A favor de reducir los vuelos en primera se mostraron 216, entre ellos Raül Romeva (ICV-Verds), Oriol Junqueras (ERC), Ramón Tremosa (CiU) y Rosa Estaràs (PP). En contra, el representante de UPyD y la mayor parte de los Grupos Popular y Socialista europeos, comenzando por Jaime Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz por el PP y Juan Fernando López Aguilar y Eíder Gardeazábal(¡Ay! si su abuelo Ramón Rubial levantara la cabeza) por el PSOE. La socialista catalana María Badía se abstuvo, mientras que Willy Meyer, integrante del grupo parlamentario autor de la enmienda, no votó al estar “en un acto de precampaña” en España, según fuentes de su equipo.
El resultado del voto no es un episodio aislado, sino que se inscribe en la negativa constante a recortar tanto sus sueldos como la capacidad financiera de las instituciones europeas pese al contexto de austeridad con el que conviven las administraciones nacionales. La enmienda que naufragó este miércoles era parte de un informe, que sí fue aprobado, en el que Estrasburgo pide incrementar en un 2,3% el presupuesto de la UE para 2012. El año pasado, tanto la Eurocámara como la Comisión exigieron un aumento del gasto de un 5,9% para este ejercicio, algo que provocó la ira de David Cameron, el primer ministro británico, que acabó formando una coalición de países que tumbaron la propuesta.
«Algunos luchamos por tener los pies en el suelo», ha dicho Romeva
Aunque los eurodiputados aseguran que el presupuesto de la UE ha de aumentar conforme a las nuevas responsabilidades asumidas con el Tratado de Lisboa, en vigor desde finales de 2009, pocos eurodiputados aciertan a explicar la evolución de sus estipendios personales. Además de rechazar la congelación de su sueldo que al margen de viajes, dietas y otras prebendas asciende a 10.500 euros, los eurodiputados han aumentado recientemente la dotación para sus asistentes. El mes pasado, la Eurocámara acordó aumentar en 1.500 euros la dotación para su equipo; este salario, que ya roza los 20.000 euros anuales es para su propio presonal asistente de libre designación.
«Algunos luchamos por tener los pies en el suelo», aseguró Romeva, uno de los tres que apoyaron la enmienda, tras la votación. Romeva, desconsolado por la mala imagen de la Eurocámara, recuerda que la institución es muy grande, y que en ella hay espacio tanto para elefantes políticos en busca de un exilio dorado como de políticos que trabajan.