miembro del Comité Central de Al-Fatah y dirigente palestino Nabil Shaath, aseguró este viernes que si “EE.UU. es tan débil que no es capaz de votar a favor o en contra, ¿cómo podrá pedir a Israel que acabe con la ocupación y ayudarnos a establecer un estado palestino?”.

Shaath fue más lejos al reseñar que “la impotencia estadounidense frente a Israel es inaceptable”, y agregó que la dirección palestina debe tener en cuenta únicamente y en primer lugar el interés nacional palestino.

Israel construye desde diciembre de 2010 al menos 620 viviendas en una colonia palestina ocupada al noroeste de Jerusalén, hecho que congeló las negociaciones de paz entre las dos naciones.

Israel ocupó luego de la guerra de los 7 días, en 1967, una porción significativa de los territorios palestinos, incluyendo el noroeste de Jerusalén.

Estados Unidos, junto con Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, es miembro permanente del Consejo de Seguridad y cuenta con el privilegio del veto. Los otros integrantes de esa instancia son Brasil, Colombia, Líbano, Nigeria, Gabón, Portugal, Bosnia y Herzegovina, India, Suráfrica y Alemania.

Con este veto a la resolución palestina, el Gobierno del presidente Barack Obama utiliza por primera vez el derecho a esta prerrogativa en el Consejo de Seguridad de la ONU.

ORIENTE PRÓXIMO, A LA DERIVA

Nazanín Amirian

Al tiempo que Irak, Afganistán, Pakistán y Yemen siguen siendo agredidos por EEUU y sus aliados, las guerras frías gestan conflictos abiertos y guerras civiles.

Líbano se prepara para una nueva pugna subsidiaria entre grupos pro sirio-iraníes, egipcio-israelíes y nacionalistas que desenfundan las espadas, mientras el Tribunal Especial sobre el asesinato de Rafik Hariri, en 2005, tantea inculpar a Hizbulá.
Los palestinos, derrotados, miran con furia cómo los colonos judíos aceleran la construcción de viviendas ilegales en la ocupada Cisjordania.

Irak agoniza hundido en sangre y fuego. Tras ocho meses sin Gobierno, Teherán consigue mantener a Maliki de primer ministro y a Talibani de presidente, ante la pavura de los países árabes, Turquía e Israel. Este, reforzado por el triunfo de los republicanos en EEUU, pide a Barack Obama una amenaza militar creíble sobre Irán. Pero la prioridad del presidente es contener a China, por lo que ha ido a hacer amistades en Nueva Delhi en vez de recibir a Netanyahu en Washington. Lo cual no significa que se prive del uso electoral-político de la “amenaza del terrorismo islámico”, que ahora llega de Yemen, el nuevo “refugio de Al Qaeda”, título del guión de la invasión a Afganistán e Irak. ¡Cualquier parecido entre las bombas procedentes de la patria de la reina de Saba a EEUU y los envíos de ántrax por Saddam es pura coincidencia! ¿Qué red internacional es Al Qaeda que ni siquiera cuenta con dos simpatizantes en el país enemigo y tiene que mandar los artefactos desde la otra punta del planeta?
La Casa Blanca ha firmado la mayor venta de armas de la historia a las monarquías árabes del Golfo Pérsico por valor de 100.000 millones de dólares; Israel renueva su arsenal y los portaaviones De Gaulle y Lincoln se dirigen hacia el Estrecho de Ormuz, elevando a 120 el número de caza-bombarderos aparcados en este rincón del mundo.
Irán, en estado de alerta, se dispone a negociar sobre su programa nuclear, advirtiendo que repelerá cualquier ataque militar.
Esta nueva pléyade de movimientos militares y políticos tendrá devastadoras consecuencias para los pueblos e ingentes beneficios para los gobiernos en crisis.

Nazanín Amirian es profesora de Ciencia Política de la UNED

Bush se sincera

El genocida y ex presidente de Estados Unidos George Bush asegura en un panfleto que quiere vender que «no quería ir a la guerra de Irak».

Y no miente. Dada su ya conocida cobardía a través de los documentales de Michael Moore, literalmente él no quería ir a la guerra de Irak.

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Además de esta mentira, nos recuerda algo que ya sabíamos:  «Aznar es un líder visionario»

Y, efectivamente, tal como define el diccionario (visionario, que por su exaltada fantasía se figura que ve cosas fantásticas) conocíamos, por haberla sufrido en nuestras carnes, esa característica enajenación suya. La recordamos en uno de sus episodios: