Obama, el guerrero de los aviones teledirigidos
Dave Lindorff en Counterpunch

Dave Lindorff en Counterpunch

Se cumple hoy el 75 aniversario de aquel acto genocida que los ciudadanos de la villa de Gernika sufrieron el 26 de Abril de 1937.
Era primera hora de la tarde de un festivo lunes de mercado, donde los aproximadamente 7000 habitantes de esta localidad vizcaína no podían ni imaginar la barbarie que se les venía encima.
La alemana Legión Condor, en uno de los primeros experimentos de bombardeo sobre población civil y en uno de los episodios más crueles de la Guerra Civil Española provocada por el bando golpista del general Francisco Franco, descargó una mortífera carga desde los bombarderos Junker 52 con bombas explosivas e incendiarias, y posteriormente desde otra escuadrilla, los cazas Heinkel 51, ametrallaron a todo cuanto se movía en el centro y las afueras de la ciudad.
La localidad quedó completamente devastada. A pesar de que se han barajado muchas y muy variadas cifras, no se sabe a ciencia cierta cuantos fueron los muertos porque había mucha gente de paso y porque cuando se debió hacer el recuento no se hizo porque no interesaba al régimen de Franco que siempre negó el bombardeo afirmando que Gernika fue incendiada por los milicianos antes de abandonarla.

En efecto, para mayor humillación, la propaganda franquista difundió durante mucho tiempo que la ciudad había sido incendiada por el bando republicano, que en una práctica de tierra quemada había arrasado Gernika en su huida hacia el norte.
Picasso representó poco después con su magnífica obra, el sufrimiento de los ciudadanos de Gernika en su trabajo universalmente más conocido.
FOTO: Archivo "Gernika Gogoratuz"
Un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) expone que el comercio mundial de armas ha aumentado en un 24% en los últimos cinco años. Estados Unidos es el principal exportador, seguido de Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido, con los que alcanzan el 75% del total de las ventas de armas en el mundo. Por su parte, India es el país que más cantidad de armas importa.
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Según se informa, las exportaciones de armamento de los Estados Unidos, que suponen un tercio de las exportaciones armamentísticas globales, aumentaron también en un 24% en los últimos cinco años y se dirigieron principalmente a Asia y Oceanía, aunque también a Oriente Medio y Europa. La mayor baza de Estados Unidos en este sector es la aviación, que representa más de la mitad de sus exportaciones armamentísticas y que protagonizó con Arabia Saudí la mayor operación de venta de armas de las últimas décadas.
Pero aunque es el mayor exportador, Estados Unidos no es el único país con un importante volumen de negocio en el sector del armamento. Rusia acapara casi una cuarta parte del total mundial, y Alemania, cuyas exportaciones se dirigen especialmente a Grecia, aumentó su volumen de negocio en un 37% en el último año.
India es el país que mayor cantidad de productos armamentísticos importa, seguido de Corea del Sur, Pakistán, China y Singapur. En el caso de China, que fue el principal importador mundial de armas entre 2002 y 2006, ha descendido notablemente su volumen de compras, ya que el país asiático busca desarrollar su propia industria armamentística y disminuir la dependencia de las industrias extranjeras.
En estos últimos cinco años, destaca el aumento de comercio de armas en el norte de África y el sur del Cáucaso derivado de las revueltas populares y los conflictos que se han producido. Mark Bromley, experto del SIPRI señaló que “el comercio de armas con países afectados por la Primavera Árabe ha provocado debate público y parlamentario en varios países suministradores”. Es muy significativo el caso de Siria, que en los últimos diez años ha aumentado sus importaciones armamentísticas en un 580 %.
Pero el aumento de las importaciones de armamento ha sido generalizado. Así, América del Sur, Chile y Venezuela también han aumentado sus compras en un 555 % y en el continente africano han subido un 110 %. En el caso concreto de Argelia, Sudáfrica y Marruecos el volumen de importaciones también se ha incrementado notablemente, y Brasil ha firmado acuerdos de compra con Francia e Italia.
Fuente: CompromisoRSE.com
Por Thalif Deen
NACIONES UNIDAS, 5 mar (IPS) – La industria mundial de las armas nucleares es financiada y mantenida viva por más de 300 bancos, fondos de pensión, compañías de seguros y gestores de activos, según un nuevo estudio. Esas instituciones realizan sustanciales inversiones en la fabricación de armas atómicas.
