Es falsa la teoría económica del «goteo hacia abajo», en base a la tesis de que los beneficios de políticas económicas favorables a los más ricos acabarían goteando hasta las clases más desfavorecidas
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La economía vasca creció el pasado año el 3,1 %, lo que supone una décima más que las últimas previsiones realizadas por el Gobierno Vasco. Dato dado a conocer por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat.
Por otro lado hace poco, los responsables de las Haciendas Forales nos comunicaban apesadumbrados, que se habían recaudado 71 millones menos de lo previsto.
Curiosamente, contrasta este mal comportamiento que han tenido los ingresos por impuestos recaudados por las Diputaciones Forales el pasado año, con tan sólo un crecimiento de un 2,7 % y generando serios problemas en el gasto de la comunidad autónoma, con el eufórico crecimiento mencionado del PIB vasco.
Curioso ¿no? Pues no tanto, veamos.
Las grandes corporaciones tienen un tipo efectivo en el Impuesto de Sociedades de un 6 % de su resultado contable positivo. La tasa parece ridícula, pero ha llegado a ser más baja, en 2011 fue del 3,8%. Naturalmente, hay periodistas y economistas, y algunos políticos, que desmienten esto, pero negar la realidad y las cifras no lleva a ninguna parte. Normalmente se suele afirmar, vía Agencia Tributaria, que las empresas pagaron en el Impuesto de Sociedades un 16% de su base imponible (en algunos casos sí, pero no en el de las grandes corporaciones). Y recordemos que el tipo nominal del impuesto está muy lejano de estas cifras, ¡en el 30 %!.
Pues bien, sabemos entonces que las grandes empresas cotizan muy poco, con lo que un crecimiento -no distribuido-, tal como se comporta nuestro modelo fiscal, significa una mayor desigualdad social.
Y finalmente, y por esta misma razón hay que desmontar la cansina y falsa teoría económica del trickle-down, o goteo hacia abajo, es decir la tesis de que bajar los impuestos a las grandes empresas es positivo porque éstas, indirectamente, benefician a los miembros más pobres de la sociedad debido a un inevitable proceso de goteo de recursos hacia ellos. Esto es una falacia, se ha visto en los ejemplos de arriba y se ha visto bien claro también durante la época aguda de la crisis y con la posterior obscena remontada de las grandes fortunas, mientras se hundían las economías medias y bajas.

Fuente:
http://www.elcorreo.com/bizkaia/economia/201701/27/economia-vasca-comporto-pasado-20170127103757.html








Las falsificaciones históricas son un instrumento indispensable para mantener el poder y asegurar la explotación de los oprimidos. Cuando una parte importante de la población piensa que el orden social es resultado de una evolución natural, aún cuando dicho orden social sea a todas luces injusto, el resultado será la resignación y la sumisión a los dictados de los poderes establecidos. Es posible que las falsificaciones históricas sean el mejor aliado de las clases dominantes.

sería preferible un programa de RB incondicional a una política pública de garantía de trabajo o empleo para toda la población en edad laboral (lo que se ha defendido en ocasiones como un «derecho al trabajo» legalmente estatuido). Ésta ha sido, en efecto, una de las discusiones que ha generado más incomprensión y enemistad hacia la RB en determinados sectores de izquierda (pero no sólo en ellos). ¿Qué es lo que está realmente en juego en esta discusión? Si las líneas sucesivas contribuyen en alguna medida a acercar posturas y a disolver algunas confusiones o malentendidos conceptuales al respecto, habrán logrado entonces su propósito.