¿Qué está pasando en Estambul?

A mis amigos que viven fuera de Turquía:

VisualFoto tomada de la página Occupy Gezi en Facebook. También utilizada por Reuters

Traducido de: http://defnesumanblogs.com/2013/06/01/what-is-happenning-in-istanbul/

Les escribo para hacerles saber lo que está pasando en Estambul durante los últimos cinco días. Yo personalmente tengo que escribir esto porque la mayoría de los medios de comunicación están cerrados por el gobierno y el boca a boca y el Internet son las únicas maneras que nos queda por explicar a nosotros mismos y pedir ayuda y apoyo. Sigue leyendo «¿Qué está pasando en Estambul?»

¿Qué está pasando ahora en Egipto?

Tras el estallido y posterior avance mediante elecciones de la primavera árabe egipcia en Enero de 2011, muchos creíamos encauzado un proceso político revolucionario de gran apoyo popular.

¿Qué ha sucedido para que de nuevo una gran parte del pueblo egipcio se eche a la calle reclamando la dimisión del presidente electo?

Hace un par de semanas EE. UU. felicitaba al presidente egipcio Mohamed Morsi por su labor como mediador durante Un mensaje a Morsi confeccionado con la portada de la revista Time: "Time to go" (Hora de irse)el ataque israelí a Gaza. Morsi aprovechó ese momento para anunciar su ‘decretazo’, a través del cual anuló la efectividad de cualquier decisión judicial contra él o contra el grupo encargado de redactar la Constitución, integrado por sus aliados islamistas.

Aquella medida encendió la mecha de la indignación entre importantes sectores de la sociedad egipcia y fue el origen de las protestas que estamos viendo estos días.

Con el ‘decretazo’ aprobado, el panel redactor de la Carta Magna, libre ya de amenazas judiciales que pudieran cuestionar su legitimidad, se dio prisa por culminar el borrador del texto constitucional. Tanto, que una semana después anunció que estaba listo y Morsi fijó el 15 de diciembre como fecha para su votación en referéndum: Menos de quince días para que los egipcios pudieran leer, valorar y analizar la propuesta de borrador.

“En un país con importantes porcentajes de analfabetismo ¿cómo le va a dar tiempo a la gente a valorar si esta es la Constitución que merecemos?”, se preguntó en una intervención televisiva el escritor Al-Aswany.

Diversas organizaciones políticas y sociales se echaron las manos a la cabeza tras leer el borrador y denunciaron varios aspectos del mismo:

  • Limita la libertad de expresión e información en determinados casos.
  • Establece que los tribunales militares podrán seguir juzgando a civiles.
  • No prohíbe de forma explícita la discriminación por razones de género, sexo, origen o religión.

Varios asesores de Morsi presentaron su dimisión, las protestas crecieron en las calles y grupos de la Hermandad Musulmana y salafistas trataron de disolverlas con violencia. Surgieron enfrentamientos en los que seis personas murieron y cientos resultaron heridas. Los grupos islamistas no dudaron en reprimir a los manifestantes con dureza.

El Ejército

A pesar de la represión, las protestas han seguido. El Ejército, que hasta ahora había permanecido callado, ha instado al diálogo y ha advertido que no permitirá que el país se suma “en un oscuro túnel que resultará en una catástrofe”. Su aparición en escena ha provocado escalofríos entre los movimientos sociales y activistas de las revueltas, que en muchos casos sufrieron en sus propias carnes la represión militar bajo el régimen de Mubarak o a lo largo del año 2011, cuando las Fuerzas Armadas aún ocupaban el poder.

«Nos merecemos algo mejor que tener que elegir entre el Ejército o los Hermanos», han coreado estos días algunos grupos en las manifestaciones frente al palacio presidencial.

Finalmente, Morsi se ha visto obligado a hacer alguna concesión: Ha anunciado que da marcha atrás al decretazo y ha nombrado a un grupo de expertos juristas para que redacten un nuevo decreto. Pero el borrador constitucional permanece intacto, la fecha del referéndum se mantiene y con ella, la indignación de la oposición y de los movimientos sociales de la llamada revolución egipcia.

En las paredes de las calles del palacio presidencial, escenario de protestas multitudinarias, han aparecido varios dibujos de ovejas, en clara alusión a la Hermandad Musulmana.

“Es el carácter de los Hermanos. Sus seguidores protestan siguiendo órdenes. Nosotros lo hacemos por elección, somos libres”, ha escrito la activista Gigi Ibrahim.

“Estamos viviendo algo muy significativo”, ha dicho el activista y periodista Hossam El-Hamalawy: “Desde Alejandría hasta Aswan, por primera vez en su historia, Egipto es testigo de una verdadera rebelión contra los Hermanos Musulmanes”.

“Morsi es un presidente que llegó al poder a través de la ley, y pisoteó la ley para permanecer en el poder”, ha afirmado esta semana el escritor egipcio Alaa Al-Aswany, autor de obras tan internacionales como “El edificio Yacobián”.

