Algunos datos sobre inmigración, caso francés
Alejandro Pérez, en su Blog Personal
Que la inmigración es origen de numerosos problemas y conflictos sociales es una afirmación en boca de todos. No dudo que puedan existir problemas de acoplamiento y de convivencia pero la exageración del fenómeno y las trabas para la integración es algo incentivado y promovido desde algunos medios, partidos y sectores sociales interesados. Es un lugar común el decir que los inmigrantes roban, cuestan mucho dinero al estado y cometen todo tipo de delitos, son los malos de la película.
En Francia ( y en el resto de Europa) también se ha dicho largo tiempo atrás y actualmente el mal que crea la inmigración, la voz xenófoba del Front National tuvo un 15% de los votos en los comicios de 2002. El problema, al igual que con otros tantos temas, es la falta de perspectiva y de análisis de los acontecimientos. Los números siempre son muy importantes y por eso la Universidad de Lille realizó un estudió de 5 años de duración (a cargo del ministerio de asuntos sociales) sobre el fenómeno.
He aquí sus resultados:
Los inmigrantes cuestan al estado francés 47.900 millones de euros ( los costes en pensiones y sanidad son los más significativos, con 16.300 millones y 11. 500 millones de euros respectivamente ) pero aportan 60.300 millones (principalmente a través de las cotizaciones sociales con 26.400 millones de euros y los impuestos sobre el consumo 18.400 millones de euros). Conclusión: existe un saldo positivo de 12.400 millones de euros. El estado gana con la inmigración. No abusan de las prestaciones sociales y contribuyen a que los autóctonos dispongan de más infraestructuras, inversiones sociales y prestaciones ( gracias a ese saldo positivo). Por otro lado, como ya aseguraba la Agencia tributaria, el salario medio de los nativos duplica al de los fóraneos.
No disponemos de datos sobre el Estado español, aunque sabemos gracias a los datos del estudio de la Sociedad española de Medicina de Familia y Comunitaria que los inmigrantes acuden 4,7 veces al año al médico, frente al 8,3 de los españoles. Además la Seguridad Social ya advirtió de que la economía española necesitaría 7 millones de inmigrantes para sustentar las pensiones de cara al año 2030.
Todos estos datos son demoledores y de ellos no se hacen eco esos partidos y personas que están a favor de expulsar inmigrantes o de quitarles sus derechos. De ahí que yo concluía que por mucho que se autodenomiden”realistas” son racistas, les molesta la presencia de otras razas en estas “nuestras tierras”.
Es todo un largo camino, en realidad la fuente de los conflictos con los inmigrantes (visto desde la sociedad civil) no es un problema de raza sino de clase. En efecto, la mayoría de inmigrantes pertenecen a las clases trabajadora y en una sociedad tan desigual como en la que nos encontramos ahora ser de la clase perdedora será fruto de conflictos. Desde los medios y desde las clases dirigentes interesa que las personas no se vean como pertenecientes a una misma clase y nazca así una solidaridad peligrosa para sus privilegios, se quiere segregar, separar y enfrentar a las clases populares entre sí. Están los nacionalismos, las religiones y las razas para conseguir este propósito.
¿Choque de civilizaciones? que casualidad que Huntington estableciera esta teoría tras la caída de la URSS. Había que construir un nuevo enemigo para justificar que EE.UU. sea el gendarme del mundo y mantener así controlada a la población, también para acabar con el tema ideológico en favor del cultural (también se hizo de la mano del ya famoso ” liberalismo como fin de la historia” de Fukujama).
En el mundo musulmán existen numerosas iglesias y sinagogas en las diferentes ciudades. En Cataluña por ejemplo apenas hay 2 o 3 y eso que existe una población musulmana bastante importante. Yo no pretendo ser “buenista” simplemente humanista, los humanos tenemos derechos, somos personas, y no se puede discriminar según la religión o raza a la que pertenezcas. La religión por otro lado sigue siendo causante de males y males… ya volveremos a ello en otro artículo.