Divulgado por la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), el estudio de 180 páginas señala que las naciones con poderío nuclear gastan más de 100.000 millones de dólares al año fabricando nuevas ojivas, modernizando las viejas y construyendo misiles balísticos, bombarderos y submarinos para lanzarlas.
Gran parte de este trabajo es realizado por corporaciones como BAE Systems y Babcock International en Gran Bretaña, Lockheed Martin y Northrop Grumman en Estados Unidos, Thales y Safran en France, y Larsen & Toubro en India.
«Instituciones financieras invierten en esas compañías proveyendo préstamos y comprando acciones y bonos», indica el informe, considerado el primero en su clase.
Titulado «Don’t Bank on the Bomb: The Global Financing of Nuclear Weapons Producers» («No confíen en la bomba: El financiamiento mundial de los productores de armas nucleares»), el estudio provee detalles de las transacciones financieras con 20 compañías intensamente involucradas en la fabricación, mantenimiento y modernización de las fuerzas atómicas estadounidenses, británicas, francesas e indias.
Se necesita una urgente campaña mundial coordinada por la desinversión en armas nucleares, añade.
Un movimiento así podría ayudar a frenar los programas de modernización y fortalecimiento de armamentos e impulsar las negociaciones hacia una prohibición universal de ese tipo de bombas.
«Dejar de invertir en las compañías de armas nucleares es una forma efectiva de que el mundo corporativo avance hacia la meta de una abolición nuclear», afirma el estudio.
El trabajo llama a las instituciones financieras a que dejen de invertir en la industria armamentística atómica.
«Cualquier uso de armas nucleares violaría el derecho internacional y tendría catastróficas consecuencias humanitarias. Al invertir en los fabricantes, las instituciones financieras están de hecho facilitando la construcción de fuerzas atómicas», indica.
En el prólogo del informe, el arzobispo anglicano sudafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, señala: «Nadie debería hacer ganancias con esta terrible industria de la muerte, que nos amenaza a todos».
El líder pacifista instó a las instituciones financieras a que apoyaran los esfuerzos para eliminar la amenaza atómica, y destacó que el cese de inversiones fue vital en la campaña para poner fin al apartheid (sistema de segregación racial en perjuicio de la mayoría negra) en Sudáfrica.
La misma táctica puede y debe ser empleada para enfrentar a la creación más maligna del hombre: la bomba nuclear, añadió.
Por su parte, Tim Wright, director de campañas de ICAN y coautor del informe, dijo a IPS que algunas de las instituciones identificadas en el trabajo ya expresaron su «intención de adoptar políticas prohibiendo las inversiones en fabricantes de armas atómicas».
La campaña para que cesen las inversiones «probablemente será más exitosa en países donde la oposición a las armas nucleares es más fuerte», por ejemplo los escandinavos y Japón, indicó.
Destacó que cada vez más bancos reconocen que se debe aplicar algún tipo de criterio ético a las inversiones, y que apoyar la fabricación de armas capaces de destruir ciudades enteras al instante era algo claramente contrario a la ética.
De las 322 instituciones financieras identificadas en el informe, alrededor de la mitad tienen sede en Estados Unidos y un tercio en Europa. El estudio también denuncia a instituciones de Asia, Australia y Medio Oriente.
Las más involucradas con la industria de armas nucleares son Bank of America, BlackRock y JP Morgan Chase en Estados Unidos, BNP Paribas en Francia, Allianz y Deutsche Bank en Alemania, Mistubishi UJF Financial en Japón, BBVA y Banco Santander en España, Credit Suisse y UBS en Suiza, y Barclays, HSBC, Lloyds y Royal Bank of Scotland en Gran Bretaña.
Consultado sobre si sería viable una campaña para boicotear a estas entidades, Wright dijo a IPS: «Si los bancos se resisten a ceder, los clientes tendrán que buscar alternativas éticas».
Muchos otros bancos, particularmente pequeños, se niegan a tener cualquier tipo de vínculo con esta industria, destacó. «Si la gente comienza a irse en masa, esto enviará una poderosa señal al banco de que su apoyo a las compañías de armas nucleares es inaceptable».
En el caso de las instituciones multinacionales, una campaña coordinada de boicot en varios países sería efectiva, sostuvo.