Fuente:  diario.es

CT o un LIBRO FUNDAMENTAL

Guillen Martínez: “La cultura de la Transición existe para neutralizar el conflicto”

Enric Llopis en "Crónica Popular"

No sólo es acrítica, sino que también es desproblematizadora y se come el conflicto, lo neutraliza. Así define el periodista y coordinador del libro “CT o la Cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española”, Guillem Martínez, la cultura democrática en España. Subraya asimismo que la “sentimentalización”del conflicto ha sido “una opción muy lúcida de la CT en toda su existencia”. ¿Algún ejemplo? “Catalunya es el epicentro de la CT actual”, responde Martínez. El gobierno de Mas “es el unico que está accediendo a la postdemocracia -el cambio de democracia por deuda-, con una sociedad y una cultura que le aplaude”.

https://i0.wp.com/www.cronicapopular.es/wp-content/gallery/2012_noviembre/12_ct.jpg Guillem Martínez colabora en el diario “El País” desde 1996 y ha publicado libros como “Franquismo Pop”, “Pásalo” o “La canción del verano”. “CT o la Cultura de la Transición” (Ed. DeBolsillo) es una reunión de pequeños ensayos con aportaciones de la escritora, Belén Gopegui; el pensador y activista, Amador Fernández-Savater; la periodista de Diagonal, Irene García Rubio; el crítico cultural, Ignacio Echevarría o el ingeniero y técnico en comercio exterior, Pep Campabadal, entre otros.

En primer lugar, ¿Cómo marcha la difusión del libro?

Muy bien. La semana pasada alcanzamos la tercera edición. Es un libro muy reseñado -hemos contabilizado más de 40 reseñas en la red-. El libro, y el concepto Cultura de la Transición (CT), ha entrado en el debate académico, por supuesto fuera de España. En el último número de Hispanic Review -una referencia en el campo filológico-, dedicado a la crisis y la cultura española, aparece el concepto de manera llamativa. En Diciembre, se hablará del libro y la CT en un encuentro en Boudeaux, universidad en la que, por cierto, se edita Boletin Hispanique, otra revista fundamental. Por otra parte, el concepto ya es una normalidad en debates de la izquierda y en análisis cultural en la Península y en varias lenguas peninsulares. La función del lbro -explicar un concepto y despenalizarlo, ofrecer una herramienta cultural-, creo que se ha cumplido.

¿Qué es la “Cultura de la Transición” (CT) y qué marcos culturales y discursivos impone? ¿Qué sería lo culturalmente correcto?

Básicamente, es la cultura democrática en España. Es la descripción de un producto cultural -un libro, una canción, un artículo, un discurso, una película…-, para que sea reconocido como producto cultural y no como una “frikada” marginal. No es lo políticamente correcto. O, al menos, no es sólo eso. Es la definición española de cultura, vigente durante 35 años. Cualquier producto español debía ser o CT, o mercado, para ser reconocido como tal. Lo CT no es necesariamente, tampoco, el mercado. Es una convención cultural. 

¿Qué poderes políticos y económicos promueven la “Cultura de la Transición”? ¿Qué papel desempeñó la izquierda? 

La CT es la aportación, básicamente, de la izquierda. En un momento de transición democrática, en el que, al parecer, prima más la intensificación de la estabilidad que de la democracia, las izquierdas aportan, para poder participar, la desactivación de sus únicas bazas, la movilización social y la cultura. La cultura no sólo queda desproblematizada, sino que adquiere, precisamente, ese rol. Crea cohesión, da razón al Estado y elimina problemáticas. Hasta el punto de que la cohesión social en España no está sustentada en la economía o los derechos, sino en la cultura. En construcciones culturales. Es decir, en propaganda. 

¿Podrías citar ejemplos de personajes o producciones señeros de la CT, plenamente integrados en la misma? 

No. De eso hablo en artículos que firmo, no en entrevistas. La razón: lo no-CT devuelve la capacidad a las personas de decidir por sí mismos sus gustos, de no obligar a nadie a un listado de gustos bajo la amenaza de que eso crea cohesión. A lo no-CT le importa un pimiento la suma o la resta de cohesión social a través de la cultura. Devuelve libertad perdida.Te puedo decir cómo se ha creado la cohesión a partir de la cultura y cómo se ha perdido libertad: a partir de productos cuyos límites no superan los límites del Estado, que dan la razón al Estado o que, al menos, no se la niegan, y que no buscan problemas, sino que los solucionan. Ejemplos: artículos periodísticos que utilizan la Transición y la Constitución como límite a todo, novelas sobre la guerra civil en las que no hay problema ideológico, sino sentimental, etc… 

¿Y mencionar algunas excepciones, personas con posiciones críticas que hayan conseguido salirse de la CT? 

La CT es la cultura en los últimos 35 años. No es CT todo lo que chirría -muy poco-, si bien todo lo elaborado ha tenido que insertarse en la CT para poder ser reconocido como cultura. Las excepciones más notorias, los nombres no-CT más llamativos, en ese sentido, no los conocemos. Son personas que o bien desaparecieron, o bien no llegaron a producirse. Lo no-CT propone, en ese sentido, reformular el canon cultural de las últimas décadas. Lo que hoy a la CT le parece la bomba, son novelas, películas, periodistas que no existirán ni serán recordados en breve, dado su escaso interés artístico o social. 

¿Qué rol desempaña el periódico “El País” en la CT? 

Los medios de comunicación son básicos en la creación de los marcos CT. Y EL País, en su momento, fue la referencia. Creó, en muy poco tiempo, los límites de la CT. Ante la ausencia -esto se debe de señalar también-, de propuestas culturales alternativas y atractivas por parte de unas izquierdas y una cultura sin demasiadas ganas de lo contrario. 

Se te podría criticar que en otros países, que no han vivido la transición, se ha llegado a situaciones similares: pensamiento único, hegemonía del mercado y consensos bipartidistas. 

En Occidente la culturas optan por lo lúdico desde el 68. Es una decisión practicada desde la cultura. La originalidad española es que la cultura no decide nada. Es una decisión de Estado, que es el lugar en el que se decide desactivar la cultura. Esa es la originalidad española. Sobre el mercado, se ha de decir que no es necesariamente lo CT. Lo CT, de hecho, son productos inexportables, que sólo satisfacen una necesidad política española. 

