El «Guernica»

 

En su octogésimo aniversario.

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Quizá ni hagan falta, porque el dramatismo de esta obra habla por sí mismo, pero lógicamente existen diversas interpretaciones del esta composición pictórica. Esta es una de ellas:

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Algunas de las geniales reinterpretaciones del Guernica del pintor estadounidense Ron English:

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GERNIKA, a 80 años de aquella infamia

Ongi Etorri Gernika 2017

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En 1937 Gernika fue salvajemente bombardeada por una alianza fascista europea en el contexto de la Guerra Civil española. Y desde que Picasso pintó el Guernica, esta localidad se ha convertido en un símbolo mundial de la Paz. En 2017, ochenta años después, creemos necesario mantener viva su memoria, y decir ¡basta! a la barbarie que está aconteciendo en esas otras «Guernicas» que sufren sádicos ataques a sus poblaciones, y de las que en estos mismos tiempos huyen millones de personas provocando un gran éxodo migratorio. Lo que está ocurriendo en las fronteras de Europa, que de forma inhumana hemos cerrado, es otro gran exterminio del que la historia nos juzgará. Ante todo esto, pensamos que no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Desde la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak queremos ir más allá de la necesaria ayuda humanitaria, en la convicción de que la denuncia política es motor del cambio hacia la justicia y dignidad de todas las personas. No podemos consentir que las fronteras se conviertan en espacios de detención, deshumanización y muerte para millones de personas. Por ello, estamos organizando un gran acto que se celebrará en Gernika los días 29 y 30 de abril de 2017. Este evento reunirá a miles de personas para expresar nuestra indignación y repulsa ante esta situación, contra la pasividad e indiferencia de nuestros gobiernos, y para plantear y construir alternativas. En este 80 aniversario del bombardeo de Gernika, os convocamos a esta movilización multitudinaria para gritar “no a la guerra”, y para decir a las personas refugiadas y migrantes que son bienvenidas. 

«Ongi Etorri Errefuxiatuak»

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EL ATAQUE A LA POBLACIÓN CIVIL

Antecedentes:  El 31 de marzo de 1937 el ejército franquista bombardeó Durango y un lógico temor empezó a cundir entre las poblaciones del entorno, por lo que las autoridades locales ordenaron la construcción de diversos refugios antiaéreos.

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Así llegó el día 26 de abril de 1937, lunes, día de mercado, en el que…

El primer avión apareció hacia las cuatro de la tarde y dejó caer algunas bombas. Al cabo de unos quince minutos tuvo lugar la primera oleada, tres aviones en formación triangular que volaban muy bajo. Así empezó el bombardeo sistemático de Gernika que se prolongó durante casi cuatro horas.

La destrucción de Gernika fue obra de la Legión Cóndor alemana y de las fuerzas aéreas italianas, actuando bajo las órdenes del ejército franquista sublevado contra la legítima República. La táctica militar que se aplicó fue tan devastadora que Gernika ha pasado a la historia como el primer ensayo de guerra total.

Durante el bombardeo se lanzaron sobre Gernika cerca de 30 toneladas de bombas con 39 bombas de 250 Kg, 260 de 50 Kg, y 5.472 bombas incendiarias, todo ello con el escalofriante potencial destructor de al menos 28,22 toneladas de metralla y fuego. El centro urbano de la villa, de menos de 1 km2, quedó totalmente arrasado. El 85,22% de los edificios -un total de 271- fueron totalmente destruidos y el resto parcialmente afectado. Las bombas incendiarias provocaron tal incendio que no pudo ser sofocado en varios días. En línea con el concepto de bombardeo de terror, las fábricas de armas y el puente de Errenteria, únicos objetivos estratégicos de la villa, no fueron destruidos. Tras la retirada de los bombarderos, llegaron los «cazas» ametrallando a las personas que huían despavoridas; en definitiva ¡una acción de sadismo militar sin paliativos!.

Tanto Alemania como Italia utilizaron la Guerra Civil en el norte de España como banco de pruebas para la Segunda Guerra Mundial. Quemaron Eibar, en Durango lanzaron bombas rompedoras, y en Gernika mezclaron ambas técnicas destructivas.

Aunque existe controversia en estos datos, el Gobierno de Euskadi registró 1.654 víctimas mortales y 889 heridos.