El estudio también cita a Setsuko Thurlow, sobreviviente de la bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945, y quien hizo un llamado a invertir de una forma ética y a no contribuir con actividades que amenacen la Tierra.
Ayer, de forma sorpresiva viajó a Trípoli la Secretaria de Estado de Estados Unidos -cargo equivalente a nuestro Ministerio de Exteriores-, Hillary Clinton.
En esta ocasión se trata de la primera visita oficial de un alto cargo estadounidense a Libia. Hace pocas pocas semanas lo hacían el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy que de forma precipitada volaban a Trípoli horas antes de que aterrizara el jefe del Gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan.
La pueril excusa oficial en esta ocasión dice que ha ido a «animar a las nuevas autoridades a que se celebren elecciones en los plazos previstos».
¿La realidad? Muy distinta, revisar los contratos de extracción de petróleo firmados bajo el régimen de Muamar al Gadafi y reclamar una buena parte de ellos después de que hace meses Abdel Jalil jefe de los rebeldes (quien aparece en la foto con Clinton) advirtiera sin ningún disimulo que empresas chinas y rusas podrían salir perdiendo por no apoyar la rebelión contra Gaddafi.
Como consecuencia de todo esto, Repsol que explotaba yacimientos en ese país, debe esperar al reparto de los «mayores» para ver si le quedan migajas, por lo que aún no ha reanudado sus extracciones en Libia.
Lo cierto es que los libios parece que no van a poder resistirse a esta otra tiranía -ahora internacional- y se preparan para ceder la soberanía productiva de sus todos sus recursos petrolíferos y gasísticos.
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20-10-2011
En Sirte capturan y asesinan a Gadafi
elEconomista.es
En la discusión sobre la posible quiebra de Grecia y las mayores exigencias impuestas al país heleno a cambio de más ayuda, vuelve a emerger un debate a menudo olvidado. Es el referente a los extensos daños provocados por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial y a la posibilidad de que Alemania aún deba grandes cantidades de dinero a países como Grecia en concepto de reparaciones o indemnizaciones de guerra.
El diario alemán Die Welt recuerda en un extenso artículo que en abril de 1941, los soldados alemanes emprendieron una ocupación brutal en Grecia. Como era habitual en los países europeos invadidos por los alemanes, el alto coste de la ocupación fue a cargo del país conquistado: Grecia fue saqueada.
Las consecuencias fueron una inflación galopante y un nivel de vida radicalmente más bajo para los griegos. Además, el Tercer Reich obligó al Banco Nacional griego a prestar a la Alemania de Hitler otros 476 millones de reichmarks adicionales (la moneda que entonces usaban los germanos) sin intereses.
Tras el conflicto bélico, los aliados trataron en la Conferencia de París de 1945 las reparaciones de guerra a imponer a Alemania después de su derrota en la II Guerra Mundial. En la práctica, Grecia recibió principalmente bienes materiales, como máquinas fabricadas en Alemania, por un valor aproximado de 25 millones de dólares, lo que al cambio de hoy, supondría una cantidad total que rondaría los 2.700 millones de euros.
Pero poco más. Buena parte de las estipulaciones acordadas en la Conferencia de París quedaron en nada, después de que Estados Unidos se opusiera a fuertes sanciones económicas. ¿El motivo? Se trataba de no repetir los errores del pasado.
Después de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles exigió a Alemania a pagar reparaciones o indemnizaciones a los vencedores. Fueron miles de millones de marcos-oro, una cantidad enorme que el país intentó asumir hasta que suspendió los pagos durante la Segunda Guerra Mundial por orden del régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler.
De 1924 a 1929 la República de Weimar tomó prestado de Estados Unidos el dinero que necesitaba para el pago de las reparaciones de guerra. Pero «esta pirámide de crédito se derrumbó durante la crisis económica de los años 30. El dinero desapareció, el daño a los Estados Unidos fue enorme y las consecuencias para la economía mundial devastadoras», explica el historiador económico Albert Ritschl Ritschl.
Tras la Segunda Guerra Mundial la situación fue prácticamente similar. Y, para evitar los errores del pasado, Estados Unidos, aceptó entonces la posibilidad de una quita en Alemania.
El Tratado de Londres de 1953 redujo a la mitad la deuda alemana y estableció que el abono de los intereses de empréstitos extranjeros quedara en suspenso hasta la reunificación de Alemania, que se produjo el 3 de octubre de 1990. «Fue un gesto que le salvó la vida», apunta Ritschl.