¿Es absoluta la hegemonía de la CT o pueden destacarse algunos elementos de ruptura, por ejemplo, el 15-M? 

Si. “Cacharros” como lo ocurrido tras el 11M, cuando una sociedad se saltó a sus políticos, a sus medios y a sus intelectuales para poder informarse de la realidad, o lo del 15M,  un fenómeno imposible de explicar en prensa a través de las fórmulas CT, son pequeñas-grandes sentencias de muerte a la CT. 

La “cultura de la transición” existe para comerse el conflicto, para presentar como conflicto lo que al Estado le parece bien presentar como conflicto – los nacionalismos -, y para evitar que nazcan conflictos que no le interesan – la pobreza, el reparto de la riqueza, la corrupción, el déficit democrático.

Amador Fernández Savater señala en su artículo que la CT es “consensual” (en torno al sistema de partidos y al mercado) y “desproblematizadora”. Pep Campabadal se refiere al “punto medio”. ¿Qué ocurre con el conflicto y con las voces críticas? 

La CT existe para comerse el conflicto. Es decir, para presentar como conflicto lo que al Estado le parece bien presentar como conflicto -yo qué sé: los nacionalismos -, y para evitar que nazcan conflictos que no le interesan -yo qué sé: la pobreza, el reparto de la riqueza, la corrupción, el déficit democrático-. El intelectual que quiera recibir honores, subvenciones o, simplemente, existir y seguir trabajando, debe colaborar en su proyecto de cohesión. Dándole la razón o, al menos, no quitándosela. Ejemplo: atentados del 11M. Las dos únicas opciones que ofreció la CT fueron a) darle la razón al estado -ha sido ETA, y ETA es quién la oxigena, es decir, todo el mundo salvo el PP-, o no quitársela. Para no quitársela, la opción más recurrida fue la sentimental, hablar del dolor de las víctimas. De  hecho, en los días siguientes al atentado, los medios, para no opinar ya directamente en contra del Gobierno -algo inusitado en la CT-, recurrieron a publicar biografías sentimentales de todas las víctimas. La “sentimentalización” del conflicto ha sido una opción CT muy lucida en toda su existencia, en fin. 

¿Qué queda de la CT en el presente, por ejemplo, en la Cataluña independiente que propone Artur Mas? 

Catalunya es, curiosamente, el epicentro actual de la CT. En Madrid hay un gobierno sin iniciativa. Es decir, sin capacidad cultural de hacer caer, verticalmente, sus mensajes. Carece de la posibilidad de establecer agenda y de que su agenda sea celebrada. La CT, en fin, no le pita. En Barcelona, por primera vez en la historia, sucede lo contrario. Existe un Gobierno que domina un grueso grupo mediático, pero que también ha conseguido que su discurso sea percibido como cohesionador. Sus emisiones carecen de crítica y de control desde la cultura. Es CT pura. Puede hacer lo que quiera. De hecho, es el único gobierno del Sur de Europa que hace lo que quiere. Es el unico que está accediendo a la postdemocracia -el cambio de democracia por deuda-, con una sociedad y una cultura que le aplaude. O, al menos, que carece de la posibilidad de criticarle sin dejar de ser, en ese trance, catalán. Durante el aznarato, recuerden, era imposible la crítica sin perder el calificativo de español de bien, o algo así.  

Por último, ¿Avizoras un “pacto de estado” PSOE-PP, como precisamente ha propuesto Cebrián en las páginas de El País, para buscar una supuesta salida a la crisis? ¿También sería una derivada de la CT? 

Nuestras clases políticas, intelectual y periodística están formadas en la CT. Las soluciones a lo cotidiano en la CT son pactos en las alturas, que bajan verticalmente a la sociedad avalados como cultura. No sólo no saben hacer otra cosa, sino que son incapaces de describir otra cosa o de pensar en otra cosa. Y parece que esa cosa no se podrá producir, de manera exitosa, en esta edición. Es el fin, tal vez, de un sistema político. Y el fin, fijo, de una cultura y de varias generaciones de sus sacerdotes.

¿Derecho al trabajo el día de huelga?

El próximo miércoles 14, día de HUELGA GENERAL INTERNACIONAL, y ante los piquetes informativos de tal convocatoria, se volverá a repetir por parte de algunos la reiterada y falsa milonga que suele ser algo así como… «yo tengo el mismo derecho a trabajar, que tú a la huelga».

Una vez más conviene recordar que por mucho que se haya repetido mil veces, esto es una FALSEDAD. Nuestra legislación y sus numerosas sentencias al respecto nos vienen a decir que «EL DÍA DE LA HUELGA, ESTE DERECHO PREVALECE SOBRE CUALQUIER OTRO RELACIONADO, INCLUIDO EL DERECHO AL TRABAJO»

Imágen: Juan Kalvellido

LISTADO DE CONVOCATORIAS

Resumen de los actos, manifestaciones y huelgas convocadas para el 14-N por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) en diferentes países europeos bajo el lema «Por el Empleo y la Solidaridad en Europa» y para decir ¡No a la austeridad!

