Contra el olvido del 11 de Septiembre

«SEPAN USTEDES QUE MUCHO MÁS TEMPRANO QUE TARDE, DE NUEVO ABRIRAN LAS GRANDES ALAMEDAS POR DONDE PASE EL HOMBRE LIBRE PARA CONSTRUIR UNA SOCIEDAD MEJOR»

Salvador Allende, uno de los políticos más dignos y decentes de todo el siglo XX, aplastado como todo Chile por enemigos de la humanidad, tal día como hoy. Sus últimas palabras siguen siendo de plena actualidad. Son en sí mismas un canto a las luchas de nuestros días en todo el mundo.

El 11 de septiembre de 1973 el Ejército Chileno aplastaba con fuerza criminal la experiencia socialista del gobierno de la Unidad Popular encabezado por el presidente Salvador Allende, lo que implicó su muerte y la de miles de chilenos.

En principio el golpe estaba planificado para el 15 ó 16 de septiembre con el fin de camuflar su preparación con la movilización de tropas de la tradicional parada militar del 19 de septiembre, aunque después se anticipó para el día 11. El motivo de este adelanto fué evitar que Allende lanzara la convocatoria de un plebiscito previsto para ese día y el golpe tenía que ser rápido y cruento desde el inicio cumpliendo fielmente la teoría de «La Doctrina del Shock» de Naomi Klein. Había que bombardear la Moneda si no se rendían antes.

Tras muchos meses de bloqueo económico por parte de EE.UU. con la congelación de las ventas del cobre en el exterior, la orden del golpe fue coordinada por Richard M. Nixon, bajo la dirección de Henry Kissinger.

La preparación del golpe de estado en Chile y demás países latinoamericanos fue impartida desde la Escuela de las Américas instituida en 1946 con sede en Fort-Amador y transferida luego a Fort-Gullik en 1949 en la zona del Canal de Panamá y desde 1963 bajo el mando del comando Sur del Ejército de los Estados Unidos.

Todo ello constituyó uno de los episodios más infames de la política exterior de EE. UU. y abrió una etapa de terror mediante los asesinatos y torturas en masa en Chile que sirvió posteriormente de, por un lado, laboratorio político mediante el aplastamiento de las opciones de izquierda en otros estados latinoamericanos y por otro de laboratorio económico mediante la implantación de las teorías económicas de la escuela de Chicago, cuyo máximo exponente Milton Friedman (acérrimo enemigo del keynesianismo) guió la experiencia hacia el neoliberalismo a través de una economía no regulada, de riguroso equilibrio fiscal (limitar el gasto público y la burocracia), y el funcionamiento libre del mercado. Experiencia que, como es de todos conocido, nos ha llevado a la actual crisis que vivimos al extender la desregulación de los mercados financieros.

La CIA, el 11 de septiembre, Afganistán y el Asia Central

El inicio de la guerra del terror de Estados Unidos

por Peter Dale Scott

En ocasión de la puesta en venta de la edición francesa del libro «La máquina de guerra estadounidense», la más reciente investigación de Peter Dale Scott, la Red Voltaire publica un detallado estudio de este diplomático canadiense sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001. Peter Dale Scott resalta en este trabaja una serie de elementos que revelan la actuación premeditada de una facción del complejo militaro-industrial estadounidense.

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«La fabricación de una serie de provocaciones destinadas a justificar una intervención militar es realizable y podría concretarse con ayuda de los recursos disponibles.»
Informe del J-5 de la Junta de Jefes de Estados Mayores Interarmas de los Estados Unidos (JCS), 1963 [1]. Sigue leyendo «La CIA, el 11 de septiembre, Afganistán y el Asia Central»

Más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas

«SEPAN USTEDES QUE MUCHO MÁS TEMPRANO QUE TARDE, DE NUEVO ABRIRAN LAS GRANDES ALAMEDAS POR DONDE PASE EL HOMBRE LIBRE PARA CONSTRUIR UNA SOCIEDAD MEJOR»

Salvador Allende, uno de los políticos más dignos y decentes de todo el siglo XX, aplastado como todo Chile por enemigos de la humanidad hace hoy 39 años. Sus últimas palabras siguen siendo de plena actualidad. Son en sí mismas un canto a las luchas de nuestros días en todo el mundo.

