Es casi inevitable. Nuestro recorrido vital en un lapso de tiempo tan mínimo en relación a los hechos históricos, hace que nuestra percepción de ellos sea lo más parecido a una foto fija, mientras que el análisis con perspectiva y a distancia nos muestra que, lejos de aquella apreciación, los cambios se suceden constante e inexorablemente.
La historia de Europa no escapa a este principio:
.
Y aquí otra visión aún desde más atrás. Desde el año 486, es decir poco después de la caída del imperio romano:
Reblogueó esto en Algorta.