 Europa celebra una Jornada de movilización el 14N

  • Portugal: Huelga general convocada por la CGTP a la que se adhieren bastantes federaciones de la UGT-P, entre ellas las del sector público del que procede su secretario general Joao Proença.
  • Italia: La CGIL convoca huelga general de cuatro horas y manifestaciones descentralizadas a lo largo del país.  Esperan un seguimiento masivo. La UIL convoca una manifestación en Nápoles centrada en el empleo juvenil y  el derecho a la educación.
  • Grecia: Huelga general de 3 horas de duración (12:00 – 15:00 h) y una gran manifestación a las 13:00.
  • Bélgica: Las tres centrales belgas, con la CES, se concentrarán ante las embajadas de Grecia,  Portugal, España e Italia y entregarán escritos de protesta y solidaridad. Se organizará un acto mediático para entregar a la Comisión y el Consejo el «Premio Nobel de la Austeridad» que será un boomerang. Habrá asambleas de fábrica, con o sin interrupción del trabajo. Varias federaciones (el metal entre ellas) y organizaciones territoriales valonas de la FGBT como Charleroi o Lieja, han convocado huelga general. También Los Jóvenes-FGTB. La situación interna de las tres centrales es de «mucha tensión». Si el Gobierno aprueba el proyecto de ley que elimina la indexación de los salarios, lo que ha anunciado que hará, convocarían inmediatamente huelga general. No se descarta que lo haga antes del 14N.
  • Francia: Se han convocado, por el momento, 28 manifestaciones en otras tantas ciudades dentro del llamamiento de cinco centrales -CGT, CFDT, UNAS, FSU y Solidaires- a una Jornada de movilización general interprofesional.
  • Alemania:  La DGB organiza manifestaciones y asambleas en varias ciudades del país. Una de las principales acciones tendrá lugar frente a la puerta de Brandenburgo en Berlín. Los sindicatos miembros de la DGB dirigirán mensajes de solidaridad a los trabajadores europeos que se enfrentan a medidas de austeridad. La DGB recogerá esos mensajes y se los entregará a Angela Merkel el 14 de noviembre.
  • Austria: La ÖGB organiza un acto de solidaridad con los trabajadores europeos, en Viena y van a realizar reuniones en las empresas contra las políticas de austeridad del Gobierno austríaco.
  • Polonia: OPZZ y Solidarnosc convocan un acto público en Varsovia, en el que se apoyará la Jornada y sus objetivos y se criticarán las políticas de la UE y del gobierno polaco. Al acto asistirán miembros del Gobierno.
  • Dinamarca: Las tres centrales convocan un acto público de apoyo a la Jornada y de solidaridad con los trabajadores de Grecia, Portugal, Italia, Irlanda y España. Al acto que tendrá lugar en  Copenhague, asistirá el  primer ministro danés.
  • Reino Unido: El TUC organiza actos de solidaridad con Grecia, España… y actividades de lobby ante la sede de la Comisión Europea en Londres y Bruselas y también desarrollarán una acción virtual en las redes sociales así como actos para explicar el fracaso de la austeridad.
  • Holanda: La FNV organiza una conferencia para expresar su solidaridad con los trabajadores europeos que sufren las consecuencias de las medidas de austeridad.
  • Rumanía: Cartel ALFA organiza manifestaciones en las principales ciudades exigiendo la modificación de la legislación sobre diálogo social para restablecer la negociación colectiva en el país.
  • Finlandia: Los sindicatos SAK, STTK y AKAVA organizan acciones mediáticas y políticas con el objetivo de reclamar el respeto a los derechos de los trabajadores en Europa. Las actividades incluyen reuniones con el primer ministro del país y con los ministros de economía y de trabajo. Presentarán las reivindicaciones comunes a Olli Rehn, comisario europeo de asuntos económicos y monetarios y a los miembros del Parlamento Europeo.
  • Suiza: La USS organiza acciones de solidaridad. UNIA junto con VER.DI (Alemania) y GPA (Austria) organizan acciones transnacionales en Berna.
  • Suecia: Durante su congreso la FTF adoptará una declaración de solidaridad y apoyo a los trabajadores europeos que se enfrentan a las medidas de austeridad.
  • República Checa: CMKOS organiza una manifestación contra los recortes en Praga.
  • Eslovenia: Manifestación en Liubliana.
  • Chipre: Convocada huelga general.
  • Malta: Convocada huelga general.

Por último y como sabemos, en España, la mayoría de los sindicatos y la Cumbre Social, que reúne a mas de 150 asociaciones representativas de la sociedad civil, han convocado huelga general de 24 horas el día 14  de noviembre, y hasta la fecha, también hay convocadas mas de 100 manifestaciones en capitales y localidades del país.

OLIGARQUÍA, AUSTERIDAD Y REPRESIÓN

 

Alberto Rabilotta, en boletín de ATTAC

Sobre la situación en la zona euro (ZE) hay mucho que decir, pero mejor leer el excelente análisis titulado «Crónica de una muerte anunciada» de Bernardo Kilksberg, Gran maestro de la Universidad de Buenos Aires (1), quien además de ser doctor en economía conoció y vivió la realidad de las políticas de austeridad en su Argentina natal: «En economía hay muchas incertidumbres, pero una de las cosas que hoy se saben después de experiencias como las de Argentina y México en los ´90 y Europa actualmente es cuáles son los efectos de los ajustes ortodoxos.  Son, parafraseando a García Márquez, la «Crónica de una muerte anunciada».

Y como dice Kilksberg, la «propuesta ortodoxa es ante todo mala economía, produce efectos letales. Sin embargo, beneficia a sectores, particularmente financieros, el uno por ciento que hoy es el dueño de nada menos que el 43 por ciento del Producto Bruto Mundial y que necesita de un relato de la economía que lo legitime y proteja sus intereses».

Y en materia de protección de sus intereses, agregaría este periodista, los oligarcas tienen a su servicio los Estados, que cuanto más endeudados están, mayor uso hacen de su «monopolio de la violencia legitima».