Aunque finalmente los pagos acordados se llevaron a término, dada la variedad de pactos que se alcanzaron, es imposible decir con certeza la cantidad.
Adicionalmente, la República Federal de Alemania ha pagado indemnizaciones a las víctimas de los crímenes nazis. El 18 de marzo de 1960, se firmó un acuerdo entre Grecia y Alemania Occidental por el que Alemania pagaría 115 millones de marcos alemanes a las víctimas griegas de la ocupación nazi.
Sin embargo, las reclamaciones de los descendientes de las víctimas griegas han seguido realizándose. El caso más conocido es el de los niños de los habitantes de un pueblo llamado Distomo que fueron asesinados el 10 de junio de 1944. En 1997, recibieron un veredicto que tenían derecho a 37,5 millones de euros por daños y perjuicios de Alemania. Tras un sinfín de disputas legales, el caso se encuentra ahora ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Pero hay otra cuestión jurídica, relacionada con el pago citado anteriormente de 476 millones de reichmarks que Grecia tuvo que prestar contra su voluntad a Alemania. Si esto llegara a ser considerado una forma de daño de guerra, Grecia tendría derecho a recuperar el dinero.
Sin intereses, la cantidad total equivaldría a día de hoy a 14.000 millones de dólares. Con un interés del 3% durante 66 años la cifra ascendería a 95.000 millones de dólares, , según calcula Die Welt. Ahora bien, la cuestión es la siguiente: incluso si se reconociera parcialmente esa deuda, la situación sentaría un precedente para que otros países exigieran a Alemania nuevos pagos en concepto de indemnizaciones de guerra, y cuyas cantidades son, a día de hoy, prácticamente incalculables.
El parlamento disuelto y el gobierno en funciones a la espera de abandonar el timón, pero entretanto, este presidente que dejó de trabajar para hacernos felices hace años, en secreto y con absoluto desprecio a los procedimientos democráticos, se pone obscenamente a los pies de EE. UU. firmando un acuerdo militar que incorpora la base de Rota al escudo antimisiles que desarrolla la OTAN.
¿ES ÉSTO LO QUE NECESITA ESPAÑA AHORA?
¿ES ÉSTO LO QUE REQUIERE LA SITUACIÓN ECONÓMICA ACTUAL?
¿QUIÉN NOS AMENAZA?
Hoy, que más que nunca se cuestionan los gastos militares y se duda de su necesidad, ¿en qué piensa este desorientado presidente?, ¿para quien trabaja?, ¿no tiene a nadie que pare sus desatinos?
Alguien tiene que recordarle al presidente que mediante referendum en 1986 «se decidió» -aunque no muy limpiamente- la permanencia de España en la OTAN, pero «sin su inclusión en la estructura militar».
Qué triste deriva la de este señor, que se estrenó como presidente con una ilusionante salida de tropas de Iraq y finaliza su mandato abrazando el militarismo más feróz.
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I. Escolar nos recuerda este episodio parlamentario:José Luis Rodríguez Zapatero: “La política de defensa y de seguridad tiene que ser una política de Estado y de consenso. Hubiera sido muy deseable que, antes de hacer el pronunciamiento que hizo con el presidente de los Estados Unidos, dando su apoyo al escudo antimisiles, hubiera venido a esta Cámara a explicar por qué y a debatirlo. (Aplausos.) Así es como se hace una política de defensa cohesionada. Todavía está a tiempo de hacerlo. Nosotros no lo compartimos, sinceramente, porque creo que es una idea vieja, que es la repetición de la propuesta del señor Reagan de la guerra de las galaxias y que no camina en la dirección adecuada para una política de seguridad en el mundo.”Hoy, diez años después, Zapatero ha anunciado la entrada de España en el escudo antimisiles. ¿En el Parlamento? No. En una rueda de prensa sin preguntas.
Estimado Barack Obama, más que una carta, la intención es tratar de darte una mano desde América Latina frente a la crisis económica, política y de valores que afecta a EEUU, Europa, Grecia y otros países del mal llamado «primer mundo». Siempre afirmé que somos un solo mundo mal distribuido y ahora la crisis les toca a los intocables.
