Sufrimos hace pocos años como director del aeropuerto de Bilbao, a un ejecutivo de los que acostumbran a meter la mano en la caja y a extenderla al modo egipcio. Lo que se conoce como un auténtico «sobrecogedor».
Este elemento, por nombre Segismundo López-Santacruz con la inestimable ayuda de otra santa que es su esposa Laura Hernández, durante su gestión al frente del aeropuerto de Bilbao entre 1997 y 2001, y que coincidió con la construcción de la nueva terminal, se afanó mucho -según sentencia- en falsificar documentos, malversar dineros públicos (es decir, tuyos y míos), en fraude y en cohecho, lo que viene siendo poner el «cazo» en la contratación de las obras de renovación del aeropuerto, recibir comisiones de las empresas participantes y lo más cutre, en simular el arrendamiento de su vivienda, que se la pagaba AENA, pero que en realidad él se la alquilaba a su madre, lo cual le generó unos pingües ahorrillos que le permitió comprarse dos pisitos.
Cuatro meses después de que la Audiencia de Bizkaia ordenase su ingreso voluntario en prisión, el exdirector del aeropuerto de Sondika y su mujer fueron arrestados -ahora hace un año- en la urbanización de lujo El Zaudin, en el municipio sevillano de Bormujos cuando, tan pichis, se dirigían a jugar al golf.
En aquél momento cuando Segismundo (a veces el nombre puede dañar mucho) dejó de reducir su handicap involuntariamente, no se decretó la entrada en prisión de su mujer pero ahora después de un año, cuando el tribunal dictó el pasado 12 de abril un auto en el que reclama a las Fuerzas de Seguridad la detención de la Hernández, a quien la Audiencia ya había requerido hace dos meses para que ingresase en prisión, no la encuentran. Vamos…, ¡que se ha perdido o traspapelado por algún rincón de casa!
Esta encantadora parejita residía desde 2006 con sus hijos en un chalecito de la lujosa urbanización El Zaudín y, según sus vecinos -discretos ellos-, «debían mucho dinero». «Cada dos por tres venía gente a reclamar deudas. Parece ser que tampoco pagaba el alquiler del chalét en el que vivía. Pero no teníamos ni idea de que estaba en busca y captura», apuntaba ayer un residente con el buenismo típico de los vecinos.
Este fallo judicial es firme por sendas sentencias del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) y el Supremo y además de la cárcel, la sentencia condena al Segis al pago de 816.000 euros de responsabilidad civil por el cobro de comisiones ilegales y a una multa de algo más de 60.000 euros entre otras menudencias.
Para remedio de todo ello, el cachondo este ha dicho que sí, que sí, que no nos preocupemos que el paga, pero ha hecho una propuesta de pago fraccionado de… ¡¡30 EUROS AL MÉS!!
Pues bien, ni López-Santacruz, en prisión desde hace ya un año por los cinco delitos por los que fue condenado en 2007, ni su esposa, Laura Hernández, también condenada y pendiente de ingresar en prisión si la localizan, han pagado un euro del total de los más de 3,6 millones que la sentencia les obliga a abonar.
Estas actuaciones, aparte del lógico cabreo que genera a todo el mundo, a mí me sugieren sobre todo, dos preguntas: ¿Como hace alguien para llegar un día a casa y decirle a su mujer, «cariño ayúdame a llevármelo crudo todo lo que pueda mangar en mi trabajo»? y la otra, ¿Cuanto pensaría vivir el pollo este para ir devolviendo a razón de 30 eurillos al mes?
Si es que cualquiera no tiene una santa como la tuya así que no le ayudes al Segis, que la busque él solito.
Y luego sale el hijo «despotricando», contra la justicia por la injusticia que hacen por meterla en la cárcel.
¿Porque no investigaron en los anteriores destinos de Pamplona y Asturias, y que contestaron los comités de empresa cuando les pidieron si tenían alguna información ?.
Me gustaría conocer si el Opus ya le excomulgó .