¿Alguien vio que el FMI haya, alguna vez, reclamado recortes en el gasto militar y en la policía a los países latinoamericanos que hace dos o tres décadas tuvieron que ejecutar los severos planes de austeridad que exigía el Consenso de Washington?  No, eso jamás sucedió . Más bien al contrario, la experiencia muestra que con los planes de austeridad aumentó la resistencia popular y se disparó tanto la represión como el gasto en la «seguridad pública».

Las cifras del Instituto de Investigaciones sobre la Paz Internacional de Estocolmo (Sipri, en inglés) muestran que en el 2011 los 27 países miembros de la UE gastaron 281 mil millones de dólares estadounidenses en el apartado de «Defensa», apenas ocho mil millones menos que en el 2008, lo que coincide con las cifras del organismo de la UE que se ocupa de las estadísticas, Eurostat, que sitúa en 1,6 por ciento del PIB el gasto destinado a la Defensa por parte de los países miembros entre el 2002 y el 2010 (3)

Pero en el capitulo de la «seguridad pública», es decir en las fuerzas policiales, prisiones y organismos judiciales para «mantener el orden», el gasto de los países de la UE pasó de 1,8 por ciento en 2002 a 1,9 por ciento en 2010, y probablemente aumentó en el 2011 si tenemos en cuenta que los recortes en el gasto estatal en muchos países de la UE, para reducir los déficits públicos, no afectan al gasto militar ni tampoco al de la «seguridad pública».

Todo esto, para recordar que las políticas de austeridad que están aplicando los gobiernos de la UE bajo el dictado de la oligarquía financiera, causantes del empobrecimiento masivo, el desempleo y la miseria de millones de europeos, tienen necesariamente que venir acompañadas de políticas represivas, y a veces de golpes de Estado y dictaduras cuando se trata o se trataba de países latinoamericanos.

Cuando la oligarquía tiene el poder la democracia cesa de tener vigencia

Ese uno por ciento, la oligarquía que domina el mundo, tiene temores.  El más grande es que los pueblos decidan despojarlos de su «riqueza obscena«, como escribe el Blogger «masaccio» al señalar que según el columnista Kenneth Rapoza, de la revista Forbes -la que leen los oligarcas para saber en que lugar se encuentran entre los 500 más ricos del mundo- lo que los ricos temen más es que «congresistas falderos» de pronto empiecen a plasmar las demandas del electorado.  O que «haya violencia en las calles», como escribe Robert Frank en la sección Reporte sobre la Riqueza del diario Wall Street.

En el 2010, según el economista Emmanuel Saez de la Universidad de California en Berkeley, los ricos estadounidenses, el uno por ciento de la población, se apropió del 93 por ciento del aumento del ingreso, y según un análisis de Peter Robinson de la agencia Bloomberg (2 de octubre 2012), en el 2011 la brecha entre ricos y pobres en Estados Unidos superó, en desigualdad en los ingresos, a las de Uganda y Kazajstán.

Y como los pueblos tienen en un momento dado la tendencia a protestar y exigir cambios de política, como política de principio la oligarquía exige que el Estado utilice su «monopolio de la violencia legítima», o sea que reprima cualquier manifestación de protesta o crítica al sistema.

A la vista está la muchas veces brutal represión policial contra los manifestantes de Ocupemos Wall Street en Estados Unidos, o contra los manifestantes en Grecia y España, por ejemplo. Y quienes hemos vivido la realidad latinoamericana sabemos que no solamente la represión aumentará a medida que se incremente la protesta social, sino que irá adquiriendo todas las características de violencia y arbitrariedad que corresponden a una dictadura, a la dictadura del capital financiero.

Las fuerzas democráticas europeas, aquellas que realmente se oponen a esta oligarquía, deben estudiar lo que sucedi ó cuando el FMI -con el apoyo de la oligarquía local y de los militares- obligó a ciertos países latinoamericanos a llevar a cabo políticas de austeridad similares, o quizás un poco más severas que las aplicadas actualmente en Grecia o España.

Oligarquía, austeridad y represión van unidas contra los pueblos. La democracia y la protesta no tienen cabida en esa ecuación, esa es la realidad hasta el momento en que masivamente los pueblos dicen ¡Basta! y ¡Que se vayan todos!

La Vèrdiere, Francia.

Notas:
1.- Página/12: Crónica de una muerte anunciada, por Bernardo Kilksberg, Asesor Especial del Bur ó de Políticas para el Desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-204754-2012-10-03.html
2.- http://firedoglake.com/2012/09/30/a-glimpse-of-the-oligarchys-view-of-the-future-for-us-workers/
3.- http://euobserver.com/defence/115906

•  Alberto Rabilotta es periodista argentino–canadiense – – – Servicio Informativo «Alai-amlatina» – – –

Los maderos no son obreros

por Ernest Favil en "Kaos en la Red"
El pasado domingo, una concentración de funcionarios frente al Congreso, convocada a través de Twitter, acabó convirtiéndose desde las 9 p.m. en manifestación no autorizada por las calles del centro de Madrid. Una buena parte de los manifestantes eran miembros de los cuerpos represores del Estado.

Anteyer era domingo, 15 de julio de 2012. Se cumplían 14 meses exactos de lo que algunos, ilusos, pensamos que podría haber sido una revolución en Madrid.

Una concentración de funcionarios frente al Congreso, convocada a través de Twitter bajo el hashtag #AcampadaFuncionarios, se acabó convirtiendo, desde las 9 de la noche, en manifestación no autorizada por las calles del centro de Madrid (Paseo del Prado, Recoletos, Atocha, Gran Vía y Carrera de San Jerónimo).

