¡¡QUÉ MISERABLES SOIS!!

Ayer, en las Juntas Generales de Álava los tres representantes electos de la izquierda abertzale presentes en la institución (son cuatro y uno no acudió), se ausentaron cuando se acordó guardar un minuto de silencio en memoria de Fernando Buesa en el día que se cumplían diez años de su asesinato junto a su escolta Jorge Díaz.

No por previsible, deja de sorprenderme tanta miseria en el comportamiento de estos tipos.

NUEVO TERRORISMO DE ESTADO DE ISRAEL

El hecho de que el propio primer ministro Benjamin Netanyahu se reuniera personalmente con sus servicios secretos para planificar el asesinato a sangre fría en un hotel de Dubai del responsable de Hamas, Mahmud Al Mabhuh, sitúa una vez más a este estado en un nuevo episodio de su reiterada actividad terrorista.

¿Hasta cuando van a permanecer impunes los crímenes del estado de Israel?

¿Hasta cuando, la comunidad internacional va a tolerar los numerosos asesinatos, invasiones territoriales, ataques a la población civil palestina, incumplimientos de resoluciones de la ONU y ese aberrante MURO en constante construcción que no solo aisla a los palestinos, sino que también invade parte de sus territorios apropiándose de ellos para su constante introducción de colonos.

¡¡De raza le viene al Rouco!!

EL PEQUEÑO DE LOS ROUCO, SOBRINO DEL OTRO, VIENE ABRIÉNDOSE CAMINO.

El tal Alfonso Carrasco Rouco promete: Acostumbrados como estábamos a las soflamas integristas del tío (Rouco Varela), ahora el sobrinito, predicador multimedia y suministrador también de hostias al detalle, se descuelga como defensor de pederastas (eso sí, si son de los suyos) corrigiendo, nada más ni nada menos que al boss de su multinacional, Benedicto XVI (de soltero Ratzinger) en sus denuncias públicas a los curas irlandeses por su peculiar afición a suspender temporalmente su castidad con niños (porque ellos «saben» que las pajas debilitan la médula).

El pollo este, a la sazón obispo de Lugo (¡qué habrán hecho los pobres!), ha justificado su comprensión con esta ecuménica actividad sexual escupiendo lindezas como «la naturaleza es débil, frágil y tiende al pecado» o también «es más difícil para cualquiera conservar con claridad los principios de la moral cristiana cuando ya está puesta en cuestión por todas partes» para concluir con: «estos escándalos deslucen la imagen de la Iglesia» que como se ve es lo que le preocupa.

Como sabemos, la Iglesia Católica irlandesa gozó de inmunidad durante décadas para ocultar abusos sexuales contra menores cometidos, al menos por sacerdotes de la archidiócesis de Dublín, tal como lo puso en evidencia un informe elaborado por la juez Yvonne Murphy.
Algunas de las conclusiones de aquel documento dejaban en evidencia la connivencia entre la jerarquía eclesiástica y las autoridades del Estado, entre ellas la propia policía y la Fiscalía, que sirvió, según dice el texto, para encubrir los esfuerzos de cuatro obispos dublineses por mantener el «prestigio de la iglesia, proteger a los pederastas y los bienes de la Iglesia (ante las posibles indemnizaciones), y evitar escándalos».

La comisión investigadora examinó las acusaciones de 450 personas (presentadas de entre los miles de afectados, según se estima) contra 46 sacerdotes por hechos ocurridos entre 1975 y 2004, así como su tratamiento por parte de diecinueve miembros de la jerarquía católica.

Ante todo esto, el personaje que nos ocupa ha mostrado la comprensión señalada al comienzo, aunque claro, posteriormente ha querido protegerse y ha manifestado a una agencia eso de …es que no se me ha entendido bien.

Vamos, que encima ¡¡somos tontos de entendederas!!