Como Fausto que vendió su alma al diablo por un amor, lo grave es que algunos países vendieron su alma a la Bolsa que los ha embolsado, y les está reclamando el pago de la deuda más los intereses; semejante al Mercader de Venecia que reclama el pago de la deuda, con una libra de carne de su propio cuerpo.
Aclaremos las cosas Barack, América Latina no puede darte crédito alguno, está desfondada gracias a la gentileza del FMI y el BM con sus recetas. El primer consejo es que no aceptes recetas de organismos tóxicos.
Lo que si podemos hacer es transmitirte algunas experiencias que pueden ayudar:
Hay que aprender a vivir con la crisis, nosotros la asumimos casi… casi… como una hermana mayor; hay veces que la amamos y otras veces la odiamos, son como problemas de familia.
Hay que revisar y ver «que el armario de las ideas está vacío», como decía alguien cuyo nombre no recuerdo, por lo tanto, debes generar ideas superadoras y aprender los mecanismos que impone la deuda externa como instrumento de dominación. En eso ustedes son maestros.
Pero los latinoamericanos sabemos bastante de las plagas bíblicas que son «ese monstruo grande que pisa fuerte, toda la inocencia de la gente», como canta León Gieco.
Heráclito decía que nunca nos bañamos en las mismas aguas a pesar de ser el mismo río. Todo cambia. Hasta tu país que se creía poderoso amo del mundo, hoy debe enfrentar la deuda externa más grande del mundo, que deja a los norteamericanos con la boca abierta y el bolsillo temblando en la angustia existencial, cuando la Standard & Poor`s les baja el pulgar en las calificaciones al mejor estilo imperial.
Tengo que decirte que no me alcanzan los dedos de las manos y de los pies para contar la deuda de tu país en billones, trillones, cifras que no entran en mi cabeza y trato de comprender que lo imposible, es posible.
Es demasiado para mis neuronas comprobar que el mayor acreedor de los EEUU es la China «capi-comunista» y entre los misterios de ese legendario país, es saber como se las ingeniará para cobrarle a los EEUU la deuda externa. Pero China también controla el mercado de metales para alta tecnología, y eso hace a los EEUU más dependiente de China. Todo me sabe a un cuento chino.
Me pregunto: ¿Tendrán los chinos que convocar a sus dioses y magos de todas las dinastías, y al sabio Confucio que debe estar confundido con lo que ocurre en tu país?- ¡Vaya uno a saber! – en eso no podemos ayudarte.
Lo que sí podemos es enseñarte el juego de la deuda externa:
1.- Debes saber que las reglas las ponen los que mandan y no tu país, que pasó a ser miembro del club de deudores, por lo que: «Bienvenido hermano al club de Deudores».
2.- En el juego los acreedores usan dados cargados y el resultado será siempre el mismo: «más pagas, más debes y menos tienes». Jugar es una forma de hacerte creer que puedes ganar.
3.- No desesperes, el juego viene con sorpresas. Estás condenado a perpetuidad como el mítico Sísifo, nunca llegarás a la cumbre, una y otra vez debes cargar el peso de la deuda que paso a paso, pesa más y más.
Saca el lápiz estimado Barack y anota, pero no desesperes, ponle todos los números que quieras y siempre obtendrás el mismo resultado.
Hasta el momento, has aplicado un duro programa de ajuste fiscal en gastos sociales, educación, salud alimentación por 2,5 billones de dólares y aumentado el gasto militar con la complicidad del Congreso, para elevar el endeudamiento hasta 16,4 billones de dólares, cifra superior en unos dos billones al PIB de tu país; según los datos que el politólogo Atilio Borón recoge en su nota «Una estafa de 16 billones de dólares». No abundaré en datos que ya tienes.
Si continúas con esa locura esperando resolver el déficit, es como poner la cabeza en la guillotina y que tú mismo te la cortes. Estimado Barack, por favor, no seas suicida. Trata de encarar políticas públicas en favor de tu pueblo para evitar que se incendie el país, como está ocurriendo en Europa y otras latitudes con los indignados… indignadísimos.
En lugar de enfrentar la pobreza, el hambre y el desempleo que alcanza a más de 54 millones de personas, envías millones de dólares para salvar a los que más tienen. 659 millones de dólares fueron abonados a instituciones bancarias y empresas financieras. Algo huele mal Barack y puede pudrirse.