Este humilde redactor, agredido y detenido por policías nacionales durante una manifestación hace unos meses, y pendiente de un juicio donde le acusan falsamente de atentado a la autoridad, penado con hasta 6 años de cárcel, ya no suele ponerse en la primera fila de las manifestaciones, que es donde ocurren las cosas. Por eso anoche, hacia las 10:30 p.m., nos limitamos a ver pasar la marcha de funcionarios por la Gran Vía: desde una acera y con cierta desgana.

La primera gran sorpresa que nos llevamos fue la de reconocer a muchísimos policías infiltrados en la manifestación. ¿Tan peligrosos iban a ser los funcionarios madrileños como para tener que infiltrar a todos esos tipos musculosos, reventadores profesionales de manifestaciones, a los que ya, por desgracia, conocemos bien el aspecto, la vestimenta y hasta las caras?

La segunda gran sorpresa ocurrió un momento después: resulta que todos aquellos maderos, cabecitas bien rapadas, mirada inquisidora, cuerpos deformados por la mezcla de anabolizantes y comida basura, se estaban dizque “manifestando”. El gobierno de Rajoy les había quitado su paga extra y sus días de libre disposición, y ellos habían decidido salir a la calle a mostrarle su descontento. Para ello, y ante la perplejidad de los “quincemeros” que por allí husmeábamos, se habían apropiado de los eslóganes de nuestra primera acampada: “¡Vuestra crisis no la pagamos!”, “¡Lo llaman democracia y no lo es!” y “¡Manos arriba, esto es un atraco!”

Eso cuando cantaban. Porque la mayor parte del tiempo, el 50% de policías que conformaban aquella mani, junto al otro 50% compuesto por bomberos, profesores, empleados de oficinas públicas y demás familia, marchaban en silencio.

Hacia las 10:45 p.m. este redactor no pudo aguantar su cólera. En la acera de la Gran Vía, a la altura de la Calle Montera, y aprovechando el eslogan “¡No nos mires, únete!” que alguno de los funcionarios iba canturreando, me puse a gritar el viejo eslogan libertario: “¡Los maderos, no son obreros!” Inmediatamente, empecé a sentir las miradas inquisidoras procedentes de varios grupitos de policías que marchaban ilegalmente por la Gran Vía. Eran miradas de “te estoy fichando, ya sé quién eres, no te pongas chulo porque te voy a joder la vida”. Después de cinco años viviendo en Madrid, uno ya puede distinguir bien esas miradas, y reconocer a un policía español en cualquier circunstancia. Un agente que marchaba de la mano de su novia, después de escuchar mi grito y hacerme el consuetudinario fichaje visual, se encaró conmigo y me llamó “subnormal” y, cómo no, “perroflauta”.

– “Subnormal. ¿Qué dices, perroflauta? ¡Perroflauta!”

Yo me tuve que callar la boca. No me extrañaría nada que el madero ese se hubiese venido a la mani con su arma reglamentaria. Cualquier discusión con él, si yo me ponía chulo, podía acabar arruinándome la vida.

Al lado de los funcionarios, casi escoltándolos, marchaban los antidisturbios. Ayer, en vez de dar hostias en la cabeza y disparar balas de goma a ancianos y niños, lanzaban sonrisas a quienes cortaban la calle e impedían el libre tránsito de los vehículos. En el Twitter, hacia las 11.30 p.m., el famoso “twittero” @Fanetin anunciaba a bombo y platillo que los antidisturbios se habían quitado sus cascos en solidaridad con los manifestantes que se congregaban junto al edificio del Congreso en la Carrera de San Jerónimo.  En realidad, los mercenarios de las UIP llevaban desde las 8 de la tarde intercambiando chascarrillos con sus compañeros, por una vez convertidos en manifestantes de verdad, no disfrazados.

Lleno de rabia e impotencia, bajé la calle Montera hacia la puerta del Sol. Allí nos quedamos mirando a los manteros que intentaban vender su mercancía en una esquina de la plaza. La mera contemplación de esa escena, cualquier día o cualquier noche del año, es algo que debería motivar la indignación y la rabia de los ciudadanos españoles y hacerlos salir a la calle a cambiar las leyes, el orden establecido, el sistema o como quieran llamarlo. Policías municipales y nacionales (de uniforme y de paisano) los hostigan a cada minuto, los persiguen con sus motos como si fueran carne de cacería, mientras ellos, casi todos africanos y sin permiso de residencia, intentan ganarse la vida vendiendo gafas de colores, deuvedés con las últimas películas de Hollywood, y sobre todo bolsos, bolsos de imitación de Gucci y otras marcas de renombre. Los compran a 8,50 euros en los bazares de ropa y complementos al por mayor que hay por el centro de Madrid, y los venden a 15 euros, con suerte, a los turistas que pasean por los lugares más emblemáticos de la capital. De esos lugares emblemáticos, la puerta del Sol es el espacio clave. Unos segundos con la manta apoyada en el suelo de esa plaza puede depararles la venta de un artículo. 7 euros de beneficio con los que pagar la comida de esa noche, ahorrar para los 100 o 150 euros del alquiler del sótano en el barrio de Lavapiés que comparten con 6 o 7 compañeros de trabajo, o quizá para mandárselos desde algún locutorio a sus familias en Senegal, Gambia, o Camerún.

Son los esclavos modernos, el último eslabón de esta sociedad que de verdad ha vivido durante años, no por encima de sus posibilidades, sino pisoteando la dignidad de los parias de otros lugares del mundo.