La escasa credibilidad de Davos

VICENÇ NAVARRO en diario Público

Un mensaje que se está promoviendo ampliamente en medios liberales es que la economía española es escasamente eficiente y muy poco competitiva, y ello como resultado de las supuestas rigideces de su mercado de trabajo y del excesivo gasto público.
Uno de los centros que han promovido más este mensaje es el Foro Económico Mundial que se celebra en Davos, citado frecuentemente como el Vaticano del pensamiento liberal. Uno de sus informes, Global Competitiveness Report 2009-2010 (en el que analiza la competitividad de los países del mundo), sitúa a España en términos muy desfavorables, por debajo de países del tercer e incluso del cuarto mundo. Y como era de esperar, el coordinador del estudio, Xavier Sala i Martín, ha sido ampliamente entrevistado por los medios de información de mayor difusión del país
(la mayoría de los cuales son de persuasión liberal), proveyendo las cajas de resonancia a tal mensaje.

Un análisis riguroso de tal informe cuestiona, sin embargo, la validez del estudio, así como sus conclusiones. En primer lugar, el estudio no se basa, en su mayoría, en un análisis que utilice datos objetivos sobre los cuales construir el informe y alcanzar sus conclusiones. El estudio es primordialmente una encuesta de opinión en la que, en cada país, se pregunta a una institución próxima al mundo empresarial (con orientación liberal, en la mayoría de países) su opinión sobre una serie de preguntas que incluyen: “¿Cómo valora la percepción popular sobre el comportamiento ético de los políticos en su país?”, “¿cómo valora la contratación y el despido de trabajadores en su país?” o “¿cómo valora la disponibilidad de nuevas tecnologías?”, entre muchas otras. La institución que responde a aquella pregunta pone un número en una escala, sin que exista, sin embargo, una homologación en el criterio que guíe las respuestas. De esta manera, se abre el estudio a toda una serie de subjetividades. En algunos países, la institución que responde a las preguntas es muy crítica sobre la situación en su propio país, mientras que en otros lo es muy poco. Esta subjetividad, sin intento de homologación de criterios, es lo que caracteriza el estudio.

Esto lleva a resultados que son, como mínimo, sorprendentes (para expresarlo de una manera amable). Así, en la pregunta que se hace sobre corrupción en un país (“¿es práctica generalizada que se den fondos públicos a compañías o individuos como consecuencia de la corrupción?”), una dictadura como Qatar (que se ha convertido en el paraíso del mundo empresarial) aparece como uno de los países menos corruptos del mundo (en aquel país, la distribución de los recursos petrolíferos la hace el Gobierno entre miembros de la familia real), muy por encima de España. No hay duda de que hay corrupción en España. Pero poner una dictadura medieval como modelo de honestidad es poco creíble.

Otra valoración sorprendente es que Omán, otra dictadura feudal del Medio Oriente, sueño del mundo empresarial por la enorme riqueza petrolífera y por tener una fuerza de trabajo (la mayoría inmigrante) sin ningún derecho laboral, aparece como uno de los países que (según el contestador del cuestionario en aquel país) goza de mayor confianza popular respecto al comportamiento ético de sus políticos, muy por encima de un país democrático como España. Por lo visto, confianza popular quiere decir, para el que contesta la pregunta, confianza empresarial. En cuanto a “cómo considera usted la contratación y despido de los trabajadores”, España aparece a la cola, muy por debajo de Senegal. España, por cierto, se encuentra al mismo nivel que Senegal en el capítulo de “disponibilidad de nuevas tecnologías”.
En todos estos casos, lo único que muestra el informe es que la institución española (IESE, el centro de estudios empresariales que ha respondido por parte de España) es más crítica hacia su propio país que la institución de Senegal (Centre de Recherches Economiques Appliquées, Universidad de Dakar) o que la de Omán (The International Research Foundation) o que la de Qatar (Qatari Businessmen Association). Pero en ningún caso aportan datos que puedan compararse y que permitan llegar a conclusiones.
Me parece muy bien que las instituciones a las cuales se les pida su opinión sobre la situación en su país la den. Nada censurable en ello. IESE contestó acentuando el aspecto crítico y me parece muy bien. Pero me parece muy mal, y refleja una enorme falta de rigor (que da pie a todo tipo de manipulación), que el equipo coordinador ponga todas estas respuestas juntas, se amalgamen en un indicador y se produzca entonces una lista de países según su nivel de competitividad.
En realidad, lo único que puede deducirse del informe Davos es que la agencia de Senegal que llena el cuestionario es menos crítica hacia su país de lo que es IESE hacia España.
El informe mide distintos niveles de subjetividad. Pero nada más. Construir toda una serie de conclusiones sobre ello es no sólo frívolo, sino profundamente erróneo. Lo cual es fácilmente demostrable cuando se contrasta con datos objetivos. En el capítulo dedicado a la educación, cuando el informe Davos analiza la calidad educativa (en materias como matemáticas o ciencias), España aparece de nuevo a la cola (nº 99) junto con Kirguizistán. Pero el informe PISA, mucho más imparcial que el informe Davos, al basarse en datos objetivos, muestra que Kirguizistán tiene el conocimiento en matemáticas y ciencias más bajo de la lista de países analizados, mientras que España está ligeramente por debajo del promedio de los países de la OCDE, el grupo de países más ricos del mundo. Es en base a este tipo de estudios que la cultura liberal de Davos está presentando una visión de España deliberadamente negativa a fin de presionar al Gobierno español para que haga los cambios que ella desea.

Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas en la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Políticas Públicas de The Johns Hopkins University

LA LEY DE LA SINDE SE QUEDA SINDE FENSA


Los grupos parlamentarios han aprobado una moción para que sólo los jueces puedan cerrar páginas webs. Una iniciativa del PP apoyada por todos los grupos parlamentarios después de las protestas y la presión de los internautas contra la medida recogida en la ley de economía sostenible y promovida por esa magnífica guionista y pésima ministra que es Angeles González Sinde.

PNV, ERC y BNG han reclamado la redefinición de unos derechos sobrepasados por la tecnología y que deben adecuarse a la realidad del mercado y el consumo de contenidos en la era digital.

Todavía habrá que ver cómo se materializa el cambio en la propuesta de ley, que en su última versión necesitaba de la autorización de la Audiencia Nacional para tomar medidas cautelares pero el texto de la moción exige «la garantía de que sólo la autoridad judicial podrá adoptar medidas que supongan la interrupción o restricción del servicio o la retirada de contenidos».

No obstante el desafío es eliminar esta disposición que colaron de rondón en la “Ley de Economía Sostenible” y abordar un cambio profundo de la arcaica legislación de propiedad intelectual, en discusión en estos momentos en el Parlamento.

Como era de esperar, en su permanente labor de carroñerismo cultural, tanto la SGAE como otras gestoras de derechos, han reclamado ante la Subcomisión de Propiedad Intelectual un endurecimiento de las restricciones de acceso y uso de contenidos.

Que pena, ¡¡se acaban las vacaciones de Navidad!!

¡¡Que penaaaa!!
(Antes de nada os prometo que estoy escribiendo ésto el lunes 8 de Febrero)

En primer lugar, manifiesto mi creencia en la validez y absoluta necesidad del sistema parlamentario en nuestro orden legislativo. Pero, después de tan rimbombante afirmación utilizaría la expresión de, precisamente un antiguo presidente del Congreso de los Diputados, ¡¡Manda huevos!!

Y lo del “manda huevos” se refiere a que, tras el pleno celebrado el 22 de Diciembre, nuestros flamantes diputados, de los que otro día hablaremos de sus retribuciones y prebendas, volverán a sus escaños mañana martes 9 de Febrero, conformándose con todo ello y con su habitual absentismo, como una “casta especial” de ciudadanos privilegiados.

En total van a pasar 48 días de vacaciones navideñas, es decir, más que los días que les quedan de sesiones previstas hasta las siguientes vacaciones de verano, que serán 45 plenos.
Los defensores de tal bicoca me dirán que aparte de los plenos existen “comisiones” y que también a veces hay “sesiones extraordinarias”. Es verdad, pero también hay que decir para no faltar a la verdad, que eso compete a una pequeña parte de los miembros y tales actuaciones se reducen a una mínima expresión.

No creo que haga falta recordar “la que está cayendo” y cómo se amenaza con que otros ciudadanos -menos importantes al parecer- sigan trabajando hasta los 67 años para mantener este estado de cosas.