Tu gobierno ha decidido continuar aumentando el gasto militar, las bases en diversas partes del mundo, para promover guerras y conflictos a costa del derecho de tu pueblo y de otros pueblos víctimas de tu país. Esta situación te lleva a un punto sin retorno, si crees que apoyando el complejo industrial-militar vas a resolver la crisis.
No debes olvidar que quien siembra violencia recoge más violencia, tu país soportando el boomerang de las recetas neoliberales que impusieron a otros pueblos. Tienes una posibilidad, en EEUU hay personas sabias y con ideas que tienen propuestas para tu armario vacío y pueden ayudar a superar la crisis.
Pero vamos a lo concreto y tratemos de aproximarnos en buscar algunas soluciones. Como el problema es mucho más complejo se necesita tener pensamiento holístico:
¿Cuánto cuesta a EEUU la guerra en Irak?
Tu antecesor George Bush, más mentiroso que Pinocho, dijo que la guerra en Irak costaría 50.000 millones de dólares. Los EEUU están gastando esa cantidad en Irak cada tres meses, como dice el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz: «Si situamos esa cantidad en su marco, resulta que por una sexta parte del costo de la guerra de los EEUU podrían dotarse de una base económica sólida para su sistema de seguridad social durante más de medio siglo, sin reducir las prestaciones ni aumentar las contribuciones». Más claro imposible.
– ¿Cuánto cuesta una bomba que arroja tu ejército y tus aliados sobre Libia, Irak y Afganistán?
– Te recuerdo que 146 entidades financieras de 16 países han invertido y prestado servicios financieros por valor de 43.000 millones de dólares para fabricar bombas racimos entre los años 2007 y 2009.
– Un misil Trident DII5 de largo alcance puede transportar una cabeza nuclear y su costo es de 30.9 millones de dólares.
– La empresa Lockheed Martín, es el contratista ganador a un costo de 789,9 millones de dólares. ¿Cuánto cuesta un tanque de guerra y un avión de combate?
Anota Barack para no olvidar y suma las cifras inimaginables para promover la muerte y destrucción. Otra preguntita. ¿Sabe tu pueblo cuánto gasta el gobierno en guerras que tiene en diversas partes del mundo, y adónde van sus impuestos?
– El AH- 64- Apache, usado por EEUU en Irak, es un helicóptero de ataque utilizado por los británicos, Israel, Japón y otros; el costo del programa fue de 10.500 millones de dólares. El costo de despegue es de 18 millones de dólares y el costo de compra de la versión AH-64D en el 2003 era de 56 millones de dólares.
– Aquí viene el plato fuerte: Según TIME, en la lista del 2009, un simple caza de combate, cuesta 94 millones de dólares, y suma hasta el poderoso y letal bombardeo valuado en 2.400 millones de dólares el B-2 SPIRIT.
– Ni hablar de los porta-aviones que entran en el imaginario de lo increíble, pero dolorosamente cierto, como la clase NIMITZ que alcanzan por unidad los 4.000 millones de dólares; que necesita un equipamiento anual de 150 millones de dólares. Esto sin contar los 80 aviones, que pueden aumentar su capacidad hasta 100.
Me cansé Barack, estoy agotado de tanta locura e irresponsabilidad… necesito respirar.
Pero hay que seguir nomás. Otras medidas que puedes utilizar para reducir el déficit de tu país -medidas que has prometido, pero no cumplido- es cerrar las cárceles de Abu-Graib, en Irak y en Guantánamo. Y levantar el bloqueo a Cuba y liberar a los cinco cubanos que mantienes presos por más de 10 años. Esto permitiría a tu país ahorrar millones de dólares. Dime Barack ¿Cuánto cuesta a tu país el salario de los torturadores, asesinos y carceleros formados en la Escuela de las Américas, que aunque le cambiaron el nombre continúan con los mismos métodos?
El problema más grave que afecta a tu país es el miedo. Miedo a los demás y miedo a sí mismo. Pero se empeña en aferrarse al salvavidas de plomo e inventa mecanismos de seguridad, que vuelve la vida más insegura y angustiante. El presupuesto militar de tu país para el 2011, supera los 700.000 millones de dólares.
Las guerras, el petróleo, los minerales, el agua, el poder político y económico cuestan miles de vidas humanas, provocan hambre y violencia. Pero para los que mandan, negocios son negocios, y la humanidad pasa a ser una abstracción.
