¿Feliz 2013?

Está llegando otro amenazante año…

2013

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Y en las circunstancias que vivimos, no creo que sea como para «felicitarnos» ¿no?

Mejor preparamos nuestros instrumentos de indignación para, como estos últimos años, combatir lo que se nos viene encima:

Año nuevo 2013

RECORTES (2ª parte): La Crisis internacional, la Estafa y su aprovechamiento. Algunas fechas clave.

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Crisis

2007

9 de agosto.  La crisis hipotecaria hace caer las bolsas de Estados Unidos y Europa. El Banco Central Europeo (BCE) inyecta 95.000 millones de euros a 49 entidades bancarias con problemas de financiación, debidos, en parte, a la crisis especulativa y crediticia en EE UU, cuyo detonante fue el estallido de la burbuja inmobiliaria con las hipotecas basura («subprime»). Sigue leyendo «RECORTES (2ª parte): La Crisis internacional, la Estafa y su aprovechamiento. Algunas fechas clave.»

RECORTES (1ª parte): Fin del tercer año

Algunos signos del giro antisocial iniciado en 2010: Parados y pensionistas al borde de la indigencia

Colectivo IOE

El grueso de la población, la que no posee medios de producción, percibe sus rentas a partir de tres grandes fuentes: el salario directo, el indirecto (prestaciones sociales) y el diferido (pensiones de jubilación). Un seguimiento de estas tres fuentes de renta puede mostrarnos las dinámicas de distribución de las rentas y de la redistribución a partir de la regulación estatal. En esta nota nos centraremos sólo en la evolución de las prestaciones de desempleo y de las pensiones de jubilación.

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Sigue leyendo «RECORTES (1ª parte): Fin del tercer año»

Resumen del Año Mariano

El año de Rajoy en diez portadas

 por Iñigo Sáenz de Ugarte 

Rajoy ganó las elecciones con el argumento de que España necesitaba un Gobierno serio y previsible. Como Dios manda. Mal asunto para los periodistas y las portadas de la prensa, que podían esperar grandes dosis de aburrimiento. Lo que ha ocurrido este año ha sido al final todo lo contrario. No ha habido promesa o previsión que no haya saltado por los aires y las portadas, incluidas las de la prensa fiel, han sido testigo de este loco viaje hacia un lugar aún indeterminado.

Por eso, las diez portadas del primer año tienen que empezar antes de su victoria electoral.

Antes de las elecciones, todo era algo más que fácil, evidente, nítido. Rajoy ni siquiera necesitaba toda la legislatura. Y no es que las cosas fueran a mejorar, no. En dos años, la economía iba a estar perfectamente remendada y arreglada. ¿Cómo no iba a suceder eso si tenía diez medidas para recuperar el crecimiento y el empleo?

 

Una vez más antes de las elecciones la prioridad era reducir el paro. No, no es exactamente así. No es que el Gobierno fuera a hacer todo lo posible para reducirlo. Es que el desempleo iba a bajar, sí o sí. Y para que quedara constancia gráfica de la promesa, se fue a una oficina de empleo a hacerse la foto. Con gesto triste para estar a tono con el paisaje.

En la campaña electoral, hubo que moderar el optimismo. Ya no cabía prometer el paraíso terrenal. La situación económica obligaba a plantear medidas para reducir el déficit. Pero con límites. Había cosas que eran intocables, por ejemplo, la sanidad y la educación. Ahí la tijera no entraría.

Llegó la realidad y Rajoy terminó subiendo el IRPF, un trago duro para sus votantes. Pero podían estar tranquilos. El IVA no se iba a tocar, en absoluto. Si hasta su propio ministro de Hacienda decía que sería un error mayúsculo. Por ahí podíamos estar tranquilos.

 

Desde el primer momento, Rajoy dejó claro que sería un buen alumno de Alemania. Nada de sorpresas. España cumpliría y Merkel terminaría orgullosa de su colega español. Iba a ser el inicio de una gran amistad.

 

De repente, las cuentas no cuadran. El Gobierno anuncia que no cumplirá el objetivo de déficit marcado por la UE para 2012. La prensa afín le jalea hasta el punto de utilizar una expresión que todos relacionamos con los animales que dejan su orina para delimitar el territorio que controlan.

Otro salto hacia atrás. El Gobierno recorta 10.000 millones en sanidad y educación (eso que se iba a salvar de la tijera). «Rajoy ofrece a los mercados un recorte en sanidad y educación», titula El Mundo. Tras estrujarse los sesos, otros prefieren definirlo como un «golpe de autoridad». La foto no es del día, del momento en que se anuncian unas medidas que contravienen una promesa de Rajoy. La autoridad es tanta que el recorte se anuncia un viernes por la tarde con una nota de prensa. Nadie tiene estómago para dar la cara.