El 11 de septiembre de 1973 el Ejército Chileno aplastaba con fuerza criminal la experiencia socialista del gobierno de la Unidad Popular encabezado por el presidente Salvador Allende, lo que implicó su muerte y la de miles de chilenos.

En principio el golpe estaba planificado para el 15 ó 16 de septiembre con el fin de camuflar su preparación con la movilización de tropas de la tradicional parada militar del 19 de septiembre, aunque después se anticipó para el día 11. El motivo de este adelanto fué evitar que Allende lanzara la convocatoria de un plebiscito previsto para ese día y el golpe tenía que ser rápido y cruento desde el inicio cumpliendo fielmente la teoría de «La Doctrina del Shock» de Naomi Klein. Había que bombardear la Moneda si no se rendían antes.

Tras muchos meses de bloqueo económico por parte de EE.UU. con la congelación de las ventas del cobre en el exterior, la orden del golpe fue coordinada por Richard M. Nixon, bajo la dirección de Henry Kissinger.

La preparación del golpe de estado en Chile y demás países latinoamericanos fue impartida desde la Escuela de las Américas instituida en 1946 con sede en Fort-Amador y transferida luego a Fort-Gullik en 1949 en la zona del Canal de Panamá y desde 1963 bajo el mando del comando Sur del Ejército de los Estados Unidos.

Todo ello constituyó uno de los episodios más infames de la política exterior de EE. UU. y abrió una etapa de terror mediante los asesinatos y torturas en masa en Chile que sirvió posteriormente de, por un lado, laboratorio político mediante el aplastamiento de las opciones de izquierda en otros estados latinoamericanos y por otro de laboratorio económico mediante la implantación de las teorías económicas de la escuela de Chicago, cuyo máximo exponente Milton Friedman (acérrimo enemigo del keynesianismo) guió la experiencia hacia el neoliberalismo a través de una economía no regulada, de riguroso equilibrio fiscal (limitar el gasto público y la burocracia), y el funcionamiento libre del mercado. Experiencia que, como es de todos conocido, nos ha llevado a la actual crisis que vivimos al extender la desregulación de los mercados financieros.

El otro 11-S. Terrorismo de EE. UU. en Chile

En esta última década el infame atentado estadounidense ha eclipsado otro no menor, el golpe militar en Chile

El 11 de septiembre de 1973 el Ejército Chileno aplastaba con fuerza criminal la experiencia socialista del gobierno de la Unidad Popular encabezado por el presidente Salvador Allende, lo que implicó su muerte y la de miles de chilenos.

En principio el golpe estaba planificado para el 15 ó 16 de septiembre con el fin de camuflar su preparación con la movilización de tropas de la tradicional parada militar del 19 de septiembre, aunque después se anticipó para el día 11. El motivo de este adelanto fué evitar que Allende lanzara la convocatoria de un plebiscito previsto para ese día y el golpe tenía que ser rápido y cruento desde el inicio cumpliendo fielmente la teoría de «La Doctrina del Shock» de Naomi Klein. Había que bombardear la Moneda si no se rendían antes.

Tras muchos meses de bloqueo económico por parte de EE.UU. con la congelación de las ventas del cobre en el exterior, la orden del golpe fue coordinada por Richard M. Nixon, bajo la dirección de Henry Kissinger.

La preparación del golpe de estado en Chile y demás países latinoamericanos fue impartida desde la Escuela de las Américas instituida en 1946 con sede en Fort-Amador y transferida luego a Fort-Gullik en 1949 en la zona del Canal de Panamá y desde 1963 bajo el mando del comando Sur del Ejército de los Estados Unidos.

Todo ello constituyó uno de los episodios más infames de la política exterior de EE. UU. y abrió una etapa de terror mediante los asesinatos y torturas en masa en Chile que sirvió posteriormente de, por un lado, laboratorio político mediante el aplastamiento de las opciones de izquierda en otros estados latinoamericanos y por otro de laboratorio económico mediante la implantación de las teorías económicas de la escuela de Chicago, cuyo máximo exponente Milton Friedman (acérrimo enemigo del keynesianismo) guió la experiencia hacia el neoliberalismo a través de una economía no regulada, de riguroso equilibrio fiscal (limitar el gasto público y la burocracia), y el funcionamiento libre del mercado. Experiencia que, como es de todos conocido, nos ha llevado a la actual crisis que vivimos al extender la desregulación de los mercados financieros.