Hoy es Libia, la guerra por el petróleo, ¿mañana, será por el agua, los recursos y bienes naturales?, ¡vaya uno a saber! Lo que sí sabemos es que estás hipotecando el presente y destruyendo el futuro de tu pueblo y otros pueblos del mundo.
No podemos continuar lamentando la situación que vivimos, debemos construir en la esperanza. Te propongo lo siguiente:
Dona el valor de uno de los aviones de combate y, como decía Roul Follereau, podrás ver cuantos hospitales, escuelas y empleos dignos se pueden construir para los pueblos.
Con el valor de una de las bombas que tu ejército arroja sobre Irak, Afganistán o Libia se pueden hacer centros de salud y dar de comer y educar a millones de niños, que te regalarán una sonrisa y esperanza de vida. Si se sumasen todo los millones invertidos para la muerte, ¿cuánto más podría tu país hacer para la vida de tu pueblo y la humanidad? Podrías pagar la deuda externa e interna.
Mi saludo de Paz y Bien.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Buenos Aires, 05 de septiembre de 2011
Este es el décimo aniversario de las horribles atrocidades del 11 de septiembre de 2001 que, en la opinión general, cambiaron el mundo.
Noam Chomsky *

No hay duda del efecto de los atentados. Para centrarnos en los tres países más afectados, digamos que Afganistán apenas sobrevive, Irak está devastado y Pakistán se acerca a un desastre que podría ser catastrófico. El 10 de mayo de 2011, el presunto cerebro de ese crimen, Osama bin Laden, fue asesinado en Pakistán. Las consecuencias más inmediatas y significativas también han ocurrido en Pakistán. Se ha hablado mucho del malestar de Washington por que Pakistán no le entregara a Bin Laden. Pero se ha hablado menos de la rabia de los paquistaníes por que EEUU invadiera su territorio para llevar a cabo un asesinato político. El fervor antiestadounidense ya se había intensificado en Pakistán y esos eventos lo atizaron aún más.
Uno de los principales especialistas en Pakistán, el historiador militar británico Anatol Lieven, escribió en la edición de febrero de The Nation Interest que la guerra en Afganistán estaba “desestabilizando y radicalizando Pakistán, lo que podría causar una catástrofe política para EEUU –y el mundo entero– que empequeñecería cualquier otra cosa que pudiera suceder en Afganistán”.
En todos los niveles de la sociedad, señala Lieven, los paquistaníes simpatizan de manera abrumadora con los talibanes afganos, no porque los quieran, sino porque “los talibanes son considerados una fuerza legítima de resistencia contra la ocupación extranjera del país”, tal como eran percibidos los muyahidines afganos que lucharon contra la ocupación soviética en los años ochenta.
Estos sentimientos son compartidos por la jerarquía militar de Pakistán, que resiente amargamente las presiones estadounidenses para que se sacrifique en nombre de la guerra de Washington contra los talibanes. Más amargura les producen los ataques terroristas (la guerra de aviones no tripulados) de EEUU dentro de Pakistán, cuya frecuencia ha aumentado con el presidente Barack Obama, y la exigencia de EEUU de que el Ejército paquistaní lleve la guerra de Washington hacia las zonas tribales de Pakistán, a las que siempre se había dejado en paz, incluso durante el dominio británico.
Las fuerzas armadas son una institución estable de Pakistán y mantienen unido al país. Las acciones de EEUU podrían “provocar el amotinamiento de algunos sectores de las fuerzas armadas”, advierte Lieven, en cuyo caso “el Estado paquistaní se derrumbaría efectivamente muy pronto, con todos los desastres que ello implicaría”.
Los posibles desastres se refuerzan drásticamente por su arsenal de armas nucleares, enorme y en rápida expansión, y por el sustancial movimiento yihadista que existe en el país.
Todo esto es legado del Gobierno de Ronald Reagan. Los funcionarios de esa época pretendieron que no sabían que Zia ul-Haq, el más despiadado de los dictadores militares de Pakistán pero favorito de Washington, estaba desarrollando armas nucleares y realizando un programa de islamización radical de Pakistán con financiación saudí.
La catástrofe que acecha en el fondo es que se combinen esas dos herencias y que los yihadistas le pongan la mano encima a los materiales de fisión. Así, podríamos ver armas nucleares, muy probablemente bombas sucias, explotando en Londres y Nueva York.