 

En realidad, el barco de la deuda hace aguas y la prima de riesgo está a punto de hundirlo. Otra vez, Rajoy saca pecho y dice que todo está solucionado. El BCE se ocupará de todo.

 

Los sueños de Rajoy terminan dándose de lleno contra la realidad. España necesita decenas de miles de millones de euros para sanear el sector financiero, dinero que no tiene. Es la hora de pasar el platillo en la UE, pero incluso así no puede contenerse. Todo va bien. No es un rescate. Es una línea de crédito. No es una derrota. Es un triunfo. No agravará la situación de las cuentas públicas porque no computará en el déficit. No me han presionado. Yo he sido el que les he presionado. Y ahora, como todo ha ido bien, me voy al fútbol.

 

Fin del teatro. Ya no cabe endulzar la realidad. Todas las medidas anteriores no han servido para mucho. Nuevos recortes y la subida del IVA que nunca se iba a producir. La prensa más adepta renuncia a vender un futuro brillante. Llega la hora de empezar a buscar culpables. Ya no se promete el cielo, pero al menos el infierno son los otros.

 

¿SUICIDIOS o CRIMEN DE ESTADO?

JUAN  TORRES en su blog "Ganas de Escribir"

Todos los datos permiten asegurar que una gran parte del incremento en el número de suicidios que se viene dando en España está relacionado con la forma en que se está gestionando la crisis.

Ya he comentado en artículos anteriores y más extensamente con Vicenç Navarro en el libro ‘Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero’ (Espasa, 2012), que en todos los países en los que se han aplicado políticas de ajuste neoliberal se ha podido detectar ese fenómeno, así que no es de extrañar que ahora se esté produciendo en España. Actualmente, parece que en nuestro país se producen entre nueve y diez suicidios cada día y que un tercio de ellos, según se puso de manifiesto en un reciente congreso de Psiquiatría, son los que tienen que ver con problemas económicos de diverso tipo originados por la crisis.

Y no hacen falta muchos estudios científicos para comprobar igualmente que una gran parte de esos suicidios se relacionan con los desahucios, que en estos momentos dejan sin vivienda a más de quinientas familias cada día en España. Ya son bastantes los casos en los que se han producido justo antes de que las autoridades y la policía procediesen a desalojar a las familias de sus viviendas en diferentes lugares de España.

Se trata de un verdadero drama que tiene una responsabilidad muy directa: las autoridades e instituciones del Estado que hasta el momento no han hecho nada efectivo para evitarlo. Todo lo contrario, lo han provocado con las políticas que vienen aplicando e incluso lo facilitan, como esos jueces que llegan a decretar que los desahucios se lleven a cabo sin previo aviso para evitar que la población acuda en ayuda solidaria de los afectados.

El Gobierno actual y el anterior han dedicado sumas millonarias a salvar y proteger a los banqueros y a los grandes propietarios, pero no han tomado ni una sola medida efectiva para acabar de una vez por todas con la desprotección de las familias de menos ingresos que pierden sus viviendas.

Cambiar las leyes para establecer medidas como la dación de pago, la creación de tribunales que gestionen la reestructuración de la deuda familiar, la disminución temporal de las cuotas para las personas sin ingresos o en paro, quitas familiares, u otras parecidas que podrían evitar los desahucios no comportan grandes dificultades legales ni supondrían demasiado coste económico (al revés, permitirían aumentar la demanda efectiva y así mejorar la situación económica). Por eso es injustificable que se sigan llevando a cabo desahucios que provocan docenas de suicidios y un sufrimiento personal y social tan extraordinario.

Que los dos grandes partidos se pusieran de acuerdo en unos pocos días para modificar la Constitución, y así contentar a los poderes financieros, y no lo hagan para adoptar medidas de rango muy inferior dirigidas a proteger a las miles de familias que se quedan en la calle solo refleja que se trata de dos organizaciones políticas que han perdido el norte para convertirse en simples piezas de un dominio oligárquico que ya es insoportable, y que requiere una respuesta social a la altura de su traición a los principios elementales de la ética, la justicia y el buen gobierno.

