En un alarde de rancio fervor monárquico o simplemente de peloteo vomitivo, al pobre de Marichalar lo han echado de su puesto en el Museo de Cera de Madrid.
Y no, no se encontraba en el grupo de la casa real, sino en un burladero viendo una corrida –de cera, claro-, y más sólo que la una.
La Zarzuela (o género chico), no lo había pedido, pero ya se sabe que …cuando tenemos la oportunidad de mostrar nuestra adhesión inquebrantable a la corona… no nos gana ni un dentista.
…tiene cojones, yo aquí defendiendo al tipo éste.