…y qué pena España.
No puedo evitar comparar la activa sociedad francesa defendiendo sus amenazados derechos frente a la narcotizada ciudadanía española plegándose con docilidad a los sucesivos abusos que vienen perpetrando nuestros políticos gobernantes.
Creo que con la de hoy, si no he perdido la cuenta, van nueve huelgas generales y con todo, las manifestaciones de hoy en París han batido records de fechas anteriores.
Las protestas piden -entre otras cosas- la retirada de un proyecto de ley del Gobierno de Nicolas Sarkozy, que se debate actualmente en el Senado y que pretende retrasar la edad legal de jubilación de 60 a 62 años, mientras que nuestra legislación pretende llevar la nuestra hasta los 67 años.
Ante el fraude y la ruptura del contrato social consistente en dejar que nos gobiernen los mercados, la codicia y los poderes financieros en lugar de los gobiernos democráticamente elegidos, parece que por ahora sólo podemos mirar a Francia para recuperar alguna esperanza.