Es incomprensible, y empieza a producir una rabia inmensa, contemplar día a día a los parlamentarios ocupados en todo tipo de asuntos pero incapaces de acabar con el drama. Es desolador comprobar que los jueces no hayan reaccionado ya cuando llevan tanto tiempo como ejecutores de un derecho que es la antítesis de la justicia. Es patético e indignante ver a la policía defender día a día a las autoridades que echan a las gentes de sus casas y a los Bancos que se quedan con ellas, y golpear con saña a las pobres mujeres y hombres que las defienden. Es una vergüenza comprobar que hasta la jerarquía de la Iglesia Católica, que tanto habla de defender a la familia, llame a la policía para desalojar de sus templos (como en La Almudena de Madrid) a quienes quieren llamar la atención de la sociedad hacia lo que está pasando (en clara contradicción, hay que reconocerlo, con la inmensa mayoría de sus fieles de abajo que siempre suelen apoyarlos). Es tremendo que no salga ni una sola palabra ni un gesto de ayuda del Jefe del Estado, que se dedica, por el contrario, a defender las políticas que provocan el paro y la pérdida de las viviendas, mintiendo sobre los efectos que están provocando sobre la sociedad y la situación económica solo para proteger los intereses de los grupos más poderosos. Es sencillamente insultante, que en lugar de defender a las miles de personas que sufren, el Gobierno no solo siga aplicando sin misericordia las políticas que agudizan la crisis, sino que se dedique a ir indultando semana tras semana a los pocos financieros y políticos delincuentes que habían sido condenados en los años anteriores. Y es un insulto a la inteligencia y un despropósito la Constitución que declara que “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, pero que a la vez no impide que se produzcan más de medio millar de desahucios diarios.

Cada vez que muere una persona desesperada por el paro o por la pérdida de vivienda, o a causa del peor tratamiento que reciben cuando son dependientes o están enfermas, aumenta algo más la responsabilidad de todas esas instituciones y personas. No podemos ni debemos aceptar que todo lo que está pasando en España, el daño tan grande que se le está haciendo a millones de personas, sea un simple accidente o algo inevitable. Es un daño orquestado, perfectamente evitable y que se produce solo porque se quiere beneficiar a otros grupos sociales. Por eso me parece que las personas que dirigen esas instituciones o que toman las decisiones tienen una auténtica responsabilidad criminal y no solo política que debería investigarse y depurarse cuanto antes.

Tendríamos que dejar de hablar ya de suicidios y de poner sobre la mesa la comisión de un verdadero crimen de Estado porque sus instituciones, que tienen la obligación de evitar el dolor de los ciudadanos y cuentan con medios para ello, son las que lo están provocando. La gente normal y corriente tiene derecho a defenderse e incluso el deber de levantarse contra los tiranos.

JUAN TORRES es economista. Es miembro del Consejo Científico de Attac España y Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla. 

Desahucios: Otro suicidio

La desesperación que lleva a las víctimas a suicidarse ante un desahucio, tiene dos claros grupos RESPONSABLES DIRECTOS:
– Cada BANCO que inicia un proceso de desahucio.
– Cada POLÍTICO con capacidad legislativa que lo ampara y lo permite. Y en España son dos PP y PSOE.

  •  La INDUCCIÓN AL SUICIDIO es un delito que consiste en ejercer una influencia física o mental sobre la víctima para conseguir que en un momento dado ésta cometa suicidio. Es una conducta penada por tratarse de una figura muy similar al HOMICIDIO o ASESINATO.
    ¿Podría ser una vía de acusación a la BANCA?

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  • Son 18.000 millones es la «deuda familiar» acumulada en España. Una verdadera miseria en relación a la deuda de los bancos que SÍ estamos sufragando entre todos.
    ¡¡POR LA CONDONACIÓN DE LAS DEUDAS HIPOTECARIAS FAMILIARES, YA!!

 

 

¿Salir de la crisis?… ¿a dónde?

Saldremos de la crisis claro, porque también le interesa al sistema, pero el problema estriba en el escenario que vamos a encontrar después.

  • Todos los días oímos a alguien que, o bien desde la asfixiada ciudadanía o bien desde las interesadas y cínicas filas de algún partido político con poder, nos confiesan su «confianza de una pronta salida de la crisis».
  • Pero, ante el devastado paisaje de ahí fuera, ante el desmantelamiento del estado social, qué sentido tiene hablar de «salir» de la crisis cuando se ha evidenciado que ésta ha sido la justificación para la estafa social que se nos ha perpetrado y el salir no va a suponer más que la culminación de tal estafa con la puesta en funcionamiento del «nuevo estado de las cosas» tras haber acabado con el Estado Social, Estado de Bienestar o como queramos llamarlo. .

Sinceramente, creo que esa esperanza es infundada, irreal y sobre todo ingenua, cuando en lo que realmente tendríamos que estar pensando es en desempolvar las guillotinas.

Porque además de liderar en Europa la tasa de paro con nuestro 25 % largo, (50% para los jóvenes) batiendo el récord histórico, además de la ejecución de ya 1.000.000 (un millón) de desahucios desde que se inició la crisis…

¡¡a qué esperamos para salir todos a la calle!!