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Ante uno de los descubrimientos científicos más bellos y relevantes de las últimas décadas, la Iglesia ha reaccionado de forma coherente con su historia: a la defensiva.
El canciller de la academia científica vaticana, Monseñor Sánchez Sorondo dice, por si alguien se lo está cuestionando, que el bosón no es de Higgs sino de Dios y que, como causalidad última, Éste, tiene la patente de cuanto se halla en el universo (incluido el virus del SIDA, suponemos).
El enviado de Dios a los medios, Francisco Marhuenda, lo ha reflejado con diligencia en una portada para la historia.
La Razón, que todo lo puede, cumple el viejo sueño (casi siempre inalcanzable) del periodista: explicar el porqué de una noticia. ¡¡Qué narices de una noticia…!! La Razón nos explica en portada el porqué de la existencia misma del ser humano. Lo hace además, en una pirueta gloriosa, sin explicarnos antes el cómo. Así es como funcionan las cuestiones de fe. Desde los siglos de los siglos, ha consistido en llegar de un salto desde la casilla de salida al final del tablero, saltándose todas las casillas intermedias, y con ello las reglas más básicas del debate racional.
La ciencia generalmente obra de un manera más laboriosa y paciente, que consiste en ir desentrañando los cómos, uno a uno, sin querer darle más sentido a la vida que el que cada uno quiera darle.
Pero no nos desviemos del tema. Hablábamos del periodismo canónico. Marhuenda no ha inventado nada. Antes que él ABC ya había resuelto el debate entre Fé y Ciencia a las bravas en una portada, en este caso en su suplemento Alfa y Omega.
Ahí ven a lo que nos referíamos. La perpetua huida hacia adelante eclesial. Ante la contradicción hay que buscar la respuesta en Dios y lo mismo en la refutación y en la confirmación, en una suerte de retórica que permite a la Iglesia vivir instalada en una permanente “win-win situation”.
Dios ha estado presente en el asunto del bosón desde que fue bautizado como la partícula divina. El mismo Peter Higgs se ha declarado molesto por esta denominación. Es un ateo confeso (valga la expresión) y le parece que meter a Dios en esto tiene poco sentido y, además, le resta protagonismo. La irrupción de Dios en el CERN de Ginebra ha excitado, como hemos visto, a la prensa incluida a la más pretendidamente laicista.
Liberation sí ha hecho una portada con estilo, como explica en este post el blog Paper Papers.
La masse est dite. Un titular menos evidente, menos pedestre, que denota que la consideración que Liberation tiene de la inteligencia sus lectores es bastante más elevada que la que demuestra La Razón portada tras portada.