Pues bien, ayer los esclavos manteros y los que los negreros que los reprimen y violentan a diario coincidieron en una situación extraña: los unos intentaban sobrevivir como todos los días al infortunio de haber nacido en el lugar equivocado del mundo, y los otros se manifestaban por primera vez en su vida contra el recorte de su paga. En realidad, los africanos no se estaban enterando de nada. Miraban, como hacen siempre, a un lado y a otro, preparados para tirar de la cuerda y salir corriendo al menor atisbo de policía municipal en los alrededores. Saben que un descuido puede costarles carísimo: perder los 100 o 120 euros invertidos en la mercancía a manos los policías; irse a casa con una multa de 200 o 300 euros que, de no pagarse, bloqueará cualquier petición de residencia por arraigo que pretendan hacer en el futuro; pasar dos noches en los inmundos calabozos de la comisaría de Leganitos o de Aluche por no tener los papeles en regla… Quienes se tomen la molestia de acercarse a hablar con estos vendedores ambulantes  sabrán que cada uno de ellos ha pasado más de veinte veces por los calabozos de las comisarías de Madrid, por la única razón de ser negros y no tener permisos de residencia en regla. Escucharán historias de palizas de los funcionarios, de robos, de vejaciones, de insultos racistas. Les oirán contar que en Navidades es mejor no vender perfumes, porque los policías están interesados en llevarse a su casa esa mercancía. Les oirán decir que los días previos al Día de la Madre es peligroso andar vendiendo bolsos de marca, porque las mujeres de los agentes, o los revendedores de turno, están esperando con ansia a que se los confisquen.

«Eso no es vida, joder», pensamos una vez más y nos acercamos a grabar un poco a los manteros mientras hacen su trabajo. Intentamos reflejar el absurdo de este país nuestro, que dicen que se está levantando por sus derechos. Como en un agujero negro donde se concentraba la injusticia de una sociedad absurda, por un lado de la Plaza de Sol transcurría la manifestación ilegal de policías, militares y demás funcionarios, muy soliviantados ellos, camino del Congreso. A pocos metros, los manteros se ganaban su sustento con un estrés y un riesgo para sus vidas que a cualquiera de aquellos funcionarios, con vivirlo una semana nada más en sus vidas, los sumiría en una profunda depresión o les haría pensar seriamente en el suicidio.

Entonces contemplamos una escena vomitiva, lamentable. Un grupo de policías bajaban por la calle Montera para unirse a la manifestación que transcurría por el otro lado de la plaza. Tal vez se habían quedado rezagados y no habían podido acompañar al grupo de manifestantes en el recorrido entero por la Gran Vía hasta Callao y luego por Preciados. Al verlos los manteros enseguida los reconocieron. Debían ser policías municipales de los que patrullan por el centro y los vendedores inmediatamente se pensaron que venían a por ellos, vestidos de paisano. Con pánico en los ojos, hicieron el ademán de recoger sus mantas para salir a la carrera. Los municipales se intercambiaron miradas entre ellos, se echaron unas buenas risas, se cachondearon un poco. Una de las funcionarias, en plan compasivo, al fin les dijo: «No, no, hoy no, hoy podéis quedaros.» Uno de los chicos negros les preguntó, con toda la lógica del mundo: «¿Mañana tampoco?». Y ella le respondió, maternal y asesina: «No, mañana no.»

Mañana no: mañana volverán esos policías sin corazón a salir a la caza del negro, a perseguir trabajadores ilegales con que llenar sus sórdidos calabozos o sus CIE, llenos de sangre y de excrementos humanos. Saldrán a torturar y a abusar de la gente, y a encañonar a los más débiles, y a hacer disparos al aire en cuanto alguno de los esclavos se atreva a levantar la voz contra lo que están haciendo, contra lo que es injusto.

Ayer, como todos los días, los policías estaban en la calle luchando por su paga extraordinaria. Ellos no son obreros.

http://www.youtube.com/watch?v=zjtl-E0esIc&

¡¡Nos mienten!!

El mayor problema de España no es ni el déficit público ni la deuda pública

Vicenç Navarro* – Consejo Científico de ATTAC España

Este artículo cuestiona la sabiduría convencional en los círculos del establishment español que asume que el problema mayor de la economía española es su elevado déficit público y la gran deuda pública. El artículo cuestiona tal tesis, señalando que los recortes de gasto público, incluyendo gasto público social, son innecesarios y contraproducentes pues contribuyen a la recesión de la economía española.

En sus continuas reuniones con la canciller alemana Angela Merkel, el Presidente Rajoy ha acentuado que el objetivo principal de su gobierno es el de reducir el déficit público, y supeditará todas sus políticas públicas a conseguir tal objetivo. Tal postura asume que el mayor problema de la economía española es el endeudamiento del Estado español (sea éste central, autonómico o municipal), postura que fue también compartida anteriormente por el gobierno Zapatero. Ambos gobiernos han interpretado tal endeudamiento como la causa de que el país esté en recesión y que ahora esté estancado, dificultando su recuperación. De ahí su constante referencia a que “España no puede gastarse más de lo que tiene”, frase que, con distintas variaciones, ha ido repitiendo.

