El Vaticano no gana para disgustos.
Después de tener que reconocer que tienen en sus filas -y dando lecciones de moralidad- a un gran número de delincuentes pedófilos, después de que Stephen Hawking les informara de que su jefe no creó el mundo, -asunto que al parecer aún no han asimilado ya que no han disuelto la secta-, ahora se enteran de que tienen un banco que dedica una gran parte de su negocio al blanqueo de dinero.
En efecto, la Fiscalía de Roma investiga al presidente del Banco Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, -de la subsecta Opus Dei- y a otros directivos por administrar a través de cuentas anónimas, identificadas sólo con la sigla IOR, importantes sumas de dinero de oscura procedencia.
El Instituto para las Obras Religiosas llamado banco del Vaticano, que administra las cuentas de varias órdenes religiosas así como de asociaciones católicas, es una institución de la Iglesia Católica que no se rige por las normas financieras vigentes en Italia y se beneficia de la extraterritorialidad ya que se encuentra en el conocido paraíso fiscal de la Ciudad del Vaticano, aspecto que puede dificultar los trabajos de la Fiscalía.
El Instituto estuvo también implicado en el escándalo político-financiero en los años 80, por la quiebra en 1982 del Banco Ambrosiano (del cual el Vaticano era un accionista importante).