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Hay que señalar que el legítimo estado español «fue agredido» en este acto ordenado por la facción golpista que se levantó contra la República, pero el ilegítimo estado franquista que se formó como consecuencia de aquella victoria militar, nunca pidió perdón ni asumió ninguna responsabilidad en tan ignominioso acto; mientras que el estado alemán se ha excusado en numerosas ocasiones por su responsabilidad en esta barbarie.

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Así se desarrolló aquella ignominiosa operación militar:

Bombardeo a Gernika

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Fuentes:  "Ongi Etorri Errefuxiatuak Bizkaia", Museo De La Paz de Gernika, El Correo (gráfico)

Lampedusa como metáfora


 Hibai Arbide Aza en "ENFOCANT"

Estamos en Nochebuena de 1996 en Lampedusa, la más grande de las islas del archipiélago de las Pelagias, en el mar Mediterráneo. Se encuentra a 205 km de Sicilia y a 113 km de Túnez, siendo el territorio italiano ubicado más al sur. Según relata Melting Pot Europe, hace frío, llueve, hay mucho viento. Los habitantes de la isla preparan la cena de navidad. Hace cinco días que ningún pescador sale a la mar. Mientras tanto, en aguas internacionales, a 19 millas de Portopalo di Capopassero, Sicilia, está sucediendo el mayor naufragio de la historia europea: una embarcación con bandera libanesa trata de superar la difícil situación con una maniobra complicada y se produce la tragedia.

En medio de la lluvia, cerca de 450 migrantes clandestinos, la mayoría provenientes de Sri Lanka, fueron obligados a subir aquella barcaza inestable, sacudida por las olas. La pequeña barca, demasiado cargada, no es capaz de navegar en ese mar agitado, hay riesgo de naufragio. Se decide dar la vuelta y devolver a estas personas a Yohan, puerto de salida. Nadie sabe qué ocurrió entonces exactamente, la única certeza que tenemos es que hoy todavía hay en el fondo del mar entre 283 y 289 cuerpos, a 19 millas de Portopalo -Italia- a 108 metros de profundidad.

El 30 de diciembre de ese mismo año, 175 supervivientes son abandonados en la playas de Salónica. Cuentan a los socorristas la historia terrible que acaban de vivir cuando se dirigían a Lampedusa, pero nadie les cree. Hasta que en Junio de 2001, Salvatore Lupo, patrón de uno de los 170 barquitos pesqueros de Portopalo, encuentra en sus redes un grito imposible de ignorar: Anpalagan Ganeshu, 17 años, nacionalidad cingalesa, etnia tamil. Su documento de identidad se convierte en la prueba del naufragio fantasma.

En realidad, Salvatore Lupo no fue el primero en encontrar los cuerpos. Durante 5 años, cadáveres provenientes del naufragio eran izados en las redes de los atuneros, que “para no buscarse problemas” devolvían al mar sin informar a nadie. Lupo es un pequeño hombre robusto que ha pasado más de treinta años faenando como pescador. Pero hoy ya no puede hacerlo, sus convecinos los señalaron como traidor por haber sacado esta historia a la luz; está sólo, la comunidad a la que pertenecía no perdona su “delación”. «Cuando encontré el documento de identidad entre las redes, pensé que era el momento de acabar con el silencio”. Porque en Portopalo y en Lampedusa todos sabían lo que había ocurrido, hacía meses que emergían huesos, pequeños objetos, signos de vidas interrumpidas dramáticamente a pocos kilómetros de la tierra prometida.

Desde entonces, la costa de Sicilia y, sobre todo, Lampedusa se han convertido en uno de los principales “puntos calientes” de las políticas de control de las migraciones en Europa. Tanto por su situación geográfica que convierte a esta pequeña isla en una de las entradas por mar más cercanas, como por el laboratorio de control biopolítico en que la han convertido los gobiernos xenófobo-populistas presididos por Berlusconi. Esto se ha traducido en la instalación de campos de internamiento para migrantes en la isla, la firma de acuerdos preferentes de colaboración con los gobiernos de Gadafi en Libia y Ben Alí en Túnez.

