El próximo lunes el presidente de France Télécom, Didier Lombard, abandonará las riendas del primer operador francés de telecomunicaciones.
Esta es una de las medidas adoptadas para intentar acabar con la ola de suicidios que desde hace dos años estremece a esta puntera empresa francesa, matríz de la marca Orange.
En los últimos días la dirección de esta empresa ha confirmado el suicidio de otros dos de sus empleados, con lo que ya son cinco los trabajadores que han decidido acabar con su vida desde el principio del año 2010.
La empresa, lógicamente bajo sospecha, ha rechazado relacionar estos últimos casos con problemas laborales.
Uno de ellos era un hombre de 32 años que trabajaba en el departamento de servicios para empresas en Dijon y que se suicidó la tarde del pasdo jueves en su domicilio. El otro era un hombre de unos cincuenta años que trabajaba como técnico para la compañía en la región de Alta Normandía y que se suicidó el martes en un bosque.
Como decía, en lo que va de año se han suicidado ya cinco trabajadores de France Télécom, todos fuera del lugar de trabajo, y los cinco suicidios han sido confirmados por la dirección.
Y en el periodo de dos años, hasta el 31 de diciembre de 2009, se habían suicidado 35 trabajadores, según los sindicatos, aunque la dirección había comunicado 32 casos.
La mayor parte de los trabajadores suicidados tenían algún cargo ejecutivo.
«La empresa está en estado de shock», manifestó un portavoz de la dirección, según la edición digital del diario Le Parisien.