EL NEGOCIO DE HUNDIR UN PAÍS

Amparo Estrada, en Público

Cuentan que el 8 de febrero pasado, en el número 767 de la Tercera Avenida, en Nueva York, por la noche, tras desaparecer de los platos el último trozo de filet mignon servido a los comensales, los titanes de los hedge funds (fondos especulativos de alto riesgo) labraron el destino inmediato del euro, de las economías vinculadas a la eurozona y, de paso, de las esperanzas de recuperación de nuestra fortaleza económica a corto y medio plazo.

Uno dijo: “Grecia”. Los demás asintieron y trazaron el plan. El lugar era la sede de Monness, Crespi y Hardt, una firma (www.mchny.com) que se autodenomina “boutique” de investigación sobre valores y “servicio pleno” de intermediación de un catering de compraventa para inversores institucionales, que opera a través de… (redoble de tambores)… Goldman Sachs Execution & Clearing LLC.
Los datos son estos: la idea surgió en plan ¡eureka!, ¿cómo no se nos ocurrio antes? Y en la cena estaban presentes, entre otros, Aaron Cowen, representante de SAC Capital Advisors, entidad fundada por Steven A. Cohen que maneja 16.000 millones de dólares en hedge funds; David Einhorn, de Greenlight Capital, veterano del asalto a Lehman Brothers en el otoño de 2008; Donald Morgan, de Brigade Capital (cuyo mensaje principal en su página web consiste en resaltar cómo sus productos incluyen deuda de alto riesgo y alto rendimiento, o sea, bonos basura), y, por supuesto, un miembro de Soros Fund Management, la sociedad de inversiones de George Soros, hoy octogenario, una mente privilegiada, el mayor especulador no encarcelado de todos los tiempos, procesado y nunca condenado por uso de información privilegiada, paladín de, por ejemplo, el ataque a la Société Générale francesa en 1988, el hundimiento planificado de la libra esterlina en 1992 (del que sacó limpios 1.000 millones de dólares) o, últimamente, la revalorización enorme del oro.

Bien es verdad que la debilidad de sus pésimos datos macroeconómicos y su culpabilidad en mentir sobre tal situación (por cierto, con el asesoramiento criminal de Goldman Sachs al Gobierno conservador) habían colocado a Grecia como la primera ficha de dominó para hacer caer el euro frente al dólar. “Una oportunidad para ganar mucho dinero”, llegó a reconocer a The Wall Street Journal Hans Hufschmid, antiguo ejecutivo de Salomon Brothers y actual directivo del hedge fund GlobeOp Financial Services. Y decidieron darle entre todos el empujón. Lo contó el periódico mencionado el 26 de febrero.
El euro se cambiaba a 1,51 dólares en diciembre y ahora se encuentra en menos de 1,25, lo cual ha hecho que la apuesta a favor de la depreciación de la moneda europea ya ha generado a estos fondos grandes ganancias.

Los fondos de inversión de alto riesgo celebran reuniones similares con asiduidad para acordar posturas de las que se puedan beneficiar mutuamente. En 2008 ya hubo otra en la que decidieron destrozar el valor de Lehman Brothers.
A golpes bursátiles y de prima de riesgo han abierto los ojos los dirigentes europeos. El castigo que están viviendo los países del sur de Europa les ha empujado a pedir, por fin, medidas para contraatacar a los mercados, como la compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo –muy criticado por su inacción–. Habrá que ver si logran resultados.

¿QUIENES COÑO SON LAS AGENCIAS DE CALIFICACIÓN?

Vaya, en el título ya se me ha deslizado un pelín la natural simpatía que siento por estos organismos.

Veamos. Son empresas privadas que nacieron a principios del siglo XX para evaluar la solvencia de los valores bursátiles y ahora se dedican a valorar y calificar la «calidad -de gestión- crediticia».  Se entiende por calidad crediticia la capacidad de atender las obligaciones de pago de las empresas, entidades financieras y, últimamente también se dedican… ¡¡a juzgar estados!!.

Hay varias que operan en Europa como MOODY’SFITCH  y SATANDARD & POOR’S

Standard & Poor’s es un complicado nombre que sale mucho estos días en los informativos. Su última hazaña, aparte de habernos degradado a nosotros es haber situado a Portugal en el disparadero al haber rebajado su calificación a niveles de economía basura, con lo que eso puede suponer de arrastre hacia un desastre como al que han llegado con la economía griega.

Ahora bien, estas entidades no son ni neutrales ni inocentes de los desaguisados que evalúan (y crean), donde tienen una notable influencia y la Unión Europea ha mostrado en varias ocasiones su preocupación por el turbio ejercicio de estas empresas, en el sentido de:

  • la calidad de sus calificaciones crediticias;
  • la independencia y objetividad de estas agencias;
  • la transparencia de los métodos empleados para las calificaciones;
  • el alto grado de concentración que se observa en el sector de la calificación crediticia y sus posibles efectos anticompetitivos.

Conocido fue el papel de estas agencias y sus conductas fraudulentas reveladas por los casos «Enron» y «Parmalat» y el peligroso ridículo en el que se vieron envueltas con la estrepitosa caída de Lehman Brothers, a la que venían concediendo la más alta calificación.


¿Qué valores asocian a cada título estas agencias?

Las valoraciones de estos títulos tienen una escala dependiendo de la agencia que haga la calificación, a continuación os mostramos las escalas de Sandard & Poor’s, Fitch y Moody’s, las tres más importantes hoy en día:

FITCH MOODY’S S&P
TÍTULOS DE ALTA CALIDAD
Calidad Superior AAA Aaa AAA
Muy Alta Calidad AA Aa AA
Alta Calidad A A A
Calidad Moderada BBB Baa BBB
TÍTULOS DE BAJA CALIDAD
Calidad Moderada Baja BB Ba BB
Baja Calidad B B B
Muy Mala Calidad CCC Caa CCC

Como podéis observar, en el cuadro se diferencian bien aquellos títulos de baja calidad o basura como se les denomina en estos días, de los más solventes.