Desde la explosión de las revueltas en Túnez, Egipto y Libia, la cantidad de personas que han llegado “ilegalmente” a Lampedusa ha aumentado notablemente. Los motivos son varios y fáciles de imaginar: relajación por parte de los ejércitos y policías de los países de origen en el control de las embarcaciones que transportan migrantes y una cantidad de gente enorme que escapa de la guerra. Pero no se trata sólo de un cambio cuantitativo: tanto la composición social de los pasajeros como las respuestas represivas por parte del gobierno de Berluskistan presentan características nuevas o, al menos, mucho más explicitas que lo que habían sido hasta ahora.

La primera es la fusión de los conceptos “refugiado” y “migrante”, es decir, la imposibilidad de distinguir una y otra situación en la práctica. ¿En qué se diferencian un migrante que ejerce su derecho de fuga y un refugiado que escapan de un mismo conflicto armado? Igual que cuando hablamos de migrantes “sin papeles” o migrantes con permiso de residencia en realidad no hablamos de personas diferentes sino de situaciones administrativas distintas que pasa una misma persona en su periplo migratorio, la distinción entre “refugiado” y “migrante” es del todo falaz. Ahora, además, se ha demostrado que es inoperante. El derecho de asilo fue creado a mediados del siglo veinte, en un contexto geopolítico mundial que ha saltado por los aires las últimas décadas. Al contrario que cuando intentaban fomentar la fuga del telón de acero ofreciendo un estatus legal privilegiado y garantista, hoy a los gobiernos de “occidente” no les interesa hacer efectivo el derecho de asilo. Los cambios legislativos de la UE al respecto han reducido progresivamente el contenido de tal derecho, y ahora en Lampedusa podemos comprobar que su eficacia es ya nula. Se da el mismo trato que reciben los migrantes a los refugiados y se elimina de facto la posibilidad de solicitar asilo.

La segunda cuestión importante es que la respuesta a estas llegadas masivas ha sido aún más dura que la que habitualmente sufren los migrantes sin papeles en todo Europa. No sólo estamos asistiendo impasibles a la mayor cantidad de deportaciones desde el nazismo, sino que el gobierno Italiano ha implementado una serie de mecanismos de excepción de imprevisibles consecuencias. Se han creado campos de refugiados como el de Manduria, en la región de Puglia. Se trata de un campo de concentración en el sentido literal, formado por tiendas de campaña que presenta el mismo aspecto que los que estamos acostumbrados a ver en los telediarios en Haití, Sudán o Ruanda. Se sitúan completamente al margen de la legalidad en la medida en que los confinados allí no están oficialmente privados de libertad en el régimen que establecen los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) sino que se trata de un acto administrativo sin encaje legal alguno.

Por si fuera poco, se han creado “patrullas ciudadanas” con el objetivo de “dar caza” a los migrantes que consiguen fugarse del campo, con la connivencia de la prefectura de la policía. Es decir, de rondas ciudadanas que se dedican a practicar detenciones ilegales con la aquiescencia de los gobiernos regional y nacional. Interceptan a los migrantes, los detienen, los cargan en furgonetas sin ventilación ni asientos y los devuelven al campo, en donde la policía no sólo no identifica a los secuestradores de migrantes, sino que conduce a éstos últimos de nuevo al campo. La proliferación de estos campos, limbos legales en los que el respeto a los derechos fundamentales no es siquiera un recurso retórico,  acompañados de este tipo de mecanismos de represión que los mantienen, hacen que la calidad de las democracias europeas no sea ya ni una caricatura de lo que en teoría son.

Otra de las medidas puesta en marcha a raíz de estos hechos es el cierre del paso aduanero de Ventimiglia, entre Italia y Francia, para evitar que migrantes provenientes de Lampedusa viajen a Francia. O sea, la eliminación de facto del tratado de libre circulación en Europa que, obviamente, no afecta sólo a los migrantes sino a la totalidad de los ciudadanos que viajan en tren de un país al otro.

En todo caso, bienvenidas sean estas medidas si sirven para quitarnos la venda de los ojos. Ya que, algo demuestran las revoluciones de Túnez o Egipto: que hasta al mayor de los cerdos le llega tarde o temprano su San Martín y que una democracia que merezca tal nombre sólo vendrá de la rebeldía contra el mal gobierno y nunca de la mano de éste, ya tenga su sede en la orilla sur del mediterráneo o en la decadente Europa.