Lieven resume: “Soldados estadounidenses y británicos, en efecto, están muriendo en Afganistán a fin de que el mundo sea más peligroso para los pueblos británico y estadounidense”.
Con toda seguridad, Washington entiende que las operaciones que realiza en lo que se ha dado en llamar Afpak –Afganistán y Pakistán– podrían desestabilizar y radicalizar a Pakistán.
Los documentos de WikiLeaks más significativos que se han publicado hasta ahora son los cables de la embajadora estadounidense en Islamabad Anne Patterson, quien apoya las acciones de EEUU en Afpak, pero advierte que “podrían desestabilizar el Estado paquistaní, ganarse la antipatía tanto del Gobierno civil como de la jerarquía militar y provocar una amplia crisis de gobernabilidad”.
Patterson menciona la posibilidad de que “alguien que trabaje en instalaciones [del Gobierno paquistaní] introduzca subrepticiamente el material de fisión necesario para llegar a fabricar un arma”, peligro que se refuerza por “la vulnerabilidad de las armas en tránsito”.
Numerosos analistas han observado que Bin Laden se anotó algunos éxitos importantes en su guerra contra EEUU.
Como señala Eric S. Margolis en el número de mayo de The American Conservative, Bin Laden “aseveró repetidamente que la única forma de expulsar a EEUU del mundo musulmán y derrotar a sus sátrapas era atraer a los estadounidenses a una serie de guerras pequeñas pero costosas que, a fin de cuentas, los dejaran en la quiebra”.
Después de los ataques del 11 de septiembre se hizo evidente que Washington parecía inclinado a cumplir los deseos de Bin Laden.
En su libro de 2004 Imperial Hubris, Michael Scheuer –analista senior de la CIA que había rastreado a Osama bin Laden desde 1996– explica: “Bin Laden ha sido muy preciso al decirle a EEUU las razones por las que está librando esta guerra en su contra. Está empeñado en alterar radicalmente las políticas estadounidenses y occidentales hacia el mundo islámico”, y en gran medida logró su objetivo.
Continúa: “Las fuerzas armadas y las políticas de EEUU están llevando a cabo la radicalización del mundo islámico, algo que Osama bin Laden ha estado tratando de hacer con éxito sustancial, aunque incompleto, desde principios de los años noventa. En consecuencia, pienso que es justo concluir que los Estados Unidos de América sigue siendo el único aliado indispensable de Bin Laden”. Y podríamos decir que, aun después de su muerte, así siguen siendo las cosas.
La sucesión de horrores a través del decenio transcurrido nos lleva a esta pregunta: ¿había alternativa a la respuesta de Occidente ante los atentados del 11 de septiembre?
El movimiento yihadista, que en su mayoría criticaba a Bin Laden, pudo haberse dividido y socavado después del 11 de septiembre si el “crimen contra la humanidad”, como fueron llamados los ataques con toda justicia, hubiera sido tratado como un crimen, con una operación internacional para aprehender a los sospechosos. Esto se reconoció en su tiempo pero, con las prisas por ir a la guerra, nadie consideró semejante idea. Vale la pena agregar que en buena parte del mundo árabe se condenó a Bin Laden por su participación en los atentados.
En el momento de su muerte, Bin Laden ya era una presencia apagada desde hacía tiempo y, en los meses anteriores, fue eclipsado por la Primavera Árabe. Su papel en el mundo árabe fue captado por el titular de un artículo de Gilles Kepel, especialista en Medio Oriente, publicado en The New York Times: “Bin Laden ya estaba muerto”.
Ese titular hubiera podido publicarse mucho antes, si EEUU no hubiera atizado al movimiento yihadista con sus ataques de represalia en Afganistán e Irak.
Dentro del movimiento yihadista, Bin Laden sin duda era un símbolo venerado, pero al parecer no desempeñaba un papel muy importante para Al Qaeda, su “red de redes” como la llaman los analistas, que emprendía básicamente operaciones independientes.
Incluso los hechos más obvios y elementales sobre este decenio provocan reflexiones sombrías cuando consideramos los ataques del 11 de septiembre, sus consecuencias y lo que presagian para el futuro.
Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos, 1928), lingüista, filósofo, escritor y analista político, es un referente intelectual para la izquierda alternativa y los movimientos antiglobalización de todo el mundo.
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Emitida en Canal Sur