Los datos, sin embargo, no avalan tales tesis. Veámoslos. Si el déficit y la deuda pública hubieran sido la causa de la crisis financiera y económica que España padece (tal como muchos economistas neoliberales, incluyendo los financiados y/o próximos a Fedea), el Estado en este país habría tenido un enorme déficit público y una elevada deuda pública cuando comenzó la crisis, en 2007. Los datos, sin embargo, muestran que, en contra de tal tesis, cuando la crisis empezó, España tenía superávit en sus cuentas del Estado. España ingresaba al Estado 2.23% del PIB más de lo que gastaba. Y su deuda pública era equivalente a un 36,2% del PIB, una de las más bajas de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de riqueza que España), y muy por debajo de lo establecido por el Tratado de Maastricht (60% del PIB). En realidad, la deuda pública neta (que es la que debería utilizarse aunque nunca se utilice tal indicador) era sólo un 26,7% del PIB (la deuda neta es la deuda bruta menos los intereses que el Estado se debe a si mismo al incluir deuda pública poseída por diferentes ramas del Estado). No es cierto, por lo tanto, que la crisis se debiera a que el Estado se estaba gastando más de lo que tenía. El gasto público no era el problema, pues ni el déficit ni la deuda pública eran elevados. De ahí que las políticas de recortes de gasto público (incluyendo el gasto público social) no pudieran justificarse bajo el argumento de que nos gastábamos más de lo que teníamos. En realidad, el gasto público español (incluyendo el social) por habitante era y continúa siendo de los más bajos de la UE-15.

El crecimiento notable del déficit no se debió al aumento del gasto público, sino a la bajada de los ingresos al Estado resultado de la recesión y elevado desempleo, a lo cual contribuyeron los recortes de aquel gasto público. Fue el elevado crecimiento de desempleo (España ha tenido durante la crisis la tasa de crecimiento de desempleo más elevada de la OCDE después de EEUU e Irlanda) y consecuente descenso del nivel de ocupación y de la masa salarial lo que disparó el déficit público del Estado, alcanzando en 2009, sólo dos años después del inicio de la crisis, la cifra de -11,2% del PIB, y ello como consecuencia de que los ingresos al Estado, incluyendo el IRPF (los impuestos sobre la renta), proceden en su gran mayoría de las rentas del trabajo, y muy poco de las rentas del capital. Las políticas de recortes contribuyeron a la recesión. Si España hubiera crecido un 1,5% del PIB, el déficit habría disminuido más rápidamente que de la manera en que se ha intentado conseguir, es decir, a base de recortes. Resultado de tales políticas de austeridad (y devaluación doméstica conseguida a base de disminuir salarios), la economía no se ha recuperado y el déficit alcanzó en 2011 el 8,5% (es probable que, resultado de la ingeniería contable, fuera mayor) y la deuda pública el 68,5% del PIB (el 56,4% del PIB en su deuda neta).

Pero incluso estas cifras desfavorables en el caso del déficit público (aunque no inquietantes en el caso de deuda pública), son menos alarmantes de lo que se presentan y no deberían ser motivo de tanta preocupación. Según las proyecciones del FMI, la deuda pública en el 2017 será de un 80% del PIB, que es una cifra asumible, aunque existe el peligro que, resultado del rescate financiero, los 100.000 millones de euros aumenten esta deuda pública diez puntos más del PIB (90% del PIB).

Un tanto semejante ocurre en cuanto a los intereses de la deuda. De nuevo, según el FMI, España en 2011 pasará de pagar en intereses un 1,9% del PIB a un 3,9% en el 2017, cifra que no está fuera de lo común entre los países de la UE-15. Ni el déficit ni la deuda pública son un mayor problema. El que sí es un problema (que crea grandes incertidumbres entre los mercados financieros) es el escaso crecimiento económico y elevado desempleo. Éste es el mayor problema que tiene la economía española y que requiere una serie de intervenciones públicas que el gobierno Rajoy no está ni siquiera considerando. El gobierno debería estimular la economía y facilitar la creación de empleo, lo cual puede hacer sin que aumente el déficit público. En realidad, la reducción de éste debería conseguirse a base de aumentar el crecimiento económico y el descenso del desempleo. Y para ello deberían aumentarse los ingresos al Estado mediante reformas fiscales que permitieran ingresar más fondos al Estado para estimular la creación de empleo. Y ahí el espacio es enorme.

España tiene los recursos para crear empleo. Lo que ocurre es que no los recoge. Y no me refiero sólo al fraude fiscal (90.000 millones de euros), sino a las reducciones de impuestos que han estado ocurriendo en los últimos quince años y, muy en especial, en las rentas de capital y en las rentas superiores, reducciones que, como ha señalado el Fondo Monetario Internacional han sido responsables de más de la mitad del déficit estructural existente en España. El estado (tanto central como autonómico) podría hacer obtenido 2.100 millones de euros manteniendo el impuesto sobre el patrimonio, y 2.552 millones anulando la bajada del impuesto de sucesiones, y 2.500 millones revirtiendo la bajada de impuesto que se aprobó para las personas que ingresan más de 150.000 euros al año, y 5.300 millones eliminando la reducción de los impuestos de las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año (y que representan sólo el 0.12% de todas las empresas) y/o 44.000 millones de euros anulando el fraude fiscal de las grandes fortunas y de las granes empresas citadas en la frase anterior y/o 6.900 millones de euros aplicando un impuesto finalista en Sanidad (como ha hecho Canadá) y/o 3.000 millones de euros gravando los beneficios bancarios (como ha aconsejado el FMI), y/o 1.000 millones haciendo pagar 5 euros más por cada pasajero que saliera de un aeropuerto español y(o casi 1.000 millones de euros pagando las multas de tráfico según el nivel de renta del infractor (como en Finlandia) y así un largo etcétera. Con estos fondos podría haberse creado empleo y con ello estimular el crecimiento del empleo, disminuyendo así el déficit. El que estas medidas no sean las que se tomen y en su lugar otras (recortes y más recortes) se impongan se debe a la creencia errónea de que el gasto público es el problema, y así estamos.

* Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Artículo publicado en el diario digital EL PLURAL
Fuente: ATTAC